Por una apuesta || Woosan

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Por más que suplicó e imploró con sus ojos, sus amigos se habían ido dejándolo solo con aquel chico. Sus manos temblaban temerosas y sus ojos eran incapaces de mirarlo a la cara. ¿Qué estará pensando Jung Wooyoung de el? ¿Habrá estado buscándole para realmente darle una paliza? El silencio era tan tenso que juraba que podría tocarlo e incluso usarlo como una cuerda de guitarra.

—¿Cuál es tu nombre?— su voz había salido tan normal, sin ninguna pizca de enojo, pero aún así logro asustarle.

Se alejó dos pasos antes de contestar.

—San... Choi San...

—Bueno San, ¿Por qué tan nervioso?

—¿V-Vas a golpearme?— murmuró temeroso —Porque si vas a hacerlo, que sea rápido y que no duela tanto.

Abrió sus brazos y cerró sus ojos con fuerza, dejándose a su merced. Se sintió confundido cuando lo único que recibió fueron las risas de Wooyoung oírse por el lugar.

—No voy a golpearte— negó agitando sus manos —No quiero hacerte daño.

—¿Por qué no?— frunció el ceño, confundido —Te besé, lo que debería darte enojo y querer golpearme.

Se acercó y tomó su mano derecha, haciéndola un puño, para luego mostrar su mejilla y tocarla con su índice.

—Anda, aquí te puedes desquitar— cerró con fuerza nuevamente los ojos, esperando por el golpe.

Pero lo único que sintió en su mejilla izquierda, fueron unos cálidos y húmedos labios posarse con timidez. Abrió mucho los ojos y lo miró desconfiado, sintiendo sus mejillas teñirse de a poco.

Eso no lo veía venir.

—¿Q-Que fue eso?

—Un beso.

—Si, pero ¿por qué?

Se encogió de hombros.

—Yo quise dártelo ¿y el tuyo por qué fue?

—Una apuesta— parpadeaba varias veces, aún confundido —Aposté con mis amigos dos mil seiscientos wons, tareas hechas y dulces gratis si lo hacia...

—¿Te gustan las apuestas?

—No puedo negarme a una.

Wooyoung asintió.

—Te apuesto el doble a que no lo haces de nuevo.

Eso tampoco lo veía venir.