Inocencia Pasional: LuTae; LuYong

Trece; Fría Noche: Parte I.

Inocencia Pasional; 13

Taeyong elevó los ojos y dejó caer la mandíbula, colocándose la camiseta al instante y sonriendo con alivio al notar quién había entrado al dormitorio.

— ¡Yukhei...! Me has asustado mucho — dijo, desviando la mirada.

— ¿Por qué?

— Porque abriste la puerta de la nada.

Yukhei se acercó lentamente y se asomó hacia las ventanas. Ahora que se encontraba con Taeyong, la furia que sentía por no haber encontrado tragos estaba desapareciendo. Lo observó colocarse las medias de espaldas y en un mínimo movimiento, lo tomó de la cintura y lo atrajo posesivamente hacia sí. El menor se sobresaltó y suspiró un poco.

— ¿Ah, sí? ¿Debería tocar antes?

— No, no te preocupes, yo debí asegurarme de que la puerta estuviese cerrada.

Inhaló todo el aroma de su cabello, mientras cerraba sus brazos con fuerza sobre su cintura. Olía a frutas como la primera vez.

Su aroma es tan dulce.

— Y qué ibas a hacer, ¿eh?

Hundió su nariz en su cabello y la fue descendiendo hasta el inicio de su cuello. Su piel también estaba empapada de ese mismo aroma.

— Iba a tomar una ducha — mencionó el muchacho rápidamente y descendió un poco su cabeza — ¿Por qué viniste tan rápido?

— Porque no había lo que quería, pero ahora hay otra cosa que se me ha antojado.

— ¿Qué?

Sus labios se movieron hacia el lado lateral de su cuello y cerró sus brazos con más fuerza sobre su cintura, empezando a depositar lentos besos sobre su lechosa piel para finalmente cerrar sus dientes sobre ella de un solo golpe. Sentía que la respiración se le aceleraba hasta doler.

— Yu... — Taeyong retembló y ladeó la cabeza, intentando alejarse un poco, mientras se volvía hacia él con el rostro enrojecido y la misma ingenua sonrisa de siempre— ¿Qué... qué sucede?

Yukhei enarcó una ceja y tiró hábilmente de su mano hasta tener su cuerpo entre sus brazos de nuevo.

— ¿Cómo me has llamado? — le preguntó con sus labios adheridos a su oído.

Taeyong descendió la cabeza con una sonrisa y estuvo al borde de decir algo, pero el sonido de la puerta abriéndose y cerrándose lo paralizó.

— ¿Yonggie, estás acá?

Yukhei abrió los ojos antes de exhalar y tomar al menor del brazo y casi arrastrarlo afuera de la habitación. Taeyong caminó algunos pasos hasta la sala de estar, encontrándose con la alegre presencia de Johnny, que traía algunas bolsas en sus manos y le sonrió cuando lo vio.

— Hola — saludó, sacudiendo su mano con una suave sonrisa.

— Qué bueno que estás acá... He traído comida. Bueno, solo son biscochos. Y te he traído esto. Vi que lo estaban vendiendo, así que compré muchos para mis hermanas y también pensé que te gustaría tener uno.

Sonrió también y se ruborizó, tomando lo que Johnny le estaba extendiendo.

— Muchas gracias, Johnny — Sus ojos se dilataron en cuanto la vio. Era una pulsera de cristales celestes con agua en su interior — Está muy bonita, me gusta mucho.