Capítulo 14

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Bill no dejaba de pensar en que toda esa preocupación por la que lo hiciste pasar fue un absurdo juego de niños y una sorpresa para él y agradecía al cielo que tú te hallas acordado de lo que le debías desde Las Maldivas. Lentamente acortó la distancia cuando te vio apoyada en la baranda del balcón observando la luna y el esplendoroso paisaje. Tú sentías que estabas soñando despierta y querías pellizcarte el brazo para ver si de verdad estaba sucediendo todo esto. Dejaste que Bill se acercara a ti y tomó lentamente tu cintura con delicadeza, como si fueras de cristal fino. Cuando sus bocas estaban a unos centímetros, te susurró lo mucho que te quería y lo mucho que hizo para por fin encontrar una mujer como tú, te miraba fijamente a los ojos queriendo mostrar su interioridad y lo verdaderas que eran sus palabras. Tú subiste tus brazos hasta su cuello para acercarlo más a ti y rozaste tus labios con los de él murmurando casi con un suspiro su nombre, mientras un escalofrío de placer recorría tu cuerpo. Bill no pudo resistir más y te besó con rudeza presionando tu cuerpo con el de él. Tú por tu parte, masajeabas sus cabellos despeinados y los atraías más a ti.Sentías la necesidad de respirar el mismo aire que Bill, de sentirlo en ti y fusionarse para convertirse en uno. Tú te encontrabas con un encaje súper trasparente, el beso se fue tornando cada vez más apasionado y Bill con sus manos fue arrugando la seda del encaje atrayéndote aún más a él. Levantaste tu cabeza para tomar una bocanada de aire ya que jadeabas mucho al sentir la boca de Bill deslizarse de tu boca hasta tu cuello.
Tn: Aquí...no....Bill -jadeabas rasguñando su cuello y alejándolo un poco para que te prestara más atención-
Bill soltó un pequeño gruñido de resignación súper ronco y te alzó sorpresivamente en sus brazos, haciendo que entrelazaras tus piernas en su pelvis sin parar de besarlo. Lentamente Bill atravesó toda la casa tratando de no chocar con las paredes a pesar de que tus besos le hacían perder el control de sus reflejos y en dos ocasiones chocaste con ellas, hasta que encontró el dormitorio amplio y decorado con velas que parecían darles la bienvenida con una iluminación hogareña. Bill cerró de una patada y sin decir ni hacer ningún comentario. Te empujó contra la pared y le puso el pestillo mientras tu jugabas traviesamente con sus botones, buscó a ojos cerrados tus labios presionándote contra la pared y sacándote el ajustado y súper transparente encaje, se alejó por un segundo para contemplar tus curvas y admirar tu cuerpo en sólo ropa interior, cuando se acercó, te dijo entre besos que eras muy hermosa y lentamente te fue arrastrando a la cama (no se lo tomen tan literal eso de "arrastrando"). No supiste cómo fue que ambos terminaron sobre la cama arrodillados y comiéndose los labios con la rudeza de sus besos debido a la excitación que tenían el solo hecho de pensar en estar unidos el uno con el otro. Bill acariciaba tu abdomen, espalda y brazos mientras tu frenéticamente y sin prestar mucha atención desabotonabas su camisa con algo de ayuda. Contemplaste su piel pálida, los tatuajes y el piercing que tenía en su pezón, pasaste tus uñas haciendo que a Bill se le pusiera la piel de gallina y soltara un gemido involuntariamente. Bill te miró avergonzado al mostrar una de sus debilidades pero tú le diste más confianza cuando sonreíste y lo besaste intensamente. Le desabrochaste los pantalones y Bill se sacó sus zapatos haciendo que quedara sólo en ropa interior. Desabrochó tu sostén deslizando los tirantes cuidadosamente por tus brazos, masajeó tus senos haciendo que soltaras un gemido y luego los besó y mordisqueó dejándote algunas marcas estabas que ardían en llamas de lo excitada que te encontrabas y deseosa de más lujuria que sólo Bill sabía y podía provocarla. Bajaste lentamente tu mano izquierda al miembro de Bill metiendo tu mano entre su bóxer. El estaba sorprendido de lo que hacías aunque aún así no te dijo nada porque le encantaba y estaba deseoso por más. Masajeaste lentamente su miembro haciendo que Bill soltara gemidos, cuando ya no podían estar más excitados, Bill te saca tus bragas y tú sus bóxers estando a un paso del acto sexual cuando entre besos Bill se detiene:
Bill: No podemos (tn), no tengo un con...
Tn: Tomo pastillas anticonceptivas -lo callaste con un beso-
Bill se relajó al saber esto y lentamente te recostó en la cama aplastándote con su cuerpo. En ningún momento te molestó que Bill estuviera arriba de ti, al contrario, te encantaba. Te besó por un largo rato y te dijo por última vez lo cuanto que te quería mientras te abría las piernas y empezaba a penetrarte cuidadosamente.Sentías un placer tan delicioso e incomparable, cerrabas los ojos y entreabrías la boca soltando gemidos al sentir cómo Billy salía y entraba en ti cada vez con más y rudeza. Te encantaba el sexo rudo que Bill te daba. Llegó un momento en el que Bill susurraba tu nombre y luego tú te uniste a él gritando su nombre y pidiendo más. Diste media vuelta quedando tú sobre Bill para que esta vez él disfrutara; empezaste con movimientos lentos en tus caderas y luego a saltar sobre él rápidamente introduciendo a Billy hasta más no poder, Bill te ayudó y presionó con sus pulgares tus caderas para que lo hicieras más rápido. Cuando Bill notó tu cansancio, entrelazó sus manos y se impulsó arrodillándose en la cama. En ningún momento te miró a los ojos ya que estaba concentrado en entregarte todo el placer que necesitabas. Se puso detrás de ti mientras tú también te arrodillabas y te penetró nuevamente, tomabas su cuello acercándolo más a ti mientras él te gemía en tu oído cosas bellas y te besaba el hombro y el cuello, bajó sus manos de tus senos a tu cintura y de ahí a tu feminidad, entregándote el mayor placer de todos, encendiéndote tanto interna como externamente. Gritabas, jadeabas, gemías, murmurabas y susurrabas su nombre, pidiéndole que no parara y que lo hiciera más rápido y duro. Cuando ambos se empezaron a cansar, continuaron acostados, como en el principio, pero mirándose tiernamente a los ojos y esta vez sin mucha rudeza por parte de ambos. Cuando llegaron a su máximo orgasmo, te recostaste sobre el pecho de Bill aún unidos y con sus cuerpos traspirados irradiando calor, pasión y lujuria. Sentiste cómo el corazón de Bill latía con desesperación como queriendo salir de su cuerpo, y su respiración se calmaba lentamente. El acariciaba tu espalda, te murmuraba cosas súper cursis y románticas o simplemente besaba tu frente, en cambio tu, recorrías con tus uñas su pecho y los besabas delicadamente. Junto a Bill, te sentías más especial y única en el mundo ya nada existía con la excepción de ustedes dos. Habían hecho el amor no sólo habían follado, se habían entregado el uno al otro volviéndose una sola persona tal y como tú deseabas. Desde la ventana ambos podían observar la luna, que parecía la única espía y testigo de aquella noche de completa pasión. Las velas ya se habían derretido y habían esparcido la cera por los muebles y el piso, la cabaña era un desastre, pero a ustedes no les importaba en lo absoluto. El mundo podía estar llegando a su fin y a ustedes les daría igual mientras siguieran juntos. Luego de un eterno silencio (pero no incómodo), Bill decidió hacerte una pregunta:
Bill: ¿(Tu nombre)?
Tn: Dime -susurraste-
Bill: No es por ser intruso en tu vida pero siento curiosidad... ¿ésta noche fue tu primera vez?
Tu cuerpo se tensó y Bill lo pudo notar, tu mente trató de buscar alguna respuesta coherente pero no sabías qué responderle; SI.NO.SI.NO.SI.NO....

I'm gonna be okay one day (Bill Kaulitz y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora