Dudosas Nuevas Perspectivas

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En el primer piso de la casa donde aquella niña lloraba en silencio estaban sus hermanos, ellos se habían reunido para charlar, cosa que nunca hacían, pero su platica se enfocaba hacia la nueva inquilina de su hogar, lo que harían con ella, no tenían idea de como criar a un niño, mucho menos a una niña vampiro, conocían los cambios que ella pasaría en su adolescencia, pero desconocían en como tratarla.

- No comprendo por qué seguimos discutiendo de eso -hablo el más arrogante de ellos- Su Majestad no va a ser el niñero de ella -declaró.

- Los niños siempre quieren tocar a Teddy, no quiero que ella se acerque a el y lo maltrate -dijo el de menor altura abrazando al mencionado contra su pecho.

- Son muy ruidosos -se quejó el rubio acomodándose en su lugar para poder dormir más.

Subaru gruño en su sitio, estaba cruzado de brazos, como siempre, siempre en las reuniones que debía atender con sus hermanos se la pasaba molesto, molesto por lo que ellos decían, molesto por qué parecía que ninguno entendía el mundo como el lo veía, y molesto por la mera presencia de ellos, ya hasta era una costumbre para el fruncir el ceño todo el tiempo, como si su cara se hubiera quedado atrapada en esa expresión. El se preparó para golpear algo para llamar la atención de sus hermanos y expresar lo aburrido que estaba, pero uno de sus hermanos habló sin darle tiempo de hacer nada.

- Pues también tenemos que comprender que la Tabla no es una cría como las que hemos visto -comentó uno de ojos verdes, haciendo que sus hermanos le volteasen a ver- ¿Viieron como ella entró a la casa escondida detrás de Ese Sujeto? Estaba aterrada, y ustedes vieron los moretones y cicatrices que tenía en su cuerpo -mencionó viendo al de pelo blanco quien parecía que su enojo disminuía, y regresó su mirada a los demás de sus hermanos- hey Kanato ¿Acaso la Tabla te quiso arrebatar a tu oso como los demás críos que nos hemos topado? -miro su hermano y este solo frunció el ceño- hermano ¿ella está corriendo y gritando por los pasillos? -Miro al rubio y el no respondió solo se limitó a también fruncir el ceño- y ¿Por qué te quejas que serás su niñero si obedeció cada orden que se le dio? -miro al arrogante quien solo gruñó en respuesta.

- ¿Acaso te encariñaste con ella? -le cuestionó el pelirrojo, tratando de burlarse de él.

- Sabes bien que ella no es otra de los sacrificios -comentó el del peluche todavía frunciendo el ceño.

- Kanato tiene razón -asintió el de pelo negro- Ella no es como las demás mujeres que Ese Sujeto nos trae, ella no le podemos hacer daño -miro atentamente a su hermano.

- Si no los conociera diría que están tratando de que deje de defenderla -rió el del gorro- claro que no quiero nada con la Tabla, solo estoy diciendo lo obvio -se encogió de hombros- ustedes están quejándose de ella sobre cosas que, hasta ahora, no a hecho.

Los seis hermanos se quedaron en silencio, aún que a varios les seguía molestando lo que el dijo y buscaban la forma de contradecirle, recordando todo lo que ella dijo e hizo desde que había entrado en aquella mansión, pero, otros se encontraban reflexionando sobre lo que pensaban de ella, no estaban seguros de si el tenía razón o no. Aún que, el menor de ellos estaba sorprendido, el pensaba que todos sus hermanos iban a discutir por horas sobre las desventajas de tener a ella, o peor, llegar a decidir desasearse de ella, así que se conmovió al saber que mínimo uno de ellos no la despreciaba como los demás, solo que, obviamente, su sorpresa era interna, no iba a dejar que los demás se dieran cuenta, así que permaneció con su expresión de siempre.

- No me gusta admitirlo pero Raito tiene razón -expreso el de pelo negro, acomodando sus lentes no creía lo que el había dicho- aún no conocemos a Akai Me lo suficiente como para dar conclusiones cómo estás, ¿que propones Raito? -le preguntó- ¿Que la conozcamos más y en un mes juntarnos para ver si es tan tranquila como dices? -siguió con la pregunta causando que el otro ría sorprendiéndole.

- No me importa ella -respondió mientras movía su mano restándole importancia a la niña.- Yo solo quiero quedármela para que la usemos para ablandar a los futuros sacrificios -dijo con una risa burlona.- Si ellas ven que tenemos una hermana menor y la tratamos bien en frente de ellas, puede que bajen la guardia con más facilidad.

Después de decir aquel plan las expresiones de los demás cambiaron, comenzaron a imaginar aquella idea en acción, era un plan tan simple que tenía sentido, sabían lo fácil que era para ellas sentirse cómodas con otra presencia femenina en la casa, después de todo ¿quien no querría estar acompañada por otra chica en una mansión llena de testosterona? Y cuando ellas vean lo bien que la tratan enfrente de ellas caerán a sus pies en un abrir y cerrar de ojos. Varios de los hermanos sonrieron bajo esa idea, caerían como polillas a la luz, la tensión que era normal en esa casa desapareció por un momento, era la primera vez que pacíficamente habían concordado en algo, no hubo discusiones, ningún mueble roto que se debía reemplazar después, nada.

Todos los hermanos fueron a sus respectivas habitaciones, todos con un buen animo en sus rostros, inclusive, unos caminando y tarareando, se tomaban todo el tiempo que quisiesen para ir a su destino, después de todo, en ese momento no estaban molestos con que otros caminasen a su lado, excepto uno, ese se quedó en su sitio.

Después de todo había uno de los hermanos que no estaba de acuerdo con aquella idea, aún que para los todos era tentadora la idea de imaginarse a los sacrificios siendo más tranquilas y menos ruidosas que de costumbre, el menor también imaginaba en las consecuencias que eso traería sobre la nueva inquilina, claro, todos la tratarían bien cuando los sacrificios estén cerca de ella, pero, el plan le faltó una parte importante ¿que pasara de ella cuando no haya sacrificios cerca? O peor ¿que será de ella cuando no haya sacrificios en casa?.

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⏰ Última actualización: Jan 09, 2023 ⏰

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