Capítulo 3.

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Harry.

Otra pelea más, más dinero que cobrar.

A este lo he dejado completamente noqueado. Camino entre la multitud hasta Bruce, el intermediario entre las grandes sumas de dinero apostadas.

- Deberías amarme - Suelto una vez delante de él, me mira con desdén con ese gran fajo de billetes entre las manos, como siempre.

- Vamos Harry, tengo muchos más peleadores a quienes patrocinar, además, este no es el único gran negocio que tengo; sólo eres una pequeña gota de entre mi fuente de producción de dinero. - Largo una risa escandalosa.

- ¿Pequeña? Pues ese fajo se ve bastante grande ­- Señalo la gran cantidad de billetes en su mano. Suelta un suspiro frustrado que hace mi sonrisa egocéntrica crecer en mi boca.

- Basta de subirte la autoestima. ¡Largo! ­- Empuja levemente mi pecho, ruedo los ojos divertido y doy media vuelta para comenzar a caminar hacia la salida, pero su mano sujetando mi hombro me hace girar de nuevo hacía él.

- Si ves a Erik dile que lo tengo en la mira, podría ser mi próxima víctima para patearle el trasero - Levanto las cejas levemente sorprendido.

- ¿Patearle el trasero? Pero si es otra de tus 'gotas de entre tu fuente de producción de dinero' - Digo sarcásticamente su estúpida frase mientras río entre dientes. Su mirada se torna seria y frustrada, dejo de reír  - Bien ¿Qué hizo esta vez? - Erik puede ser idiota y algo agresivo, pero nunca para molestar a Bruce.

- Algo que nos perjudica a todos, no sé exactamente que, sólo sé que se las arreglo para que estuviésemos rodeados de malditos policías, incluso ese inepto oficial que no deja de fastidiarnos

- ¿Jack Barrymore?

- Él mismo. Nos descubrió, en plena pelea.

- ¿Cómo demonios es que no estamos tras las rejas ahora mismo?

- Eligió un mal momento para interrumpir, tenía bastante dinero invertido en ese arreglo, sabes lo mucho que odio perder dinero y más encima por un idiota como Barrymore. - Sé lo que eso significa.

- ¿Está muerto? - Pregunto, bastante seguro de la respuesta.

- No ­- ¿Qué? - Ya sé, lo habría matado sin ningún problema, y por fin quitármelo de encima de una maldita vez. - Frunzo el ceño.

- No comprendo ¿Qué te detuvo? - Sonríe maliciosamente.

- Resulta que quiero atormentarlo por un rato. - Levanto ambas cejas, incrédulo. - Lo amenace, de esa manera no volverá a meterse en mis malditos asuntos y si lo hace, cumpliré mi amenaza al pie de la letra por su puesto.

- Característico de ti - Afirmo mientras asiento levemente con la cabeza. - ¿Cuál es tu plan?

- Parece que el insistente Jack tiene un punto débil - Hace una pausa mientras enjuga sus resecos labios y achina los ojos, haciéndolos parecer más oscuros, más imponentes. Y casi parece disfrutar de una manera enfermiza - Su hija...

.   .   .

Harley.

Miro por la ventana del tren, el cielo despejado hace que el sol me de de lleno en el rostro, un calor relajante y una luz cegadora que hace que entrecierre un poco los ojos. No debe faltar mucho para mi destino,Notthingham.

No puedo dejar de darle vueltas a las posible razones del gran paso que me han hecho dar mis padres, pero tal vez esto no sea tan malo; aunque pareciera el sueño dorado de cualquier adolescente que ha permanecido bajo restricciones durante toda su vida, es cierto que probablemente no este preparada para las responsabilidades que significan vivir sola, pero al menos debería acostumbrarme en algún punto.

The Boxer [H.S. au]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora