Maquillaje

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—Dos cajas de mezcla Mantell, por favor.

El abundante aroma envolvía su olfato, Alisann recibió las dos cajas y se las entregó a sus dos acompañantes quienes esperaban ansiosos para comer ese aperitivo. Era la tradición de Wrecker y Omega. Con mucha suplica el par le pidió a Hunter el anhelado permiso, cosa que el sargento accedió, pero no contaba con la compañía de Alisann.

Las súplicas de los tres lograron convencer a Hunter, no sin antes escuchar la importante condición de cuidarse y estar atento a su alrededor, pero para Wrecker no era problema, protegería a ambas féminas si algo sucediera. Aún necesitaban estar en un perfil bajo y no podía faltar un cazarrecompensas en la lista de amenazas del escuadrón.

Alisann pagó los pedidos con créditos propios que las apuestas Omega consiguieron. Tachando esa despreocupada idea de agregar el pago a la cuenta de Cid. Wrecker debería aprender de ello.

Caminaron entre el comercio, escuchando a los comerciantes ofrecer sus apreciados productos a las personas, la calle estaba algo habitada, siendo un lugar perfecto para perderse, pero la gran altura del clon quien las acompañaba era un punto a favor para mantenerlas vigiladas. Aunque estaba más concentrado en comer las sustancias con la pequeña que fijarse a su alrededor.

Tenía a Omega sentada en su hombro mientras recibía las porciones que ella le compartía, ambos felices disfrutando de su pequeña tradición.

—Ali, ¿Quieres probar? — la niña le ofreció con simpatía una pequeña ración para la primera vez.

La joven sonrió, negando. —Estoy algo satisfecha. — dijo mientras sobaba su delgada panza y era verdad, ya que ella se había comprado un refresco momentos antes.

Hasta que sus ojos vieron una linda tienda, llamando su atención. Se adelantó con el motivo de observar con más claridad lo que ofrecía y para su curiosidad, era un puesto de maquillaje. El clon y la niña habían llegado a su lado, aún disfrutando de sus cajas de mezcla Mantell, pero Alisann estaba tan asombrada por las variedades de elementos faciales. Labial, piel, cabello. Herramientas que provenían de la cultura femenina de otros planetas, era como ver un museo de la belleza.

—¿Puedo ayudarles en algo? — una señora de edad llegó al mostrador, demostrando con su voz lo humilde que era.

Alisann retrocedió un poco. —Solo estamos mirando, no se preocupe. — le aclaró con amabilidad y respeto hacia la señora.

La mujer acomodó sus anteojos, analizando a la chica. —Pero si eres una joven muy linda. — le sonrió con un instinto de abuela. —Debes tener a muchos pretendientes detrás de tuyo. Dime, ¿tienes a un hombre en especial?

El cuerpo de Alisann se tenso al escuchar esas palabras y no pudo evitar pensar en el clon de pañuelo rojo. Provocando la rebelión de sus nervios, pero la voz de Omega fue su perdición.

La risa de la niña provocó un sonrojo en su tez. —Sí tiene, uno muy especial. — Omega bromeó, siendo Wrecker el que rio más fuerte.

Bajó la cabeza mientras que con una mano trataba de cubrir el color de su rostro, avergonzada, pero con la verdad. Era increíble, pero ahora no podía dejar de pensar en Hunter, todo de él pasaba por su cabeza como imágenes del recuerdo, sus roces, abrazos, miradas, sonrisa, hasta los momentos más íntimos no dejaban de girar en su mente.

Se agradecía internamente por no ser víctima de alguien que leyera los pensamientos.

—¡Que suerte la tuya! Debe ser alguien muy afortunado.

Y guapo. Alisann pensó.

Omega sonrió con orgullo. —Sí que lo es. — añadió y continuó comiendo de su aperitivo.

Hunter | One-Shots Donde viven las historias. Descúbrelo ahora