Nunca entenderé el por qué mi madre me hacía esto, no comprenderé por que ella estaba tan alegre con la idea de que me casara con un desconocido, no sabía por qué querían que me casara a los 12 años, tampoco el por qué ella nunca me quiso, pero allí se encontraba, acomodando mi peinado.
Tenía puesto ese maldito vestido, esas horribles capas de telas blancas, tan blancas como una margarita, aquel vestido de boda que solo significaba mi perdición, lo odiaba con todo mi ser. Apretaba la tela con mis puños mientras suspiraba y mis ojos se llenaba de lágrimas.
- Madre por favor, -le supliqué con un sollozo- por favor no me haga esto, se lo suplico -fui callada al sentir un golpe en mi mejilla.
- ¡Cállate Akai Me! -Ella me grito enojada, rebuscó un pañuelo para limpiarme las lagrimas- ¡Ni creas que tienes permitido llorar! ¡Tu maquillaje me costó demasiado como para que lo arruines con tus estupidas lagrimas! ¡Te subirás a ese carruaje con una sonrisa y te casarás con ese buen hombre!
Mi madre tomó con agresividad mi brazo clavándome sus largas uñas en este y me jalo hasta la puerta de nuestra casa, mi padre estaba allí esperándonos, tenía el ceño fruncido y los brazos cruzados, lo habíamos hecho esperar demasiado. Cuando llegue enfrente de el yo me encontraba mirando al suelo, pero aún así podía sentir la mirada furiosa de mis progenitores, comenzaron a gritarme e insultarme de nuevo, yo solo me encogí en mi lugar sin hablar, solo me disculpaba cuando lo veía necesario, eso ayudaba a que se les bajará el enojo.
Comenzamos la caminata al carruaje, mi prometido se había ofrecido en prestarnos su carruaje personal para transportarme al altar, mis padres obviamente aceptaron, mientras nos movíamos a este ellos seguían insultandome, mientras me recodaban lo mal agradecida que era por no querer casarme con alguien tan amable como lo era mi prometido, yo solo asentía a sus palabras mientras me limpiaba unas lágrimas que amenazaban con salir de mis ojos.
Fui la primera en entrar al carruaje, mis padres se quedaron afuera mientras sus palabras me seguían hiriendo sin parar, así que opté por ir a mi lugar feliz, los dejé de escuchar, mis alrededores se transformaban en aquel mariposario que tantas veces imaginé que para mi ya parecía un lugar real, en este estaban todas las mariposas que tanto me gustaban, unas se alimentaban del néctar de flores, otras solo revoloteaban disfrutando de la grandeza de su hogar y otras pocas se paraban en mis hombros, cabeza y manos como si me estuvieran reconfortando, como si me dijeran que mientras ellas estén conmigo todo saldrá bien.
Pero no lo fue.
Antes de que mis padres pusieran un pie dentro de nuestro transporte, algo apareció al lado del chofer lo que hizo que la carroza se balanceará sacándome de mi lugar feliz para ver el caos que estaba por empezar. El chofer no tuvo tiempo de poder defenderse o si quiera reaccionar, solo pude ver como el recibió un golpe y cayó al suelo, después aquella extraña figura se bajo y se detuvo a un lado de la carroza, no me podía mover a la seguridad de mi casa, o si quiera para ver el rostro del atacante, estaba paralizada del miedo. Pero lo que aumento mi miedo fue la reacción de mi madre, parecía que estaba viendo un fantasma, un espectro que regresaba de su pasado para atormentarla.
- ¡¿Que haces tú aquí?! -Gritó ella con una mezcla de pánico e ira en su voz.
- ¿Como conoces a este hombre Misaki? -Mi padre volteo a verla, podía sentir ira en su ser, lo que me hizo temblar- ¿Es uno de tus amantes? Por qué creí que me habías jurado amor y lealtad de por vida -le dijo con un tono amenazante, ignorando por completo al intruso.
- Vaya vaya Misaki -el hombre le hablo- Vine a por mi hija, es todo -se acercó a mis padres, hasta que lo pude ver, era un hombre de pelo blanco- ¿Le dejase el nombre de Akai Me como te dije? -mi sangre se heló, ese hombre no podía decir la verdad.
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Nuevos colmillos en casa
FanfictionAkai Me es una vampira que fue destinada a casarse a una temprana edad a vivir una vida llena de abusos, pero, un secreto sobre ella sale a la luz causándola que descubra sobre su verdadero apellido y por ende a su nueva familia. (Reescribiendo)