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¿Cómo podría empezar?

Todo siempre se sintió un poco superficial, nadie era amigo de nadie de verdad, los colores se desvanecian en ciertos lugares, pero para ese entonces no conocía el término irreal y resulta que se encuentra en todos lados, tanto como los colores.

Terminé dándome cuenta, un tiempo después, que nada era lo que parecía, que había demasiadas preguntas con respuestas que nadie quería averiguar.

Así que yo lo haría.

No sé si me arrepiento.

No, no lo hago.

Busqué por todos lados, todos los que pude haber alcanzado. Fuí hasta la última estación de todos los trenes, corrí por todos los campos, miré el cielo por horas, pregunté a todas las personas, escuché todas las canciones y sin importar cuánto intentara, siempre regresaba al mismo lugar. A la duda.

Mi mamá me miraba con paciencia, como extrañamente siempre hizo.

Tras una larga vida, si es que puedo llamarla larga o siquiera vida, empecé a cuestionarme donde estaba.

¿Por qué los pájaros cantaban? ¿Y cómo yo sabía que cantaban si solo escuchaba? ¿O acaso no lo hacía? ¿Qué es escuchar?

¿Por qué sabía yo tantas cosas? ¿Cuándo las aprendí? ¿De dónde las aprendi? ¿Qué es todo lo que sé?

Ninguna de todas las preguntas tuvo una respuesta inmediata, por lo que decidí buscarlas en otro lugar. En donde siempre me habia refugiado.

Ese día, entré a esa pequeña oficina y pedí los libros más antiguos que hubiese. Y tuve esperanzas.

Pero no los entendí, a ninguno.

Los tenía junto a mi y no sabía que significaba lo que tenían escrito. Sabía yo tanto, pero no eso, lo que tanto quería saber no era capaz de entender.

Porque...

Porque...

Porque...

¿Por qué...?

"Sos joven, eso no importa ahora, preocupate por otras cosas"

La recepcionista solo supo entregarme una desteñida revista de actividades probablemente vencidas, en algún sitio al que probablemente ningún micro me llevaría.

Salí de ese lugar con más preguntas de las que tenía al entrar, pero ahora por lo menos tenía una idea de a lo que me enfrentaba si tanto me interesaba la verdad.

Me enfrentaría a cosas que no entendería.

En ese lugar, frente a todas mis dudas, ya no sabía nada.

Corazón de TintaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora