Estaba sentada en la roca que da hacia el mar. La roca que está en la playa donde siempre íbamos.
Hoy hace justo dos meses desde tu muerte.
No creo que pueda soportarlo, Connor.
El frio me abraza constantemente, incluso en los sitios donde hace calor. Yo sigo temblando. Es como si hubieras dejado un vacío permanente en mí, que me sigue a donde quiera que vaya.
Ya casi no salgo de casa, solo salgo para venir a esta playa y hundirme un poco más en el mar de recuerdos que hay en ella.
Te echo de menos, Connor.
Tendrías que estar aquí, conmigo.
Tendría que estar a tu lado, observando tus ojos, que eran constelaciones en las que yo me perdía.
Nunca supe que esto iba a acabar así.
El otro día, miércoles, pasé al lado de la pequeña tienda de la calle 703. No me compré ningún disco. Ni la música puede llenar el espacio que has dejado.
También pasé por la cafetería, me pillaba de camino. Pude ver, justo en nuestro sitio, a una pareja sentada hablando mientras se reían.
Se parecían mucho a nosotros.
Todo empezó en un frío invierno y ha acabado igual. Solo que este frío no me abandona.
Por las noches es peor. No duermo. Ya nada puede callar mis demonios de dentro.
Mi tía me ha llevado al psicólogo. "Estás deprimida." Me dijo.
No como, no tengo hambre. Vivo a base de medicina.
¿Es así como se siente tener el corazón roto?
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Clementine.
PoetryNo quiero que seas mía, quiero que seas tuya, que seas libre, que vueles por tu cielo y de repente te aparezcas en mi ventana cuando no te espere. No quiero que vengas porque te llamo, quiero que una noche cualquiera toques mi puerta, mi cuerpo y mi...