Prologo

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La vida a veces no es justa. ¿Verdad? Tu rutina diaria de la vida puede ser interrumpida de cualquier modo. Todos sabían que tarde o temprano el padre de familia Tanjuro Kamado terminaría falleciendo debido a su enfermedad. Los primeros días fueron algo difícil para su ahora viuda esposa y sus seis hijos.

Él mayor de todos tomo él papel como él hombre de la casa, siendo ahora el quien se dedicara a traer él dinero al hogar y a proteger a su madre y hermanitos, ya estaba acostumbrado al trabajo pesado ya que siempre acompañaba a su padre a vender él carbón que hacían.

Los recuerdos de su niñez de cuando apenas su primer hermano menor aprendía lo básico del trabajo ambos acompañaban de vez en cuando a su padre y este los subía a la carreta cuando estaban cansados siendo jalados por su padre mientras les contaba historias.

Pero ahora que Tanjiro se esta dando cuenta esta dejando un poco de lado a sus hermanos menores por estar muy centrado en él trabajo. Nezuko lo comprende siendo la segunda mayor de todos, de vez en cuando le decía que podia reemplazarlo aunque sea un día para que pasara un poco mas de tiempo con sus otros hermanos.

Takeo su primer hermano menor aunque no lo quiera admitir extraña esos días en los que pasaban juntos ya sea jugando o cortando la leña, Hanako y Shigueru sus siguientes hermanos ya echan de menos cuando les contaba historias y el menor de todos Rokuta, quien se aferra mas a su primer hermano mayor ya que como perdieron a su padre no quiere perder a su hermano, sin mencionar que también es la viva imagen de su padre recién fallecido y le hacia sentirlo cerca de nuevo.

Durante él almuerzo su hermana Nezuko comentó que las verduras que habia conseguido sobraron bastante para los próximos días, su madre estaba feliz de saber que tendría bastante alimento para sus primogénitos los próximos días.

- Siendo asi creo que este dia no debes bajar la montaña hermano - comento Nekuzo llamando la atención del resto de sus hermanos - Pero sabes que puedo vender para tener para él resto de semana - contesto Tanjiro - Si pero has estado trabajando de más, porque no mejor descansas sólo por este día. Además tenemos suficiente para los siguientes 3 dias, por esta vez Tanjiro descansa, ya mañana puedes ir con Takeo a vender - hablo su madre regalándole una sonrisa, logrando convencer a su hijo de quedarse.

- ¿Entonces podemos ir con Tanjiro y Takeo mañana mamá? - preguntaron a la vez Hanako y Shigueru - Si el clima no esta tan helado quizás, pero si la nieve aumenta entonces no - les recordó su madre haciendo que sus ilusiones de ellos disminuyeran - ¿Que tal si hacemos galletas de postre para mas tarde? - comento después haciendo que los ánimos de todos se elevaran.

Todos querian ayudar y se pusieron manos a la obra apenas terminaron de comer, así se pasaron la tarde rápido, en lo que esperaban que las galletas se hornearan los seis hermanos estaban jugando lanzándose bolas de nieve en una guerra entre ellos. Se divertían muchísimo, ya extrañaban pasar tiempo asi los seis y querian aprovechar ese día al máximo.

Cuando su madre les hablo diciendo que ya estaban listas las galletas la mayoría se adelanto corriendo, Tanjiro cargo al pequeño Rokuta debido a que estaba muy cansado por jugar y ya no tenía fuerzas para caminar. Al llegar disfrutaron de las galletas que entre todos hicieron acompañado de un poco de leche caliente, al ya ser muy tarde y acabado él plato de galletas se fueron a dormir ya que mañana su rutina diaria seguiría.

Mas tarde en la noche Tanjiro sintió un aroma bastante raro que se acercaba, trato de levantarse sin despertar a Rokuta ya que ambos dormían juntos. Su madre escucho sus pasos y se desperto también, antes de poder preguntarle que ocurría la puerta fue tumbada y él fuerte frío entró despertando al resto de la familia.

Ahí estaba un hombre de piel pálida, cabello oscuro como la fría noche y ojos carmesí como la sangre, al desconocido le llamó mas la atención los aretes hanafuda que portaba el de cabellos burdeos, este noto las malas intenciones que tenía contra ellos.

Grito a su familia que escapara, su madre se aferro a Hanako mientras Nekuzo tomo al pequeño Rokuta para tratar de escapar mientras Takeo cubria a Shigueru con su cuerpo. Pero nadie logro salir ileso de sus ataques, todo paso tan rápido, la sangre estaba por todas las paredes. Aunque trato de pelear contra su atacante con el hacha este simplemente lo rompió con facilidad y cuando menos se dio cuenta ya había sido herido de gravedad.

Toda su familia tenia heridas mortales, sabia que ninguno podria sobrevivir a esas heridas, escucho como aquel sujeto se retiraba y con trabajo se arrastró hasta llegar con sus dos hermanos, los abrazo con cuidado para perder la conciencia debido al dolor de sus heridas.

No supo cuanto tiempo paso pero al despertar no tenía heridas, por un momento penso que estaba muerto, pero al levantar la mirada vio que toda la pesadilla no era un sueño si no la cruda realidad. Pero el olor de la sangre se sentia bastante bien, no entendía que le hizo ese tipo pero sentía un gran apetito.

No puede, no debe comerse a su propia familia, aunque su estómago este pidiendo comida él ignora, su lucha consigo mismo se vio interrumpido a un quejido de dolor de uno de sus hermanos, Takeo seguía con vida. Rápido revisó a su hermano y vio que sus heridas no llegaron tan profundas, podia cargarlo hasta él pueblo para que alguien lo ayudara.

Pero como seguia sintiendo el olor a sangre agarro el mango del hacha y se lo colocó en la boca como mordaza para evitar que algo malo hiciera. Cargo con cuidado a su hermano y con el dolor de ver al resto de su familia sin signos de vida salio con prisa por ayuda para la única familia que le queda.

Él camino era bastante agitado y con el frio mas la intensa nieve se le veia difícil, pero por salvar a Takeo hara hasta lo imposible. Logro escuchar como lo llamaban pero solo pudo responder con un gruñido debido al mango que tenia en la boca para evitar atacarlo. Pero su caminata fue interrumpida por una voz desconocida para ambos hermanos.

- ¡Alto ahí demonio! - ambos vieron adelante a un hombre de cabellos azabaches y ojos azules - ¡Te ordeno que sueltes a ese niño por las buenas! ¡¡O me vere en necesidad de que lo sueltes por las malas!! - habló firme mientras lo apuntaba con su catana.

Lazos De Sangre (Kimetsu No Yaiba) (Fanfic) (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora