Capítulo 8.

533 26 1
                                    


Harley

Doblo aleatoriamente una esquina luego de comprobar que alguien sigue mis pasos, mi corazón late de una manera irregular contra mi pecho; la idea de ser asaltada, o peor, secuestrada, se siente tan palpable.

A empezado a anochecer y ni si quiera estoy cerca de la estación de autobuses. Me obligo a mover mis piernas, que arden de lo rápido y fuerte que chocan contra el asfalto.

¿Por qué tenía que tocarme el horario de trabajo más horrible en la cafetería?

Miro por sobre mi hombro, la sombra ya no está, siento que he palidecido al menos tres tonos ¡La sombra no está! Si hay algo peor que tener a alguien siguiéndote, es saber que alguien anda tras de ti y no saber por dónde vendrá. Podría salir de cualquier esquina y apuñalarme rápida y sigilosamente.

Estoy paranoica, y tan alterada, que apenas soy capaz de sostener un pensamiento coherente por unos segundos sin que este sea remplazado por un huracán de los posibles escenarios más trágicos en esta situación.

Mis tétricos y obsesos pensamientos son interrumpidos cuando mi cuerpo choca contra otro, suelto un grito ahogado. Alzo la mirada mientras me alejo unos cuantos pasos, casi creo perder el equilibrio cuando lo miro, tan imponente, tan...

- ¿Nunca miras por dónde caminas, cierto? - Dice divertido, no se acerca, pero lo siento tan abrumador.

¿De dónde ha salido? Estoy segura de que hace unos instantes la calle estaba casi desierta. ¿Él ha sido quien me seguía? Aunque creo que ni siquiera necesito preguntármelo.

- ¿No tienes nada mejor qué hacer que atormentarme? - Escupo, mi voz suena temblorosa. Me atemoriza y sólo espero no parecer tan débil. Su ceño se frunce, y su mandíbula salta al apretarse. Automáticamente me arrepiento de lo que dije. Retrocedo, la manera en que me mira, como un animal hambriento.

No me atrevo a moverme y evito a toda costa el contacto visual. Mis entrañas se revuelven ansiosas, al no saber cuál será su siguiente movimiento. Mi mente grita que corra, pero no puedo, no quisiera averiguar que es capaz de hacer estando furioso.

El tiempo pasa, más lento, o más rápido, no lo sé, he perdido la noción de él.

- ¿Por qué lo dices? - Su tono ha cambiado notablemente. Me atrevo a mirarlo, está sereno, no sé si eso es bueno de alguna forma. Aún así, decido responder:

- Me he dado cuenta que me sigues desde hace cuatro calles - Parece desubicado.

- Yo no te seguía, Harley. - ¿Quién más iba a ser? Estoy convencida de que miente, sin embargo la seguridad implantada en su oración me hace dudar. Su mirada se clava en mis pupilas, me hace sentir pequeña, indefensa...

La urgente necesidad de escapar me asalta de nuevo, sólo que esta vez, pienso hacer algo al respecto.

- Está oscureciendo, debo irme ya. - Parezco más asustada de lo que estoy, y eso me disgusta, aún así, me obligo a no darle tanta importancia.

Camino, pasando por su costado, apenas soy capaz de dar tres zancadas cuando sus fríos dedos se enganchan a mi antebrazo, permanezco estática, mis cabellos se erizan, temo, pero no trato de zafarme.

- No he sido yo, Harley - ¿Por qué suena suplicante? ¿Por qué parece...herido? Enfrento su mirada, ha cambiado. Y no lo comprendo, no comprendo su drástica versatilidad ni lo que sus ojos parecen bramar con desesperación.

Por un momento pienso que debería tratarse de un serio problema mental, doble personalidad, tal vez... Sólo quiero que deje de mirarme de esa manera tan inefable, o de cualquier manera en realidad.

- Te creo Harry, pero en serio debo irme. - Pruebo la mentira en mis labios; él parece creerme, ya que suelta mi brazo sin titubear.

Retomo mi paso sin mirar atrás; sé que sigue estático, porque sus pisadas no han resonado en absoluto.

- Déjame acompañarte - ¡No!, ni si quiera me atrevo a decirlo en voz alta.

Asiento.

Camina tras de mí, y en el momento en que llega a mi lado, emprendemos hacía la parada de autobuses. Vamos en silencio, incluso me atemoriza respirar demasiado fuerte, podría escucharme, podría atacarme.

Avanzamos unas cuantas cuadras cuando me oso a mirarle de reojo, su semblante está en blanco, sin embargo, voltea hacia todas direcciones como si algo vinera tras nosotros, volteo de igual forma, encontrándome con la calle vacía. Cosa suya ha de ser.

. . .

Estamos a algunos pasos de la parada, la actitud inestable de Harry sólo aumentaba más conforme avanzábamos, y ahora mismo parece alterado, sigue mirando hacia todos los ángulos mientras frunce el ceño y aprieta los dientes. Me inquieta.

- ¿Sucede algo? - Suelto enfocando mi vista hacia donde se dirige la suya, sin lograr ver nada. No obtengo respuesta en absoluto, está ajeno a lo que hay a su alrededor, sólo intenta maquinar lo que sea que esté observando.

- Maldición - Murmura para sí. ¿Qué?

- Harry ¿Qué sucede? - Comienzo a alterarme, busco su mirada, pero está perdida en la inmensidad de la calle contigua. Niega con la cabeza, y no sé si se dirige hacia mí.

- No te seguían a ti. - Deduce, su rostro se inunda de entendimiento, no dura demasiado antes de que todas sus facciones de frunzan de enfurecimiento puro. ¿¡Qué demonios está pasando!?

- Harry... ­

- Toma el autobús, regresa a casa. - Me interrumpe antes de salir corriendo hacia la acera vecina. De acuerdo, eso ha sido extraño, sin embargo, la curiosidad me pica; casi quiero seguirlo, pero tal vez tenga razón, el sol a huido por completo y la noche es opaca, es peligroso estar fuera.

═════════

Lo siento, lo siento, lo siento y mil veces lo siento. Esta vez si que tardé una eternidad :C Bueno, no voy a explicarme, ni justificarme, ni escusarme, ha sido mi culpa xd

Sólo espero que les haya gustado el capítulo, ya saben, voten y comenten ewe

Y pues nos vemos despuesito :* Las quiero un montón <3

Bonito día.


The Boxer [H.S. au]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora