NOTA: Hola, buenos días, tardes,noches, madrugadas o la hora en el que estés leyendo esto. Nomas para decir que esta es la idea de la otra historia que les dije. Lo subo aquí para que me digan si les gusta o nel.
NOTA 2: La historia de control sigue normal, esto sólo lo subiré un día y lo borro por si lo quieren, queden al pendiente para que lo puedan seguir
NOTA 3: LA HISTORIA DE CONTROL AL PARECER SOLO SERÁN 15 CAPÍTULOS QUE YA ESTOY ESCRIBIENDO Y EN ESTOS DÍAS SE LOS SUBO
SINOPSIS:
Gojo Satoru un día salva la vida de un joven que se lanzó al mar, quien le parece alguien frágil y muy lastimado con solo ver su llanto, pero sin decir mucho ese pelirosa se va sin más. Un tiempo después cree haber reencontrado al mismo muchacho, sin embargo se lleva una sorpresa al notar que este es muy diferente al que él conoció, por lo que intrigado intenta acercarse a este, para solo darse cuenta que aquello era mucho más profundo del que creía, tanto como aquel mar.Las olas golpeaban con fuerza las piedras como si las quisieran derribar, una fuerte brisa que calaba hasta el hueso y un cielo tan nublado, tan oscuro que parecía difícil distinguir si aquel momento era de día o de noche.
Sin embargo ni todo ese frío ni toda esa oscuridad parecían ser suficientes, aún había calor en su cuerpo, aún veía, aún sentía, sentía tanto que dolía y eso era justo lo que no quería.
¿Estar en el fondo del mar será realmente aterrador?, se preguntaba ola tras ola; incluso si lo era, parecía mucho más tentador que seguir afuera, vivir de aquella manera era más asfixiante y turbador.
Aquel joven muchacho de cabello rosa tomó un último respiro, cerró los ojos más a modo de súplica que aquello funcionará y se dejó caer. Pronto su cuerpo fue abrazado por la gélida agua, pero más allá de congelar su cuerpo, se sentía más bien como si abrazara una vieja amiga a la que por mucho tiempo había esperado, con la esperanza que en su lugar congelará el tiempo, los recuerdos y las heridas.
Pensó que en algún momento la desesperación de no poder respirar lo haría arrepentirse o quizás él ir sintiendo como la densidad del agua lo presionaba cada vez más indicándole lo lejos que estaba llegando lo asustaría; pero no era así, en realidad aquellas sensaciones eran extrañamente familiares, solo que esta vez finalmente sería la última y eso lo llenaba de una enorme paz.
Con lo que no contaba es que no muy lejos de donde él se encontraba, un individuo de cabello blanco, ojos azules brillantes y cabellera rebelde lo había observado por accidente. Ese hombre quien después de un largo tiempo lejos de casa, había vuelto para mostrarle a su madre que finalmente y después de tanto, su sueño se había cumplido, no esperaba encontrarse con esa escena.
Caminaba despacio con su cámara en mano listo para captar aquel bonito paisaje que la "lluvia de ciruelas" había traído consigo, pero para su sorpresa lo que su cámara enfocó fue mucho más hermoso, pero también mucho más triste que cualquier otro paisaje, como si una pequeña flor de cerezo cayera de su árbol lentamente hasta hundirse en ese inmenso mar.
Y como si existiera una delgada línea entre el infierno y ese momento, él pelirrosa pensó haberla cruzado. Sin embargo algo de pronto envolvió su cintura y se aferró a él con desesperación y antes de poder darse cuenta, inevitablemente dio una gran bocanada de aire indicándole que contra todo deseo, una vez más estaba de regreso.
El sujeto de ojos azules arrastró al chico hasta la orilla y con gentileza intentó dejarlo sobre las rocas para que éste no se lastimara, la ropa de ambos estaba obviamente hecha un desastre. De ambos el peliblanco parecía asustado y confundido al no saber que decir en esa situación, mientras que el de ojos marrón tenía una expresión agotada, muy diferente a la que tenía estando en el agua, que parecía más cercana a un rostro en paz.
— ¿Estás, estás bien? — preguntó preocupado y nervioso entre respiraciones agitadas.
Sin recibir respuesta del joven, quien no mostraba algún signo de miedo o agradecimiento, pero tampoco de molestia, era un estado similar a la resignación, como si su mente estuviera atrapada en limbo o como si ésta siguiera en el agua.
— Creo que deberíamos llamar a algún familiar o a alguien cercano que te ayude, si quieres podemos,
Pero antes de terminar de hablar los ojos de aquel chico se llenaron de lágrimas apenas notables para su estado. Su llanto poco a poco se hizo más fuerte, era notable una especie de combinación entre dolor, desesperación y miedo.
El hombre nervioso por la situación, no hizo más que acercarse y envolvió en sus brazos al pelirrosa, quien ahora era el que se aferraba a su contrario mientras temblaba. ¿Qué lo había llevado a tomar esa decisión? ¿Qué era aquello tan malo que lo orilla a algo tan extremo pero justificable él?, lucía tan joven, pero tan agotado, frágil, débil, tan vulnerable, en cierta forma le recordaba un poco a alguien que conoció cuando era joven.
Fue así como dos desconocidos se hundieron en un abrazo singular, profundo y reconfortante, como si ambos lo hubieran necesitado desde hace mucho tiempo. Pero ese momento sería roto abruptamente, el llanto cesó repentinamente y al igual como si hubiera finalmente reaccionado se alejó agilmente.
— Yo, lo siento, no quería, no debería...supongo que te agradezco — pronunció a la vez que se limpiaba el rostro.
— Oye si quieres podríamos,
— ¡No!... no es necesario, ya hiciste suficiente… yo me tengo ir
Y antes de cualquier otra reacción salió corriendo, no entendía muy bien que había ocurrido, ni tampoco sabía en qué tono le dijo que "ya había hecho suficiente", pero claramente no parecía ser así. Lentamente se dirigió hacia sus cosas que había botado rápidamente por salir corriendo detrás del joven, lamentablemente su cama se había roto.
Se maldijo internamente, esa cámara era realmente preciada para él y ahora estaba rota y con pocas posibilidades de ser arreglada ya que era un modelo bastante viejo, más no se arrepintió de haber hecho lo que hizo, incluso si eso solo quedaba como recuerdo del día en que salvó la vida de ese joven.
El mismo que como aquellas olas, revolcaría su vida...
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CONTROL
FanfictionYuji Itadori, un joven con una vida amorosa desastrosa, estando bajo el control absoluto del juego silencioso y secreto de Satoru Gojo, cansando y resignado a que siempre será igual, la vida una vez más le demuestra que todo puede ser incluso más de...