~}la bestia{~

842 72 30
                                    

.
.
.
.
.

— señor...

— que?.. —dijo carraspando la voz en señal de enojo

— hay un muchacho en el calabozo

— Que!? —se volteo a la mujer enfuresido

— llegó disiendo que estaba buscando a su abuelo.. T-tenemos la creencia de que su prisionero puede ser su abuelo t-tal ves sea prudente dejarlos ir ya que se detuvo la tormenta y se aproxima el amanecer...

— no

*
*

— Miguel...

— papá Héctor que paso- corrió hasta su familiar completamente preocupado— que le paso? esta completamente frío

— tu viejo ya no es lo mismo de antes chamaco—*toce*— tienes que irte

— no me iré de aquí sin usted

— no Miguel vete, no estas seguro aquí, tienes que irte

— tranquilicese estara bien, una mujer me dijo que hablaría para que lo liberen

— no no, no lo entiendes aquí hay una

Un estruendoso sonido dejó mudos a ambos. Su abuelo poso la mirada en un punto que le desfiguró por completo su expresión de una de sorpresa a una de miedo total, el moreno no entendía que pasaba hasta que se topo con una figura enorme de lo que paresia ser una persona oculta tras la oscuridad de aquella torre

— qué haces tú aquí?— pregunto imponente sin moverse de su escondite— has venido a liberar a mi prisionero!..

— no no señor p-porfavor escuche me, el es mi abuelo, esta helado porfavor déjeme llevarlo a casa

— tu abuelo no es más que un ladrón se merece estar en esa celda

— mi abuelo no es ningún ladrón señor! El es un hombre honrrado, tenga piedad, si se queda aquí enfermara, nesesita de su familia, no puede quedarse aquí

— no se puede ir sin pagar su condena, si el se va entonces tendras que quedarte en su lugar...— respondió tan fríamente como las rejas de aquellas celdas

— puede acercarse a la luz porfavor...—el ser camino lentamente, desfigurado aquella figura casi humana que se formaba en la oscuridad, apenas su hocico tocó la luz cuando pudo ver el miedo que provocó en aquel joven, pero aún así el muchacho lo enfrento— l-lo dejaras ir si me quedo?

— te doy mi palabra— el muchacho miro a su abuelo

— no Miguel no lo hagas yo ya estoy viejo... Ya vivi lo suficiente porfavor vete

— estaré bien papá Héctor porfavor cuide de a mi abuela por mi...— Miguel se levantó y miro a la bestia— me quedo...

La bestia se movió de forma tan rápida sacando al hombre de la congelada celda para arrastrar lo nuevamente hasta afuera de la torre, Miguel corrió hasta una de las ventanas, y pudo ver como su abuelo era arrojado a una vieja carreta carcomida por el tiempo, viendo así como su abuelo simplemente se alejaba a toda prisa, sin conductor y sin saver a donde iría a parar su abuelo, aterrado por lo que acababa de ver, se dejó caer sobre el helado piso llorando sin consuelo.

Habia pasado un tiempo, mentiría si dijera cuanto paso, solo sabía que el frío en ese lugar se volvía cada ves más agresivo, sin embargo no salió de ahí ni unque la celda estubiera abierta. Pues temía que afuera hiciera mucho más frío que ahi, aunque eso ya no importaba cierto? Después de todo no tenía por qué más vivir si ya lo había perdido todo en un instante.

El Musico Y La Bestia (Higuel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora