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A Uraraka se le subieron los colores a la cara al darse cuenta de que había respondido muy rápido y con mucha, tal vez demasiada, seguridad. Se había expuesto sola. Los comentarios de sus sorprendidos compañeros no ayudaban.

Ashido, pasmada, dirigió su mirada hacia García, quien al verla alzó una ceja y vocalizó un "te lo dije" con una media sonrisa.
La pelirosa no pudo evitar recordar lo que una vez su compañera alada le dijo.

Estaban en la sala común debatiendo qué película iban a ver. Ese día estaban exhaustas, habían tenido un examen práctico sorpresa, y en ese momento sólo querían vaguear.

— ¿Sabes desde hace cuanto tiempo Bakugo y Uraraka se gustan?— preguntó la peli gris como si no tuviera importancia mientras cogía algunas películas— ¿Cual prefieres? ¿Jurassic Park, Dando la nota o Saw?

— ¡¿Qué dices, tía ?! — exclamó Mina para luego observar a la pareja mencionada que acababa de entrar a la sala común como si los hubieran invocado. Parecía que hablaban de luchas o llaves de combate pues la castaña gesticulaba mucho los brazos. Por cómo lucían, sudados y con tierra, la pelirosa supo que estaban volviendo del gimnasio—. Son compañeros de entrenamiento, creo que hasta se podrían denominar amigos, pero a Uraraka le gusta Midoriya— sonrió al recordar como, en primero, su amiga enrojecía cuando se le mencionaba al chico con pecas.

Pero eso fue hace dos años, ¿no? Además, ¿crees que le sigue gustando después de que él abandonara U.A y os subestimara diciendo de que no le podríais seguir el paso? Creo que yo no podría estar con alguien así.

— ¿ Y tú cómo sabes eso?— preguntó sorprendida y un poco a la defensiva.

Kamimari me lo dijo hace unos días— respondió con simpleza.

— Ese bocazas...— murmuró Ashido.— Bueno, da igual, creo que te habrías enterado tarde o temprano.

— ¿Pero por qué crees que no se gustan? — con sutileza cambió de tema— Llevo cinco meses aquí, y por lo que me habéis contado y lo que yo misma he visto... Sí, creo que se gustan— comentó la dragona con seguridad.

— Creo que estás viendo cosas donde no las hay.

Ambas chicas volvieron a mirar a la pareja, que ahora estaba en la cocina. Bakugo al parecer regañaba a Uraraka por cortar mal las verduras.

— La trata igual que nos trata a todos— mencionó la pelirosa.

— ¿Entrena varios días a la semana con nosotros?

— No.

— ¿Deja que le ayudemos cuando cocina?

— Bueno, a mí me dejó una vez... pero quemé el estofado y por ello casi me tira por la ventana— Mina soltó una risita avergonzada— He visto que a veces cocina con Sato.

— Ya, bueno, Sato es Sato, no cuenta. Ellos dos — los señaló con descaro— se conocen desde hace dos años y medio, él seguro que ya se ha dado cuenta que la cocina cara no es el fuerte de Uraraka, pero deja que ella le "ayude". Además... la mira diferente.

Se escuchó una tos—aquel sonido sacó de sus pensamientos a Ashido— Alguien se había atragantado con la bebida. Todos los ojos de la habitación miraron en su dirección. Para sorpresa de estos, Kirishima era el responsable de aquel ruido. Bakugo, quien estaba a su lado izquierdo, con molestia comenzó a darle palmadas, quizás un poco fuertes, en la espalda.

Fiesta de graduación... ¿en el extranjero? -KacChakoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora