Capítulo 12

2.2K 210 43
                                    


La tribu agua del sur pasó de ser una pequeña aldea con pocos pobladores a una ciudad importante gracias al apoyo de su tribu hermana, pero sus habitantes se llevaban el crédito por lograr que se permaneciera de esa manera a lo largo de los años, si bien hubo querido, Asami todavía no tuvo oportunidad de explorar aquello. Apenas habían aterrizado en el palacio central de la tribu, la morena desapareció por una de las puertas y ella había sido dirigida a una habitación, no es que se quejara realmente, se encontraba cansada y, a pesar de encontrase en uno de los lugares más fríos del mundo, la habitación era realmente cálida y confortable, por lo que apenas su cuerpo hubo tocado la mullida cama se sumió en la inconciencia.

Ese día no supo cuánto tiempo hubo transcurrido desde que se durmió, principalmente porque su habitación carecía de ventanas para evitar que el frio se colara en ella. Miró alrededor, pudo vislumbrar vagamente las siluetas del equipaje y los muebles de la habitación a los que apenas si había prestado atención. Tanteó por un rato la cómoda hasta que encontró el interruptor de la luz que iluminó gradualmente la habitación, aquello era un buen toque, pensó, aunque la habitación estaba pintada con colores oscuros, supuso que para dar la sensación de calor. Un par de golpes en la puerta evitaron que comenzara a divagar sobre aquello.

— Asami ¿Estás despierta? — Escuchó la voz familiar de Mako. Se apresuró a contestar.

— Si, puedes pasar.

— ¿Cómo estás? — Fue lo primero que preguntó el chico una vez que estuvo dentro de la habitación.

— Desorientada ¿Qué hora es? ¿Y Bolín? — Cuestionó conteniendo un bostezo.

— Falta un rato para la hora de la cena y Bolín vendrá en unos minutos. — Se acercó. — ¿Cómo estás? Estábamos muy preocupados por ti.

— Estoy bien. de verdad. Fui muy impulsiva y lo siento, pero afortunadamente las cosas no se complicaron más de lo debido. — Dijo evitando entrar en detalles.

— Veo— Dijo el oji miel con sospecha.

— Estoy siendo honesta. — Sonrió suavemente.

— Entonces... ¿Tú y ella se llevan mejor? — Cuestionó Mako enarcando una ceja, Asami evitó como pudo su rostro de sorpresa.

— No lo creo...— silencio— ¿Por qué preguntas? — Inquirió con desconfianza. El ojimiel hizo una mueca antes de rodar los ojos.

— No es porque quiera hacerte sentir avergonzada pero...

— Oh ¡Asami! — Fue el momento que Bolín escogió para entrar y lanzarse sobre ella sollozando sonoramente — No te paso nada ¿Verdad? — Dijo acunando el rostro de la chica entre sus grandes manos y moviéndolo de un lado a otro, Asami se mareó en un momento, luego fue estrujada entre aquella masa de músculos. — Estábamos tan preocupados por ti, pero Korra dijo que te traería de vuelta y así fue. — Los ojos de Bolín estaban llenos de lágrimas. Asami se sintió culpable y conmovida, era afortunada de tener personas como Mako y Bolín que se preocuparan por ella.

— Estoy bien Bo, no me pasó nada. — Lo tranquilizó devolviendo el abrazo — ¿Qué es eso? — Cuestionó señalando un paquete que el ojiverde había abandonado en el suelo.

— Oh esto. Es tuyo— dijo poniéndolo en su regazo. — La señora Senna dijo que tal vez los abrigos que trajiste no serían lo suficientemente calientes mientras te adaptabas al frio, así que te envió estas cosas de su armario personal.

— ¿Senna?

— Es la madre de Korra— Respondió Mako. — De hecho venía a avisarte que esta noche conocerás a tus suegros.

Me PertenecesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora