Narradora: Rachel Gardener
Enterarme de que posiblemente la llave de mi madre puede ser la del cofre del tesoro de Jarom me tomó por sorpresa. Sé que para el duende tampoco es fácil lo que está pasando, sin embargo, no consigo otra solución que probar si esta llave es la de su cofre y si no es debemos buscar el objeto o lugar que esta abre.
Al parecer hay muchas cosas que el duende sabe y no nos quiere decir; así como no nos contó de su tesoro.
Ad, le da una mirada confusa al Duende que por mi propuesta se muestra aterrorizado y se pasea de un lado a otro con la vista puesta en el suelo.
—No puedes obtener mi tesoro —declara con mucha seriedad.
—¿Y por qué no? —Le pregunto frunciendo mi entrecejo—. ¿Nos puedes decir?
Sus ojos azules por fin me ven a la cara y están húmedos. Se queda unos segundos pensando como si lo que fuera a decir se trata de algo muy importante y a la vez doloroso.
Cuando sus labios se despegan y va a comenzar a hablar una discusión nos interrumpe y nos hace voltear hacia la misma dirección. Acercándose a la casa Ginger viene sujetando con fuerza el brazo de Darcy y la trae a rastras. Mi hermanastra viene llorando y su madre profiere palabrotas que enseguida me ponen nerviosa; todos sabemos que cuando lo hace es porque está sumamente enojada y es capaz de llevarse por delante a todo aquel que pueda estorbar.
—Yo me voy, creo que esto se pondrá peor —sugiere Jarom y se marcha.
Adler interroga a su madre por tratar de esa forma a su hermana y ella no responde, sino que entra a la casa y empuja con brusquedad a Darcy hacia un lado. La chica se acaricia el brazo en el lugar donde su madre apretaba con fuerza.
—¿Así es como me pagas? —Le grita su madre y se avienta hacia ella para darle una bofetada.
Ad, se mete en medio de ellas y sostiene la mano de su madre en defensa de su hermana.
—Suéltame Adler, esta niña no se va a burlar de mí —intenta pasarlo para poder golpear a Darcy que sigue llorando.
—No mamá —contesta Ad con un tono de voz autoritario —Me van explicando ahora mismo lo que está pasando.
—¿Qué pasa? Te voy a decir qué pasa. —Señala a la hija con su dedo índice—. Esa estúpida es novia de un panadero —dice lo último con desprecio.
—¿Eso es cierto, Darcy? —Su tono de voz ahora es tenue.
La chica hace una pequeña afirmación y su madre intenta nuevamente golpearla pero su hijo la sostiene antes de que logre atajarla por el cabello.
—¡Ya basta! —Grita con fuerza el chico, mostrándose molesto.
Me quedo paralizada en la puerta viendo todo el espectáculo que armaron y me limito a solo observar, por experiencia sé que no es buena idea meterme en esta pelea familiar.
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El tesoro de un duende
FantasyJarom, un joven convertido en duende como castigo de un hada. Exiliado del mundo de los duendes, atado al bosque por un tesoro que debe entregar para poder librarse del castigo, sin poder ser visto por los humanos que no creen en los duendes y sin p...