Capítulo XXII

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-¿Algunas últimas palabras?-preguntó la chica fingiendo un tono de cortesía mientras, que caminando, rodeaba al moreno y azotaba su látigo contra el aire.

-Sylvanna, ambos sabemos que no me puedes matar. Quienquiera que esté tras esto me quiere vivo.

-Ummm, en eso puedes tener razón-respondió mientras se llevaba un dedo pensativo a sus labios, para posteriormente morderlo mientras dejaba escapar una siniestra risa que consiguió helar cada pelo de Tsuna.-Sin embargo.., mi dulce e inocente Tsunayoshi, no tienes ni idea de lo que te espera. La privación sensorial, la silla romana, la falanga...Creeme cuando te digo, que después de todo lo que te haga, desearás estar muerto.

Cualquier persona normal no tendría ni la más remota idea de lo que estaba hablando la chica, pero, desgraciadamente, Tsuna no era una persona normal, a su corta edad, era jefe de una de las mafias más importantes de toda Italia, el cual, curiosamente, también contaba con tener de tutor a una de las personas más sádicas y espartanas del planeta, por lo que no le fue dificil identificar que la chica estaba hablando sobre diferentes métodos de tortura.

-Y bien, ¿alguna sugerencia de por dónde podemos empezar? ¿O quizás ya te han entrado las ganas de hablar?

-Como ya te he dicho, es indiferente lo que hagas conmigo, no vas a obtener ninguna respuesta.

-Ja ja ja, eso ya lo veremos...-dijo la chica mientras su risa llenaba toda la habitación, dando paso a un desgarrador silencio, que solo se vio interrumpido con el sonido metálico de alguien tocando en la puerta.

-Les traemos los materiales requeridos. -era la voz de hombres lo que provocó que  Sylanna se levantara a abrirles. Y aunque Tsuna estaba preparado para memorizar cualquier ruido o secuencia numérica que significase la introducción de una contraseña, dicho sonido nunca llegó, en su lugar, solo se oyó un pitido de aceptación cuando Sylvanna colocó su dedo sobre un dispositivo metálico anexo a la puerta.

Genial, la única forma de salir de su encierro era obtener -solo Dios sabe como- las huellas dactilares de sus secuestradores, pero, para ello, primero debía deshacerse de sus ataduras, y, aunque, la droga ya empezaba a desvanecerse de su organismo, la soga que rodeaba sus muñecas no parecía fácil de romper y contando que una narco psicópata vigilaba todos sus movimientos..., Tsuna se temía que liberarse no iba a ser nada fácil.

Por otro lado, Sylvanna, que se había tomado algunos minutos para inspeccionar cada uno de los objetos traídos por los otros hombres, rompió en cólera contra dichos individuos

-¿Se puede saber qué significa esto? Aquí no hay ni la mitad de las herramientas de trabajo que requerí.

-L-lo sentimos mucho-tartamudearon con miedo ante el arrebato de la chica-Somos conscientes que faltan elementos, pero esto es lo único que logramos encontrar.

-¿Solo esto? Así no podré ni realizar la mitad de los planes que tenía en mente. Solo esperad, cuando Alessio me oiga-declaró amenazante la chica, mientras sacaba su teléfono móvil.

"¿Alessio? Bueno, al menos Tsuna tenía un nuevo nombre al que asociar a dicha organización"

-Señorita Sylvana, recuerde lo de la red móvil...-se aventuró a decir uno de los hombres con precaución, sólo para ser interrumpido por un grito de frustración de la chica, mientras guardaba su teléfono móvil

-¡Aghh! Estúpida profundidad.

"¿Profundidad? ¿Red móvil?....Imposible..., donde quiera que estemos, ¡estamos bajo tierra!"

-Entonces, exijo que él venga aquí ahora mismo-demandó Sylvanna

-M-me temo que e-eso no va a ser posible-dijo uno de los hombres mientras tragaba y rezaba por su vida.-El señor Alessio se encuentra muy ocupado con el interrogatorio de Verde.

Creando Nuestro Futuro {R27❤}KHRღDonde viven las historias. Descúbrelo ahora