Cap. 2

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Al salir, me encuentro con un cielo oscuro bañado de miles de estrellas, cubriendo el pequeño pueblo de Oberon. Caminé por el mismo recorrido de siempre hacia mi casa cuando de repente...

Un silbido.

No era de esos silbidos que te tira algún cretino cuando vas pasando por la calle, no.

Este silbido tenía algo dulce y diabolico a la vez.

Me gire hacia el lugar donde supuse que se encontraría el que emitió el sonido pero nada. No veía nada ni a nadie. Fue extraño.

Retomé mi caminata, cuando, en medio de un callejón, alguien me agarra por la espalda y me tapa la boca con su mano. Me empiezo a desesperar demasiado e intento huir hasta que se acerca hacia mi oído y susurra...

-Te dije que era peligroso y ahora, él te quiere tener.- ¿Quien él? Y porque no me suelta? Voy a morir. Forcejeo una vez más para poder escapar pero el infeliz de Astor es bastante fuerte que me retiene en el mismo lugar y sin mover un pelo.

-No hagas ruido porque nos va a oír.- escupe en un tono impaciente -Ahora, te voy a soltar pero necesito que te quedes quieta para que no nos delates. Lo prometes?-finalizó. Asiento solo para convercerlo porque lo que menos voy a hacer es quedarme quieta esperando.

-Bien- dice antes de que me suelte y yo salga corriendo en dirección a mi casa a toda velocidad hasta que...justo a mi me tienen que pasar estas cosas?

En mi vista apareció un gato negro. Al principio me asusté porque venia muy rápido escapando del chico raro y sin prestar atención a lo demás. Ahora, se deben preguntar... Por qué carajos me detuve? Por ese gato. Se encontraba sentado sobre sus tiernas patitas y me miraba con esos ojos tan llamativos. No me percaté de que me había detenido a apreciarlo y es que, me atraía de manera hipnótica. Era muy lindo y lo quería acariciar. Me arrodillé hacia donde estaba y poco a poco fui acercando mi mano para tocarlo. No entendía nada hasta que, antes que pueda cumplir mi cometido, alguien me alza como saco de papas sobre su hombro y me aleja del felino.

-Dios, no podes ser tan idiota- Exclamá Astor con un tono de molestia.- Si te vas a escapar, tenes que correr y no parar- dijo mientras aumentaba la velocidad de su caminata. Hasta este punto no veía nada y menos al gato.

-Bajame en este preciso momento- grité para luego empezar a golpearle en la espalda. Parece que ni le dolió porque no se inmutó. -No. Él te tiene fichada y ahora, a mi también. Tengo que encontrar algún lugar para escondernos.- finalizó de forma impaciente. -Bajame ahora o...-no llegué a terminar la oración porque me bajó en el suelo y me dió un puñetazo que me dejo inconsciente.

><

Donde mierda estoy?

Esa pregunta rondaba en mi cabeza durante los primeros instantes luego de que me desperte.

Me dolía la nariz y la cabeza.

Estaba oscuro, parecia como una pequeña choza pero sin casi nada. Solo había una manta, en la que me encontraba sentada, y una lámpara sobre una mesa ratona. "Me van a matar" fue lo primero que se me ocurrió.

En ese momento, entra el raro que me tenía como saco de papas. Justo ahí recordé el puñetazo que me dió y lo primero que hice, cuando terminó de cerrar la puerta, fue ir hacia su dirección y devolversela. Luego de eso, se agarró la nariz y exclamó con su característico tono sarcástico:

-Con un gracias iba a ser suficiente. 

-Gracias de que infeliz, me secuestraste- dije fuera de mis cavales. -Error- apunta- Te rescate- corrige.  -Rescatarme???!!!- grité- esto más parece un secuestro con probabilidades de un futuro asesinato- finalicé.

-Un asesinato iba a suceder si no te sacaba de ahí- dijo mientras se dirigia hacia una silla que se encontraba cerca de la mesita- Asi que, de nada.

Mi cerebro no llegaba a procesar que sería lo que hay ahí afuera. Solo pensaba en 3 cosas " hoy me matan". Finalmente pregunté:

-¿Por qué?- no confiaba para nada en este sujeto pero me daba intriga saber porque tanta preocupación por lo de mantenerse a salvo, lo del gato, la noche y todo.

-Pobre ilusa- exclama- ese gato que casi tocas, no era lo que parecía.  No dije nada pero mi cara de confunsión debió darle una idea de lo que me sucedía, por lo que agregó:

-Esto va ser largo, asi que, preferiría que no me interrumpas.

Solo me senté sobre la sucia manta donde estaba antes y escuché. Escuché con suma atención a un chico desquiciado con el que hace menos de 5 minutos recien había entablado una conversación decente. 

-Hace muchos años... 

Antes del amanecer con Emilia- by Fernanda ObandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora