El Día Que Se Acaba.

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El agua de la tina estaba cubriendo el cuerpo de la joven Nadia, la cual había tomado la decisión de llamar a su profesora para pedirle alojamiento, después de haber sido echada de su casa por su tía. Nadia cerró sus ojos y sintió el agua sobre su piel, era agradable la sensación que daba, entonces un pensamiento cubrió la mente de la chica, ¿por qué su madre la abandono como si fuese un trapo sucio?.

«Es obvio la razón, para ella yo soy un lastre», concluyó la joven mientras suspiraba hondo y luego siguió pensando, «Pero por lo menos me hubiese avisado»

Mientras la joven Nadia estaba aprovechando la oportunidad para sumirse en sus pensamientos, utilizando la ducha que le había proporcionado la maestra en práctica,  las hermanas conversaba sobre lo que estaba sucediendo.

—No es que sea mi estudiante favorita, pero es parte de mi clase, y como profesora mi deber es velar por su educación—Le comento Lucy a su hermana.

—Tiene razón, como profesora debes velar por su educación, pero son sus padres o las persona que estén a su cargo, que deben estar ocupado por su cuidado, y segundo tu solo eres una profesora en practica, no una profesora profesional—Le comento Sophia a su hermana y agrego—Es por tu antigua novia, ¿cierto?, se ve que ella vive su misma situación.

—Bueno se puede decir que siento simpatía por ella—Suspiro la joven maestra y agrego—¿Pero se puede quedar en nuestro hogar? , no me sentiría bien que ella estuviese sola en la calle.

Sophia le sonrió a su hermana y le palmo su hombro, luego afirmó con su rostro, ella aceptaba que Nadia se quedase en el hogar, después de todo su hermana podía ser una terca de vez en cuando.

«Por lo menos fue un poco más abierta», pensó Sophia y agrego mirando a su hermana—Bueno, ve a buscar la ropa de la chiquilla para mandarla al secado, que yo le prepararé la pieza de invitado.

—Muchas gracias, hermana—Lucy agradeció a su familiar más cercana.

La joven Nadia tenía cerrado sus ojos, sintiendo como aquel líquido tibio cubría su cuerpo y era una sensación muy agradable, la joven estaba relajada y por el momento se había olvidado del problema que tenía con su madre, entonces alguien le tocó la puerta del baño.

—Nadia, te traigo un pijama para que puedas usar, mié tras se seca tu ropa—La voz de la profesora se escucho detrás de la puerta y la mujer agregó—Voy a pasar.

La joven Nadia cerró la cortina de la bañera para no ser vista desnuda, mientras que la joven profesora entraba al baño con un conjunto de polar color gris, y lo dejó sobre una mesa que tenía el cuarto.

—G… gracias—Nadia le agradeció la atención a su profesora con palabras que parecía venir de una joven tímida, y no de una pandillera escolar como quería presentarse la joven.

—De nada—Lucy esbozo una sonrisa al escuchar las palabras de agradecimiento de su estudiante.

Nadia observó la cara de su profesora con cierto disimulo, y por alguna razón se fijo que su maestra tenía una hermosa sonrisa, esto hizo que la chica se avergonzarse por pensar de tal manera.

—Bueno, te estaremos esperando para comer—Le dijo Lucy a la joven y agrego—Cualquier problema me puedes llamar.

Lucy salió del baño dejando a Nadia, la cual sumergió la mitad de su cabeza algo avergonzada ya que aún tenía en su mente la imagen de la bella sonrisa de su profesora.

Cuando salió Lucy del baño llevaba puesta la pijama que le había prestado su profesora, la chica se dirigió al comedor en donde se encontraba las hermanas esperándola sentadas en la mesa.

La alumna favorita.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora