Lazos De Sangre (Kimetsu No Yaiba) (Fanfic) (pausada)

El camino para un espadachin

Al amanecer Takeo salio de la cueva buscando y pensando como llevar a su hermano recordando las advertencias de Tomioka que por nada del mundo él sol debe tocar a su hermano.  No sabía porque pero tampoco quería averiguarlo, fue cuando noto una pequeña casa que estaba junto al rio y decidió acercarse para ver si había algo de utilidad.

Ahí noto una canasta que estaba algo maltratada, observándolo detalladamente aun tenia utilidad, solo sería reparar esos pequeños agujeros que tenía - Disculpe señor.  ¿Sera tan amable de venderme la canasta y un poco de bambú? - lo llamo viendo al adulto quien estaba cultivando unas semillas - Puedo regalarte la canasta, ya no me sirve asi que llevatela y el bambú no hay problema tampoco - habló viendo al menor.

- Oh, pues entonces dejeme pagarle él bambú - comento Takeo mientras sacaba de su bolsillo unas 5 monedas - Te dije que no es necesario - exclamo el hombre viendo como él niño cortaba unos cuantos bambú - No es mucho pero aceptelo por favor - dijo el azabache dándole el dinero en la mano.  No esperó respuesta ya que agarro todo y se fue corriendo.

- Hermano ya volvi - llegó con una sonrisa pero esta desapareció al no ver al mayor - ¿Ah? ¡¿Se ha ido?! - exclamo algo desesperado pensando que quizás Tanjiro haya huido.  Pero logro escuchar como si algo o alguien estuviera cavando, se asomo a la cueva para ver mejor y ahí noto a su hermano quien se asomaba desde un agujero que el mismo había hecho.

- Se ve algo incomodo, y parece ser por la luz.  Tranquilo hermano dejame arreglar esta canasta para poder seguir nuestro camino - le hablo el menor para salir a ponerse a trabajar en arreglar la canasta, agradecía a su padre el que les enseñara la mano de obra y se las ingenio para ir reforzando la canasta y cubrir los agujeros. Cuando lo había terminado preferio asegurarse que habia hecho buen trabajo y la levantó con vista al sol notando como unos ligeros agujeros pasaban por el sol.

Decidió rearmar esas zonas ya que por nada del mundo permitirá que el sol le de a su hermano.  Cuando volvió a terminarla repitió el proceso y ya ni el mínimo rayo de sol se podía ver.  Contento con su trabajo regreso adentro de la cueva acercándose al burdeos - Tanjiro ¿Puedes meterte en la canasta? Debemos avanzar ¿Si? - vio como él mayor solo se quedaba viendo la canasta sin haber captado su petición
petición - ¿No quieres que un demonio me ataque si caminamos por la noche verdad? - hablo usando el tono de tristeza, siempre usaba ese truco para convencer a su hermano ya sea para dejarlo hacer lo que quería o pedía algun dulce.

Tanjiro decidió salir de su agujero y se acerco a la canasta pero no podia entrar ya que era mas alto que Takeo y sobresalía demasiado - Hay había olvidado que eres mas alto que yo ¿Ahora como nos movemos sin que él sol te de? - se sentó cruzando los brazos mientras pensaba en otra solucion.  Pero al estar metido en sus pensamientos no se dio cuenta que su hermano se había encogijo al tamaño de un niño de 4 años y este sin dificultad entró a la canasta - ¿Ah? Puedes hacerte pequeño, wow eso es bastante útil, bien hecho Tanjiro - lo felicito mientras acariciaba sus rojos cabellos.

Al hacer eso le recordo que esas muestras de afecto que su hermano mayor siempre le hacia desde que eran mas pequeños, le agradaba que acariciara la cabeza pero cuando sus 2 hermanos menores se enteraron lo usaron para molestarlo, cosa que le sacaba vergüenza y siempre evito que Tanjiro hiciera eso en frente de Hanako y Shigueru aunque al mayor no le importaba y siempre buscaba animarlo haciendo ese afecto.

Retiro con suavidad su mano de la cabeza de su hermano ganándose una mirada de duda y curiosidad por parte del demonio - Nada, yo me encargo del resto, ahora tu hermano menor te protegerá - hablo mientras lo cubría con la sabana que uso para dormir, lo único que se trajo de su casa a parte de su hacha.  Una vez aseguro él nudo en la canasta procedió a cargarlo, agradecía que tenía él mismo tamaño que Rokuta, además que ya estaba acostumbrado a cargarlo cuando este se quedaba dormido esperándolo mientras trabajaba.