Capitulo 2: ꧁Preocupación꧂

4.8K 468 73
                                    

Después de lo que Harry sintió como un largo rato su médico personal llegó. Harry tuvo que mentir, diciendo que era un amigo al que había ayudado.

—Evidentemente tiene fiebre—dijo el beta cuando ya había terminado de revisar sus signos vitales.—La mala noticia es que tendremos que llevarlo al médico para hacerle estudios y saber si no le han roto algun hueso, es un omega y está muy golpeado—el hombre hizo una mueca mientras anotaba algo en la tablilla.—¿Cuál es su nombre?.

—Eh...—El alfa trago saliva, su mentira se acababa de caer

—No importa, me dara el nombre cuando estemos en el hospital, ¿Quiere que llame a una ambulancia?

—No, no, puedo llevarlo—suspiro un poco nervioso porque todo parecía estar sucediendo tan rápido.

—Esta bien—el hombre mayor guardo sus cosas y tomo su maletín.—Nos vemos en el hospital entonces.

El alfa rizado asintió viendo como el hombre se retiraba. Vio al omega de nuevo, sólo quería ayudarlo, talvez debería de llamar a la policía para que localizaran a su familia... Sin embargo talvez no ayudaría mucho, habían muchos casos de omegas abandonados por sus alfas (aunque no sabía si el omega tenía alfa, pero los policías lo tomarían como tal) sabía que la policía no haría mucho.

Exhaló de nuevo frustrado por eso y lo cargo con cuidado. Bajo hacia el auto (de nuevo) y lo acomodo con mucho cuidado de no lastimarlo más. Cerró la puerta y abrió la cochera mientras se acomodaba en su asiento, encendió el auto y condujo hacia el hospital.

—No, por favor, basta—murmuro el pequeño omega en el asiento de atrás. Harry se preocupo, el que tuviera la fiebre tan alta seguramente hacia qué tuviera alucinaciones.

Solo esperaba, con todo su corazón, que el omega sobreviviera a todo eso.

Cuando llegó al hospital el médico ya los esperaba con una camilla y un equipo médico, lo recostó sobre la camilla y rápidamente se adentraron al hospital

—Puede ir a la sala de espera, le llamaré cuando terminemos—el alfa asintió viendo como el médico se retiraba.

Si bien sentía una gran curiosidad sobre aquel omega, ¿Cuál sería su nombre? ¿Tenía familia? ¿Tenía pareja? ¿Sabía quién lo había golpeado?

Y así, miles de preguntas venían a su mente. Ahora parecía que el tema que tenía con sus empleados había quedado en el olvido, era un tema viejo y en su lugar su nuevo problema era ese omega, ¡No podía pasarlo por alto! principalmente porque estaba muy golpeado y moribundo, seguramente había pescado un resfriado al estar tirado sobre el asfalto mojándose; El alfa se sorprendió a si mismo al recordar que antes de salir de la empresa había llovido más fuerte, ¿Acaso había sido abandonado, tirado, mientras llovía intensamente? Esperaba que no, habría sido un acto muy inhumano abandonar a un omega ¡Un omega! enmedio de una gran tormenta como la de aquella tarde.

Suspiro pesado, sacó su celular y le llamo a su empleada pidiéndole que llevara la ropa que le había pedido hace un rato al hospital y también que le trajera ropa cómoda, si bien el que estuviera con ese bochornoso traje todo el día lo irritaba más de lo que ya estaba.

Después de un largo rato ya se encontraba en el baño del hospital cambiándose de ropa, su empleada le había llevado sus tenis junto con un pans, una playera ligera y una sudadera que le quedaba algo holgada. Suspiro más relajado al no tener que utilizar su tan ajustado traje.

Mientras caminaba de regreso a la sala de espera se encontró al médico, quien al parecer venía de la sala de espera.

—Señor Styles, he ido a buscarlo a la sala de espera

—Quise cambiarme—alzo un poco la bolsa donde traía su ropa.—¿Que sucede?

—Bueno, le hemos realizado estudios al joven omega. Al parecer tiene una costilla lastimada, su muñeca también lo está por lo que le tuvimos que poner yeso, tiene algunos hematomas en el cuerpo y en el rostro. Hemos logrado que la fiebre baje con algunos medicamentos y le administramos medicamentos que le ayudarán con el dolor, también algunos medicamentos para que una gripe no lo alcance o empeoraría su situación, tuvo suerte de traerlo a tiempo.

El rostro del alfa se torno serio, que incluso el médico retrocedió un pequeño paso. Carraspeo al ver cómo el ambiente habia cambiado

—¿Cuando despertara?—Murmuró, su mirada estaba pérdida mientras procesaba todo lo que el médico le acababa de decir.

—En un par de horas, aunque seguramente estara muy asustado y tendremos que administrarle algunos tranquilizantes.

—Entiendo—asintió levemente.—Necesito quedarme con él hasta que despierte.

—Lo guiaré a la habitación—el médico camino por delante, tomaron el ascensor presionando el piso "3" y cuando llegaron caminaron por las múltiples habitaciones hasta que llegaron a la "3-02"

—Gracias—el alfa le agradecio al médico, quien se retiró después de un momento.

Abrió la puerta y la cerró con cuidado. Allí, en la camilla estaba el omega, tenía algunas máquinas conectadas que indicaban su pulso junto con una mascarilla de puntillas para ayudarlo a respirar y suero vía intravenosa. Su cabello estaba despeinado, estaba un poco pálido, eso hacia que los golpes en su rostro se notarán más.

El alfa se sentó en una silla que mas bien parecía un sillón individual, dejo la bolsa con la ropa en el suelo y se recargo con los brazos cruzados en la camilla.

—Hola, no creo que me conozcas ni me escuches, diré esto ahora porque seguramente más tarde no pueda decirlo, pero soy el alfa que te encontró en la calle. Estabas muy mal y golpeado, pero tranquilo, el médico dijo que estarás bien—hizo una pequeña mueca y se recargo en el acolchonado respaldo de la silla sin dejar de mirarlo.—Solo espero saber cómo te llamas y que me cuentes toda la verdad cuando despiertes...—Sonrió triste—Y también espero que no me eches.

Después de un rato una enfermera entró. Harry había optado por encender la televisión para no aburrirse, por supuesto que era un hospital bastante caro, la habitacion tenía un gran ventanal al fondo, contaban con el mejor equipo médico y todas las habitaciones tenían un sillón largo con cojines. Una televisión, un baño privado, todo era de madera tapizada, incluso el piso tenía una alfombra.

Sin embargo a nada de eso le prestaba atención, le importaba muy poco cuánto le costaría una noche en ese hospital, solo quería que el omega en esa camilla estuviera bien.

—Oh, hola—la enfermera le sonrió amable al chico quien al parecer estaba pestañeando

—¿Dónde estoy?—Susurró y soltó un quejido cuando intento mover su mano lastimada

—Oh no no, no te muevas cariño—la omega negó deteniendolo.—Estás en el hospital

—¿Que sucedió?

—No lo sabemos, talvez tú puedas contarnos un poco. Pero tienes suerte de que tu amigo te haya rescatado o sino te hubiera alcanzado una pulmonía o hubieras muerto, tienes las defensas muy bajas.

El alfa se quedó sorprendido ante las palabras de la enfermera, el omega volteo lentamente hacia el alfa que estaba a su lado y frunció el ceño.

—¿Y quién eres tú?





Iᥒ thᥱ mιddᥣᥱ of thᥱ ᥒιght (L.S)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora