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Cuarta noche de reunión. Eran pasadas las doce.

Esa noche faltaban algunos alumnos, TetsuTetsu, Kirishima, Tsuburaba y Mina. Por la mañana tenían un examen para subir nota, cosa que necesitaban, así que no podían permitirse trasnochar.

A los que estaban reunidos ya no les quedaba licor, se bebieron la primera y última botella, pero eso no significaba que no se iban a divertir.

— ¡Mau! — exclamó Uraraka emocionada al tener una última carta.

Solo quedaban Bakugo y ella en la partida. Estaban jugando al "Mau-Mau", un juego de cartas conocido en el norte de Europa, es una versión parecida y previa al famoso juego "UNO".

— No te motives tanto Cara Pan— le respondió Bakugo, acto seguido puso en el suelo, encima de las otras cartas, un stop y un cambio de sentido— Mau— sonrió triunfal y puso su última carta, un cambio de color— amarillo. Mau-Mau

— ¡Maldito bastardo! ¡Ni siquiera era de ese color mi carta! Te odio— soltó Uraraka frunciendo el ceño  y girando la cabeza para no verle, provocando que su rival bufara divertido.

Con el paso del tiempo, los compañeros de la castaña se dieron cuenta de que ella no era tan dulce cuando se trataba de una competencia o, en ocasiones, de un juego. Era una mala perdedora, pero solo cuando se lo tomaba muy en serio o cuando se trataba de Bakugo, y el pasar mucho tiempo con este, entrenando, no ayudaba. Aunque a él le encantaba ese lado agresivo de ella, cosa que no admitiría en voz alta.

— Y yo a ti— respondió con una sonrisa ladina, y cuando Uraraka lo miró él le guiñó un ojo, ocasionándole a la chica un leve sonrojo pues no esperaba ese gesto y como respuesta ella le sacó la lengua provocando que el chico burlara de su gesto infantil.

— Bakugo, tampoco te vengas arriba que tú has perdido contra nosotras— Tokage se señaló a sí misma, a García, a Jiro y a Rossi.

El rubio se había centrado tanto en Ochako que por un momento creyó estar a solas con ella, hasta que la "Ceviche"—apodo dado por el chico haciendo referencia al don que ella posee— explotó la burbuja, se había olvidado por completo de sus otras compañeras.

— ¡Que te den!— exclamó disimulando su vergüenza al darse cuenta que flirteó con Ochako delante de sus compañeras.

— Los perdedores primero— soltó con burla mientras ponía la canción "Sudpang" en el pequeño altavoz.

— ¡Oye!— se quejó Ochako— ¡Que yo he quedado la última!

Estuvieron picándose hasta que Jiro los centró en lo importante, la fiesta.

— A ver... como buenos japoneses que somos— miró a Rossi y a García — al menos la mayoría y como no se nos ha ocurrido nada mejor, organizaremos un karaoke, cantaremos por grupos porque si no tardaríamos más de una noche, a no ser que no participen muchos, quienes tengan la mejor puntuación ganan— explicó la pelimorada— Entonces, necesitamos un local lo suficientemente grande para unas 50 personas, medio de transporte...— la anfitriona no pudo continuar pues una compañera la interrumpió.

— Una lista de licores— añadió la peligris.

— ¿Licores? Pero si estamos en Japón. Aquí aún somos menores de edad para beber. Técnicamente lo que hemos tomado durante todas nuestras reuniones ha sido ilegal —mencionó Rossi— Ninguno de los representantes de nuestras clases nos dejará llevar alcohol. Son muy estrictos— le recordó.

Sarabi Rossi, era una alumna extranjera que se incorporó a la U.A a principios de ese mismo año. Fue asignada a la clase B.
Rossi era una chica de estatura media, mestiza— de padre italiano de ascendencia africana y de madre china/tailandesa—delgada, con el pelo rojo granate y afro, normalmente recogido en un par de trenzas de boxeadora. Sus grandes ojos eran azules con apariencia de botón, dándole una muy leve y extraña apariencia de muñeca,

Su don era "Voodoo doll". Puede manipular y causar dolor a las personas mediante muñecas de trapo que creaba a partir de una prenda o del ADN de una persona. También puede provocar alucinaciones.

— Es verdad— reconoció Jiro— Una cosa es beber a escondidas en los dormitorios, pero llevar licor a un local que está fuera... eso ya es otro nivel.

— ¡Genial!—exclamó Bakugo con sarcasmo—¿Y ahora que coño hacemos?

—Viajar a otro país— respondió Sarabi sin pensar.

— ¡Ojalá! sería divertido— comentó Uraraka con una pequeña sonrisa.

— Claro, solo hace falta que un par de nosotros venda un riñón, así podríamos pagar el viaje— soltó Tokage.

— Tendré que mirar el presupuesto, pero no me parece mala idea. El último viaje de fin de curso... me gusta— murmuró la anfitriona.



















































En mi cabeza Tokage escucha este tipo de canciones. Me la imagino bailando este Temazo junto a Mina


La letra en español


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Fiesta de graduación... ¿en el extranjero? -KacChakoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora