Cacería

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El corazón de la chica latía como la rapidez de un rayo, sentía el palpitar en sus orejas mientras que sus pies corrían lo que podían, de vez en cuando tropezando entre la tierra, culpando a la intensa adrenalina que corría por sus venas, estaba escapando.

Sus piernas ya agotadas, la llevaron detrás de un árbol, entre grandes arbustos que podrían ocultar algo de su delgado cuerpo, ella jadeaba ante el apresurado andar, recuperaba grandes bocanadas de aire entre un torpe sigilo, sus pies dolían y una capa de sudor decoraba su frente. No podía evitar sentir una leve ansiedad, como si estuviera a punto de recibir una gran sorpresa, su sangre hervía por el calor y sus manos apretaban aquel oscuro tronco, volteando su cabeza para ver el exterior. Vigilando.

Recordaba esos desesperados pasos detrás de ella, pisándole los talones, el sonido de ramas rompiéndose y hojas moviéndose, avisándole que su peligro estaba cerca.

Sus ojos recorrían cada rincón del lugar, el basto paisaje verde, árboles, maleza, rocas, sus latidos aumentaban cuando no veía señales de movimiento, aumentando su inquietud. ¿Lo habría perdido?

—Te encontré.

La chica chilló cuando sintió un agarre en su cintura, dio un salto y cuando estaba entre el forcejeo, quedó plasmada en el vivo césped, inmovilizada totalmente. Ella se quejó. —¡No puede ser!

—Yo gano. — Esa firme voz la hizo estremecer, Hunter estaba encima de ella, sosteniendo sus manos contra el suelo, aunque con él encima, solo podía ver su perfecta silueta masculina gracias a la luz del sol, notando esos numerosos mechones rebeldes que caían al frente.

—¡No es justo! — la chica exclamó. —Usas tu habilidad de rastreo, eso es trampa.

El clon sonrió de lado. —No es trampa si no hay reglas. — le contestó.

Siempre hacían esto, cuando tienen la oportunidad de descansar en un planeta, ambos jugaban a las “escondidas". Mientras que el resto del equipo se quedaba en la nave, ella corría por los bosques mientras él la buscaba como un vil depredador. Aunque él dice que es un “entrenamiento de supervivencia”, la chica notaba lo mucho que le divertía a Hunter.

Su piel desnuda sentía el tacto de esas fuertes manos que la inmovilizaban, con sus muñecas arriba de su cabeza, ella estaba a merced de su cazador. Su pecho subía y bajaba bajo la oscura armadura del clon, la áspera textura de su coraza reflejaba las numerosas batallas que tuvo que soportar. El sol golpeaba con su rayos radiantes, pero eso no se comparaba con el calor que el cuerpo del hombre le ofrecía a ella, el silencio abrazaba sus cuerpos, acompañado por la conexión de sus miradas. La chica recorría, observando todos esos detalles que lo hacían ver tan varonil, marcados sobre ese tatuaje, hasta llegar a sus ojos, el hermoso marrón hipnotizaba su juicio, cayendo entre millones de pensamientos que ni ella misma hubiera imaginado alguna vez. Ni siquiera se había dado cuenta como su boca se había abierto un poco.

Hasta que su consciencia la hizo caer de golpe a la realidad.

Parpadeo rápidamente y sus pupilas se encogieron cuando sus ojos observaron la situación, liberó sus manos y de un suave empujón la chica apartó a su compañero de encima, sentía su sangre hervir por sus coloradas mejillas y apartó la mirada al notar como Hunter se le había acercado a su rostro en aquel momento. —Los demás ya deben estar preguntando por nosotros. — aunque su voz era firme, su rostro llevaba pegada la palabra "vergüenza" en grande.

Hunter aclaró su garganta, tratando de tapar esa incómoda escena. —Si, claro. — copió su acción, observando cualquier otra cosa, menos el rostro de la chica.

—¿Te parece otra ronda más?

El clon volvió a mirarla con sorpresa, ella le brindaba una tímida sonrisa que solo Hunter podía apreciarla de vez en cuando, él suspiró cerrando sus ojos, derrotado, pero en el fondo ocultaba su gran entusiasmo.

—Muy bien, otra ronda… ¿Alisann? — él se levantó, quedando plasmado en su lugar, ya que la chica ya no estaba, volteando hacia todos lados, buscando con la mirada, sorprendiéndose un poco por la rapidez de su escape. Observó el suelo, e hincó una rodilla al notar como unas huellas de pies femeninos desaparecían al alejarse de esa posición. Hunter negó con la cabeza, mientras una juguetona risa se escapaba de sus labios.

Nuevamente, la cacería ha comenzado.

Hunter | One-Shots Donde viven las historias. Descúbrelo ahora