La sirvienta interrumpió el desayuno.- señor Graf, los Cohen acaban de llegar.
Mi padre levantó la mirada, mi madre giró la cabeza y puso los ojos en Hadassa.
- ¿esperabas visita cielo?
Las visitas improvisadas de los Cohen cada ves se volvían mas frecuentes, a mi madre era algo que le provocaba bastante ansiedad.
- no suegra - responde sonriente y se levanta de la mesa - con vuestro permiso saldré a recibirlos.
Hadassa se comportaba como la señora de la casa, sonriente y a pasos aligerados camina hasta la puerta principal para darle la bienvenida a sus padres, mi madre camina detrás de ella pensando en lo mucho que le iba a costar darse cuanta que ahora, Hadassa, tanto como ella, eran dueñas de todo aquello, así que al final termina sonriendo levemente, entiendo al fin y al cabo que era situación que ellos mismos habían provocado. Hadassa abre la puerta y se enrolla en el cuello de su madre dándole un abrazo como si hubieran pasado muchos días sin verse.
- Sahamara - pronuncia su nombre la que ahora era mi suegra haciendo un leve gesto de saludo.
- Adaiah, no te esperábamos hoy por aquí - no duda en decir.
- mi marido tenía que venir hablar con Graf así que aproveche la oportunidad para venir a ver a mi princesa - le dice mientras la aprieta contra ella - la casa se me hace enorme sin ella - comenta mientras la rodea con los brazos.
- Es importante que la recién casada se acostumbre a su nuevo hogar - dice sonriendo para quitarle seriedad al asunto.
- Bueno, no es nuestro caso querida, precisamente de eso viene hablar Cohen con tu marido - dice refiriéndose al importante apellido de su esposo.
- ¿de que? - pregunta mi madre con cara de asombro.
- pensamos abandonar Berlín en un mes.
El mundo de mi madre se abrió bajo sus pies.
- por favor, toma asiento - invita mi padre al señor Cohen - ¿quieres algo de beber?
- un poco de café no estaría mal, me espera un día largo.
- claro - mi padre abre la puerta del despacho y grita el nombre de mi madre por el pasillo - ¡Sahamara! - Ella se acerca tambaleando hacia los lados a lo que el la socorre enseguida - Cariño, ¿estas bien? - le pregunta preocupado - estas pálida, ¿te encuentras bien?
- ¿te ha dicho porque están aquí? - le dice mientras lo sujeta de las manos casi encajándole sus uñas sin querer.
- no - dice el negando con la cabeza.
- se van a ir en un mes, un mes, Graf, se acaban de casar, ni siquiera tenemos tiempo de disfrutar de ellos en casa, es demasiado pronto para que se vayan - responde casi llorando.
- sabíamos que eso pasaría Sahamara, conocíamos sus intenciones, ambos estuvimos de acuerdo en casar a nuestro hijo con Hadassa sabiendo que esto iba a llegar tarde o temprano, déjame hablar con Cohen, déjame ver que puedo hacer, pero
- pero ...
- pero nada, ¿crees que quiero ver a mi hijo marchar? Ordena que nos sirvan café, vamos mujer, luego hablamos - le ayuda a ponerse recta - eres la señora Graf, es nuestro apellido lo que debemos mantener en alto Sahamara, en alto, y a salvo, y eso solo lo conseguiremos si sacamos a Asher de aquí.
Mi padre vuelve a entrar en el despacho donde mi suegro lo esperaba.
- Graf - dice poniéndose de pie - no vas hacer más judío que otro por quedarte aquí, ni mas patriota, ni mas hombre, no es de menos valentía tratar de salvar tu vida y la de tu familia, no son buenas las intenciones de Hitler con nosotros, es nuestro deber como esposos y padres de mantener nuestra familia unida y a salvo, esta todo arreglado para marchar en un mes.
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La casa de los prohibidos
RomanceAsher es hijo de una importante familia Judía en la Alemania Occidental ante de la llegada de los nazis. En el tiempo en que sutilmente es obligado a casarse con Hadassa, Asher conoce a Alexander un joven guapo alemán que le mostrará que la vida no...