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Sunyeol iba a cumplir tres años en menos de dos meses, por lo que no necesitaba mucha atención, podía caminar perfectamente, hablaba de forma fluida para su edad, le costaba cambiarse solo pero cambiarlo no era una tarea difícil. También iba al baño solo, el único detalle era: —Señor Park, me limpias.

Sunyeol apareció en la sala, caminando con el rollo de papel de baño en sus manos y los pantalones debajo de sus rodillas. Jimin miró a los lados buscando a Jungkook, pero no lo encontró por lo que volvió su mirada a Sunyeol y sonrió de forma incómoda.

—¿Hiciste del uno o del dos?

Sunyeol levantó sus dos deditos dándole el papel higiénico a Jimin que no dejaba de sonreír incómodo.

Después de limpiarlo y alzar al niño en brazos para que se lavara las manos en el fregadero, puso a Sunyeol en el suelo y el niño corrió buscando a su papá. Jimin se quedó lavándose las manos y bajando la palanca del baño.

No creo que hubiera algo peor que hacer que eso.

Jungkook había comprado una cama individual para su hijo, pero como el departamento donde vivían era más pequeño que el de Hoseok, metieron la cama en su propia habitación y las juntaron para hacer una sola.

Jimin se despertó a media noche cuando sintió que tenía la espalda mojada.

Sunyeol parecía estar llorando a su lado.

—Señor Park, mi hice pis —después de decirlo se soltó a llorar. Jungkook se despertó segundos después y miró a Jimin, su novio tenía el rostro fruncido pero su hijo estaba llorando.

—Yo lo cambiaré, sólo no te enojes.

—No estoy enojado, pero debiste decirme que todavía se orinaba en la cama.

—Ya no lo hacía, debe estar nervioso por dormir en otra cama.

—Papá el señor Park está enojado, ¿ya no me quieren?

Jungkook se levantó de la cama y tomó al niño en brazos, Jimin se apuro a quitar las sábanas y cobijas.

—No estoy enojado Sunyeol, no contigo, nadie se puede enojar con un niño tan precioso como tú.

—Así es, Jimin tiene razón, eres precioso aunque te hagas pis.

Sunyeol sonrió de forma divertida, mientras que Jungkook lo cambiaba.

—Preparare los futones de invitados. Dudó que la cama se seque pronto.

Jungkook y Sunyeol se miraron uno al otro y luego soltaron una risita divertida. Jimin los vio desde el marco de la puerta, ambos eran como dos gotas de agua, eso le hacía imposible no querer mimar al niño que parecía la versión Chibi de su novio.

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—Señor este es el horario de sus hijos —la empleada, le pasó la información al señor mientras que la joven frente a él lo miraba aturdida.

—¿Está hablando enserio? —preguntó con ironía—. Los gemelos apenas aprendieron a caminar no puedes ser tan calculador hasta con tus propios hijos Kim Taehyung.

El señor miró a su hermana y paso una mano por su cabeza. Luego de darle un vistazo rápido a la lista la regreso a la empleada.

—Entrega la lista a la niñera y cuida que cumpla con esto de forma correcta. Estará a prueba una semana.

Dijo y regreso su vista a su hermana, ella lo miraba como si estuviera tratando con un robot. Tal vez Kim Taehyung de verdad lo era, sino tenía todo bajo su control, explotaba.

—Tus hijos no son tus empleados, no puedes decidir a qué hora van a ir al baño, o que programa de televisión verán. Sólo dejalos en el jardín con un montón de juguetes y verás que serán muy felices.

—Taeyeon, como educó a mis hijos no es asunto tuyo.

—Son mis sobrinos, claro que es asunto mío. Si Jihyo estuviera aquí no lo...

—Jihyo murió, se fue y no regresará —dijo Kim apretando los cubiertos.

Taeyeon prefirió cerrar la boca, su hermano se ponía especialmente irritable cuando mencionaba a su esposa.

Jihyo había sido una persona tan fresca y descuidada, que Taeyeon creia era la persona ideal para su hermano, dejando de lado el hecho de que eran destinados, ambos reflejaban la imagen de haber nacido para ser el complemento del otro,

Pero Jihyo se fue demasiado pronto como para poder cambiar el carácter de Kim Taehyung.

Taeyeon terminó el almuerzo, y subió a la habitación de los niños. Los gemelos estaban aprendiendo a colorear pero sólo trazaban líneas en la hoja.
La niñera parecía que estaba teniendo un dilema, Taeyeon no tenía ninguna duda sobre que las hacía renunciar al trabajo, a pesar de que la paga era muy buena.

—Estaré un rato con los niños, puedes descansar —le dijo a la mujer que pareció nerviosa y negó.

—Tienen clases de corrección de palabras en unos momentos, todavía no pronuncian bien algunas palabras.

—Al diablo la agenda, mis sobrinos aprenderán a hablar cuando quieran.

—Pero son omegas, para ellos es mucho más difícil, por eso Kim quiere que vayan aprendido muchas más cosas.

—A este nivel va a querer que sepan cocinar a los tres años. Mi hermano es un poco loco, no le hagas caso, por el bien de estos preciosos omegas.

Taeyeon abrazo a los niños, tomó la agenda y la hizo en pedazos cuando observó que los niños no tenían un horario para pasar tiempo con su padre.

—Él es un monstruo sin corazón, ¿Jihyo por qué te fuiste y lo dejaste tan dolido? —Se lamentó de forma cómica— estás criaturas no necesitan aprender a dibujar ni escribir, necesitan a su padre y una madre también.















El ex esposo de mi novio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora