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Luego de mucho tiempo buscando una ruta que me llevase a algún lado, encontré en una canción la respuesta. Y es que no tenía que usar un camino rápido, ni correr, ni gritar. Debía esperar, caminar y hablar, para luego subir a ese micro que nunca pasaba por acá, del que nadie conocía la última estación.

Y ahí entendí algo. No todo, pero algo.

No necesitaba todas las respuestas que quería.

Y obtendría solo las que necesitaba.

Y eso para mi, era suficiente.

Cuando subí los escalones de ese micro, pude ver como dentro estaba lleno de colores, casi tantos como los guantes de mi mamá, aquellos que vi una vez.

Allí la gente aplaudía al compás de las canciones de la radio, había personas de todas las edades, vestían todas diferente y ahí, todos se preocupaban por todos.

Si alguna vez tenes la oportunidad de hacer un viaje sin destino, de subir a un micro por un largo tiempo con buena compañía, tómalo y después contame como te sentiste vos, porque yo, yo me sentí feliz.

En ese micro conocí a muchas personas diferentes, como por ejemplo a una señora de larga edad, que por más que se moviese mucho, se vistiera con muchos colores y sintiera cuanto pudiera, estaba lista para cuando fuese debido, marcharse hacia donde la vida dictase, lista para ser un mancha en el papel, para ser absorbida en su totalidad.

No pude comprender cuando sucedió, pero de un momento a otro, ya no necesitaba estar ahí.

Porque, ¿Por qué ellos sí podían salir y brillar?¿Y tantos allí, de donde yo venía, donde nadie era amigo de nadie, se veían perdidos en las vías del tren que no llevan a nadie a ningún lugar?

No tuve como se dice envidia, pero si pena y quise regresar.

Y me dejaron hacerlo, porque yo decidía, porque ahí, yo era libre.

Así que, si es que algún día podes tomar un micro que te lleve a algún lado, asegurate de tener buena compañía. Y no te retractes tan rápido, antes de eso baja en alguna parada, o hace algo de lo que no te vayas a arrepentir.

Y contame todo, pero acordate con más fuerza lo que te haya gustado.

Corazón de TintaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora