Capítulo 12

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Dos semanas después de tu viaje a Francia te encontrabas en Berlín tratando de que Pantera no te encontrara a pesar de que él ya sabía que te encontrabas en Alemania. Respecto al asesinato de Ladislaus, culparon a un tal César Smith, un cubano que era rival de Ladislaus y que se encontraba presente en el momento en el que tú atacaste. La última llamada importante que recibiste fue de Alphonse, en donde te felicitaba por tu buen trabajo y te avisaba que tu tarjeta bancaria tenía 100 billones de euros y que te recomendaba abrir otra y poner un tercio del dinero para evitar sospechas ante la extraordinaria cantidad.Con Bill sólo habías hablado hace una semana atrás y el te explicaba que el concierto en París y las entrevistas te las había enviado a tu correo, tu trataste siempre de actuar normal y tratar de usar exclamaciones ante lo que te contaba para que no sospechara de que conocías París como la palma de tu mano. Habían acordado en juntarse en un restaurante, para cenar y ponerse al día con lo que habían hecho en las últimas semanas. Tú extrañamente estabas nerviosa y luego de bañarte no sabías que ponerte y diste vuelta todas tus cosas buscando el atuendo ideal para la cena y para lo que vendría después. Luego de haberte puesto una lencería normal pero fina y de un coló vino tinto que hacía resaltar tu piel. Finalmente optaste por ponerte un vestido negro súper ajustado que hacía resaltar tus asombrosas curvas y unos tacones del mismo color, dejando tu cabello castaño y largo suelto y algo despeinado. Se suponía que Bill llegaría a las 9 PM en punto, pero llegó cinco minutos antes, lo primero que hizo en el momento en el que tú abriste la puerta de tu habitación del hotel fue abrir la boca y mirarte fijamente de arriba hasta abajo y viceversa. Tú solo sonreíste al ver que no reaccionaba:
Tn: Hola Bill si quieres me pongo algo más sofisticado y menos...
Bill: ¡No! Así estás preciosa -dijo reaccionando al escuchar lo que decías- y.... ¡Hola (tu nombre)!
Tn: Tu igual estás muy guapo hoy y al parecer eres más puntual de lo que esperaba.
Bill: No me gustaría dejarte esperando mejor llegue un poco antes, ¿te dije ya que estás más que hermosa?
Tn: Sí Bill, para o vas a hacer que me sonroje! -reíste-
Lentamente Bill se fue acercando a ti -recuerden que aún seguían en el umbral de la puerta- pero tu no reaccionaste para retroceder, sino que te quedaste ahí, nuevamente perdida en sus hermosos ojos que parecían querer comerte con la mirada. Bill se acerco hasta que sus labios estaban a un milímetro de rozarse y ambos tenían los ojos entrecerrados esperando a que se acortara la distancia. Sentiste que tu corazón iba a mil por hora.
Bill: Te ves aún más hermosa sonrojada -te susurró con picardía en sus ojos. Se separó rápidamente al notar que había gente observando el espectáculo que estaban montando y sonrió ofreciéndote su mano- ¿Estás lista?
Tn: Claro -murmuraste solo para que él escuchara, tomaste un abrigo por si te daba frío y entrelazaste tus dedos con los de Bill mientras iban camino al ascensor-
Bill sólo te ofreció la mano por cortesía, pero en ningún momento esperó que entrelazaran sus dedos, aunque Bill debía admitir que le encantaba estar en contacto con tu piel. Soltó tu mano y tu recién reaccionaste. Bill sacó las llaves del bolsillo de su chaqueta y te las ofreció.
Tn: ¿Y esto? -no entendiste nada-
Bill: ¿Sabes conducir o aún no te atreves? -levantó una ceja desafiándote-
Tn: Claro que sí sé, pero...
Bill: Bien, condúcelo. Te someteré a mi prueba de conducción personalizada.
Tn: ¿Y qué recibiré a cambio si supero tu prueba? -te subiste al auto en el mismo momento en que él se subió-
Bill: Digamos que es una apuesta, si tú conduces sin arrollar a nadie seré tu esclavo por toda la noche -echaste a andar el Audi haciendo que rugiera-
Tn: Vale, ¿y si sin querer arrollo a alguien qué pasará?
Bill: -Bill río- pues irás a la carcel -bromeó, sabía que eso no iba a pasar- no es cierto harás lo que yo te diga  ¿te atreves?
Tn: Por supuesto Bill.
Pusiste un CD de los Guns and Roses y justo la primera canción era "Paradise City" así que le subiste el volumen mientras Bill te miraba sorprendido porque nunca pensó que te gustaba la música ochentera. Como sólo Bill conocía la ruta para ir al Restaurant, te indicó el camino más largo sin que tú lo notaras tomaste mil carreteras, avenidas, calles y mil semáforos que de la nada cambiaban a rojo haciendo que pisaras el freno lo más fuerte posible para no chocar y cuando volteaste a ver a Bill estaba pálido como un fantasma, tú sabías incluso manejar camiones al máximo de velocidad rompiendo las reglas de conducción, pero trataste de parecer un poco torpe aunque obviamente sin perder tu estilo. Cuando llegaron luego de unos 45 minutos en las dando mil vueltas por las calles de Berlín, un mayordomo los esperaba en la puerta de un Restaurant vacío y lleno de velas que iluminaban el ambiente nocturno dándole un toque más romántico. Al final tú ganaste la apuesta. Habías quedado totalmente impresionada cuando entraste y viste a toda la estancia llena de rosas rojas decorando cada rincón, sólo había una mesa con la comida servida. Comieron, y hablaron del funeral del hermano de tu tío político en Francia, del concierto que dio Bill ante miles de fanáticas francesas, del Hotel Crayon y sus hermosas habitaciones, de Las Maldivas y de los lugares de Alemania que más les gustaban a ambos, también le hablaste sobre (tu país), narrándole sus costumbres, lugares hermosos y cómo era tu hogar y la escuela. En ningún momento se dieron cuenta de que llevaban hablando más de tres horas sin pararse de sus asientos ni bailar.
Tn: ¿Bill? -dijiste luego de un pequeño silencio, ya habían terminado de comer hace mucho rato atrás-
Bill: Dime.
Tn: No es por nada pero... ¿qué hora es?
Bill: Son las 12 am, siento que pasó el tiempo muy rápido. Si quieres te voy a dejar a tu hotel Tn: Está bien, pero primero déjame pasar al baño
Bill: De acuerdo.
Bill llamó a uno de los mozos y le pidió la cuenta mientras te esperaba en la zona de fumadores. Tú no habías ido al baño, sino que habías escrito en una servilleta la dirección de un lugar y le dijiste a uno de los chicos que se encontraban atendiéndolos que se la diera a Bill en 10 minutos más a partir de que tú te fueras. Saliste por la puerta trasera y tomaste un taxi hasta aquel lugar de la dirección de la servilleta, ahí preparaste todo antes de que llegara Bill y apagaste tu celular para que no te llamara y se preocupara más. Luego de los  minutos a partir de su salida del restaurant Bill empezó a impacientarse y a dar vueltas hasta que se desidió por llamar a un mozo.
Bill: ¿La chica que me acompañaba, la has visto?
Xxx: ¡Ah! Respecto a eso -el chico miró la hora y vio que ya habían pasado 15 minutos y sacó la servilleta de sus bolsillo- la señorita ya se ha ido y me ha dicho que le dé esto.
Bill: ¿Qué? (Bill vio la dirección) ¡oh! gracias.
Xxx: No hay de qué señor Kaulitz.
El mozo se fue y Bill decidió primero llamarte para saber de qué iba todo esto, pero se preocupó mucho más al notar que tu celular estaba apagado o simplemente no le respondías. Empezó a imaginarse mil cosas horribles; que te violaban, te secuestraban, te destripaban, de todo. Por eso no le importó traspasar los límites de velocidad, simplemente quería encontrarte.

I'm gonna be okay one day (Bill Kaulitz y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora