Escenarios Boku no hero

Una escena vergonzosa (+18) (Bakugo Katsuki)

—Si así es como piensas enamorarme te irás mucho a la mierda ¡Bakugo Katsuki!

—¿Ah? ¡¿Qué dices?! ¡¿Tú crees que una normalucha sin ningún atractivo me podría gustar?! ¡Piérdete de mi camino inútil!

Pasó de lado chocándole el hombro. Sin duda alguna tenía un carácter asqueroso. (...) sabía de sobra que él sentía algo por ella pero la manera tan agresiva de demostrarlo no era muy adecuada porque no podía soportar esos tratos tan malos y las burlas que la herían.
Desde que lo conoció de casualidad en el supermercado y después descubrió que era su vecina, él la molestaba sin pudor pero si veía que alguien más se metía con ella lo apalizaba discretamente.

(...) estudiaba en modalidad normal, no tenía poder y tampoco envidiaba a los héroes, el mundo era demasiado complejo para desde su perspectiva jugar a los héroes.

Cuando salió de clases caminó a casa pensando en lo que una compañera de clase había mencionado, que pronto los estudiantes de la UA residirían de forma permanente en el lugar, no le molestaba en absoluto, no tener que ver a Katsuki por un buen rato no le caería nada mal.
Llegó a casa envuelta en suspiros y ni siquiera tuvo tiempo de quitarse la mochila cuando su madre le dio el mandado de visitar la casa vecina y llevarse algo a la señora Mitsuki.

Su plan era entregarle el paquete y marcharse lo antes posible pero Mitsuki lograba lo que quería y ni corta ni perezosa la invitó a pasar y no conforme con esto le pidió que fuera a saludar a su hijo a su cuarto.

—No creo que sea necesario señora, nos vimos esta manaña.

—¿Ah? Bueno pero eso fue esta mañana ¡Anda! ¡Ve y salúdalo!—Decía tomándola de los hombros haciendo una cara pícara—A él le fascinará que vayas a verlo.
No le dio tiempo a responder, la subió por las escaleras dejándola frente a la puerta de Bakugo para después irse dejándola allí sin saber que hacer. Pensó en darse la vuelta y marcharse pero masoquista al fin tocó la puerta.
No escuchó una respuesta, la puerta se abrió sola, ella pensando que alguien la invitaba a entrar ni lo dudó  y entró quedándose completamente impactada con aquella imagen.

¿Qué puede ser más incómodo que encontrarse a un chico masturbándose en su habitación?

No reaccionó en absoluto, Bakugo la miró cabreado. Se acercó hacia ella olvidándose de su erección para arremeter pero ella no despegaba la mirada del paquete. Percatándose de lo anterior Bakugo la miró sonrojado y ella volteó la mirada.

—¡Vete de aquí, loca!

—Lo siento...

(...) se preparó para salir y en eso Bakugo cerró la puerta.

—No te vayas.

—¿Ah?

Sin previo aviso la tomó del mentón. Juntó sus labios con los de ella mientras se agachaba un poco por la diferencia de estatura. (...) lo agarró de la cintura inspirada por el momento y Bakugo sintiendo el contacto de la chica llevó una mano a su miembro y se tocó.

Era una escena extraña. Ambos fundidos en un beso romántico y el chico excitado se tocaba. Bakugo la cargó en sus brazos tirándola en la cama debajo de ella.

—Espera...¿Qué Q-Qué es lo que pretendes?

—Ya deja de hacerte la inocente. Tú también quieres—Y volvió a besarla.

Bajó hasta su cuello lamiendo con su lengua tibia y húmeda haciendo gemir a la chica. (...) quien se dejó llevar empezó a lamer el abdomen expuesto de Bakugo.

Bakugo se sentó en la cama mirando a la chica fijamente la cual pasaba su lengua por todo el cuello y abdomen del muchacho. La detuvo él mismo tomándola del pelo haciéndola mirarlo. Sus miradas se conectaron y volvieron a fusionarse en un beso mientras Bakugo con su mano libre llevaba la mano de (...) a su miembro para que ella lo acariciara.

Lo hizo con un ligero temblor e inexperiencia. Bakugo se acercó hacia su oído susurrándole que lo hacía bien envuelto en un sonrojo romántico que llenaba la habitación de calor.

(...) lo masturbó cada vez más y más fuerte, Bakugo no dejaba de besarla hasta que se corrió de lleno en la mano de la chica.

Bakugo la acostó en la cama, le subió la falta y le quitó su ropa interior la cual estaba totalmente húmeda por la notable excitación de la chica.

Bakugo empezó a lamerla con mucha malicia y picardía para después introducir sus dedos en ella y la obligaba a mantener el contacto visual. Él volvió a tomarla del pelo y acercar su rostro al de él aún penetrándola con sus dedos.

—¡Ah! ¡Bakugo!

—¡Sh! No hagas tanto ruido baka—Habló en un susurro.

(...) terminó corriéndose en sus dedos, Bakugo los relamió con mucha excitación y después volvió a besarla subido encima de ella. (...) lo abrazó cerrando los ojos escuchando como la puerta hacia un ligero ruido en notificación de que alguien los había estado observando.