Toys; LawRusso [Adaptación]

Vibrating panty

Johnny subió al auto nuevamente con una bolsa de plástico de la sex shop que visitó la primera vez que consiguió el butt plug. Dentro había una caja de uno de los juguetes que más interesante le había parecido.

Eran unas bragas con un vibrador el cual podías conectar con una aplicación del celular así que antes de ir a buscar a Daniel decidió conectarlo. Esa noche los habían invitado a cenar unos amigos de la universidad de Johnny así que sería una buena ocasión para usarlo.

Buscó la app, la descargó, encendió el aparato y lo configuró para luego guardarlo. Continuó su camino hacia la universidad de su novio para recogerlo y llevarlo a casa.

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– amor – Johnny habló entrando a la habitación donde Daniel estaba viendo Netflix en su Tablet

– dime, bebé – Daniel despegó un poco la visita de su serie

– te tengo un regalo – eso despertó la curiosidad en LaRusso y le puso pausa al video

– ¿qué es? – preguntó emocionado

– ábrelo – le entregó la bolsa donde venía la caja y el pelinegro la sacó observando el exterior

– ¿una braga vibradora? – comenzó a ver el paquete por todos lados

– ¿te gusta? – Johnny se mordió el labio en nerviosismo

– ¡me encanta, muchas gracias mi amor! – Daniel se levantó a darle un pequeño beso y rodear su cuello con sus brazos.

Ambos sonrieron en medio del tierno beso hasta que Daniel se separó para hablar.

– ¿y cuándo lo usamos? – preguntó ansioso

– cuando tú quieras – Johnny sonrió malicioso.

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Johnny y Daniel ya estaban listos para salir del departamento, ambos tomaron sus abrigos para comenzar a caminar por el pasillo.

El rubio sacó su celular y se le ocurrió la grandiosa idea de probar si Daniel traía puesta la braga. Abrió la aplicación y activó el aparato para comenzar a mover su dedo hacia arriba en la pantalla subiendo lentamente.

– mmgh – escuchó un quejido del pelinegro y luego levantó la mirada para ver a Daniel recargado en la pared – J-Johnny... – jadeó y Johnny sonrió triunfante

– vámonos, mi amor – el rubio le dio un beso en la frente a su agitado novio.

Daniel se calmó y ambos bajaron al estacionamiento. El pelinegro se acomodó y Johnny comenzó a manejar.

El mayor tomó su celular viendo a Daniel desprevenido en Instagram y volvió a abrir la aplicación para subir de poco en poco la intensidad de la vibración.

– ¡ah! – Daniel gimió agarrando el teléfono fuertemente entre sus manos mientras comenzaba a moverse un poco sintiendo las vibraciones en su entrada

– no bebé, aún no – Johnny sonrió y dejó el celular

– e-eres un idiota – jadeó el menor y Johnny sonrió ladino.

Llegaron justo a tiempo viendo que los amigos del rubio aún estaban pasando a la mesa así que caminaron y se adentraron en el restaurante para saludar a todos.

Eran sólo cuatro amigos más quienes iban, todos se acomodaron y Johnny quedó a un lado de Daniel estando en el costado de la mesa y el pelinegro en la orilla.

Todos pidieron de cenar y entre la plática, el rubio hablaba contento mientras sacaba el teléfono para volver a provocar a Daniel.

Volvió a subir la intensidad y bajarla otra vez logrando que Daniel reprimiera un gemido y se cubriera el rostro.