🌴 Secret Paradise // [itabowl] || TERMINADA

04| El infierno te abre las puertas, mocoso

⬆ La imagen utilizada al inicio del capítulo corresponde a @jujutsuanimes en Twitter.
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Advertencia: Este capítulo contiene escenas con striptease, masoquismo, sadismo, bondage y lenguaje vulgar. Si eres sensible a alguno de estos temas, por favor, recomiendo leer con discreción. La idea es que te sientas a gusto. Tengamos una lectura segura ;)

¡Aviso!: Recuerda colocar la música cuando aparezca "[🎶]" en pantalla. No es obligación hacerlo. Del mismo modo, puedes reproducirla desde antes, sí deseas.

Pedirles una disculpa en cuanto a la música. Ya no sé qué ocurre con Wattpad. De todas formas, la canción es "Gimme More - Britney Spears (slowed + reverb// audio edit)"

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El peliblanco, tras acabar su presentación con Yuuji Itadori, continuó su rutina diaria en el club, dándole fin luego de largas horas a su jornada laboral.

Eran las tres de la mañana.

Como siempre, debía asearse y arreglar sus pertenencias, por lo que fue a los vestidores del personal a cambiarse. Allí se topó con sus demás compañeros. Encaminándose al cajón de metal donde se hallaban sus cosas, sacó de éste sus prendas de ropa y una toalla. Quienes le rodeaban lo observaban con curiosidad.

―¿Qué tal te fue, eh? ―interrogó divertidamente un joven de corta y desarreglada melena azabache, palmeando a modo de juego la espalda del ojiazul.

Todas las miradas estaban fijas en Satoru. A pesar de que no quisieran confesarlo, les interesaba muchísimo saber cómo había sido su experiencia con el ganador del premio, e internamente agradecían a Toji Fushiguro ―el chico de cabello negro― por haberle preguntado.

―¿Y bien? ―Volvió a cuestionar.

―Es un caso especial.

―¿Especial? ―inquirió el contrario, incrédulo. No esperaba aquella respuesta y los demás tampoco―. ¿A qué te refieres con eso?

―No sabría describirlo. Ya lo entenderán cuando les toque con él. Ahora déjame ir a ducharme.

Toji soltó un resoplido.

―Como sea ―declaró el mechones oscuros―. Me importa una mierda.

En la lejanía, un hombre de melena rosada y con el cuerpo lleno de tatuajes pensaba detenidamente. Ese día era su turno de presentarse con el chico y deseaba tener una idea en mente, pero debido a la lamentable escasez de información que el albino otorgó, no consiguió demasiado.

Yuuji quedó estupefacto ante el inesperado roce de labios que tuvo con el de orbes marinos. ¿Por qué lo hizo? No entendía. No obstante, el haber sentido de cerca las rosadas almohadillas del mayor causó unas emociones jamás experimentadas en su interior. Era nuevo. Y, pese a conocerse hace unas cuantas horas, Itadori sentía las ganas de mantenerse con él y realizar más. La repentina acción le agradó y se odiaba por desearlo.