Capítulo 6: ꧁Cuento contigo꧂

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El alfa se encontraba sentado en su silla negra de cuero giratoria, y si alguien pudiera verlo diría que se veía como el alfa empoderado y millonario que era, y aunque traía la ropa de anoche eso no impedía que se viera como tal.

Decir que su oficina en casa es enorme era quedarse corto: Tenía una gran puerta de cristal corrediza que daba hacia el enorme patio, estantes altos con libros que incluso el siendo alto a veces tenía que utilizar la escalera para alcanzarlos, un escritorio enorme con una computadora y dos sillas frente a este; 3 sofás de cuero en una esquina color crema con una mesita pequeña en el centro, el piso estaba cubierto con una alfombra color vino y los muebles eran de madera tapizada.

Escucho un toquido en la puerta y murmuró un "adelante" sin quitar la vista de su celular.

—¿Mandó a llamarme señor?—Esta vez el alfa alzo una ceja y miró hacia la puerta. Niall cerró esta y soltó una carcajada

—Es divertido como todos te llaman así.

—Más vale que no vuelvas a burlarte o te despediré, aunque seas mi amigo.

Harry y Niall eran amigos desde adolescentes, se habían conocido en la preparatoria. Niall no habia estudiado la universidad por problemas familiares y cuando sus padres murieron Harry lo acogió, dándole trabajo como su asistente y chófer. A pesar de eso Niall no se quejaba, la paga que Harry le daba era tan buena que no se preocupaba por nada. No gastaba en nada, pues la mayoría del tiempo estaba en casa de su amigo, así que empezó a ahorrar y cuando ahorró lo suficiente pudo comprarse una casa cerca de la de Harry para poder tener su propio espacio, sin duda Harry era su mejor amigo y le debía mucho.

—Tranquilo grandote, ¿Que es lo que necesitas?—Se acercó hasta el escritorio y se sentó en una de las sillas esperando su respuesta.

—Gemma vendrá en un rato, arreglaré unas cosas con ella y mientras necesito que vayas a la oficina por mi laptop y los papeles que deje a lado, esta semana trabajaré en casa.

—¿Una semana?—el beta alzo ambas cejas sorprendido, por supuesto que Harry había trabajado desde casa... Pero dos o tres días como máximo, nunca una semana entera.

—No hagas preguntas, sólo haz lo que te digo.

—Está bien—el beta apretó sus labios.—¿Me prestarás tu auto?

—¿Que?—Harry frunció el ceño.—Por supuesto que no, utiliza el que compre para servicio.

—Harry, por favor—suplicó.—Además tu auto es último modelo.

—Mi preciado auto último modelo—corrigió alzando una dedo.—Y no, la última vez chocaste mi auto y por eso tuve que comprar este.

—Yo pague el daño

—¿Y que querías? ¿Que yo lo pagara?—Alzó una ceja y negó.—Faltaba más.

—Eres un gruñon narcisista, eso es lo que eres—el alfa gruño poniéndose de pie, sin embargo Niall ni siquiera se inmutó, sólo se levantó acostumbrado a los gruñidos de su amigo.—Sólo espero que ese omega te haga menos hijo de puta, nos haría un favor a todos.

—¡Niall!—El beta soltó una carcajada y salió corriendo de la oficina, azotando la puerta al salir antes de que el alfa pudiera correr detrás de él.

A pesar de todo Harry termino sonriendo después de un momento. Niall era al único que no podía intimidar, después de todo su amigo ya estaba acostumbrado a los gruñidos y gritos del alfa que ya se le hacia algo normal, incluso lo había visto en su forma de lobo y aunque el alfa muchas veces lo habia amenazado con transformarse para arrancarle la cabeza a Niall le importo poco. Por supuesto que Harry como lobo era enorme, hermoso, e intimidante... Pero a Niall definitivamente no lo intimidaba porque sabía que incluso Harry como lobo nunca le haría nada.

El lobo de Harry sabía controlarse

A menos, claro, que alguien colmara su paciencia o lo enfrentara. Habia tenido algunas peleas contra otros alfas como lobo y en solo dos había salido lastimado, y esque el secreto de Harry era que sabía cómo atacar, aunque su lobo a veces solo veía sangre el trataba de ser racional, utilizar la lógica para poder atacar con la mente fría. Todo habia sido gracias al entrenador que sus padres les habían contratado a él y a Gemma, había sido una gran ayuda para ambos.

Después de un largo rato escucho un toquido, se quito sus gafas y despegó su vista de la computadora, murmuró un "adelante" y se recargo en el respaldo de la silla.

—Hola hermanito—Gemma entro con bastantes bolsas a la oficina del alfa, cerró la puerta con un pie y dejo todo en uno de los sofás.—Traje todo lo que me pediste, aunque se me hace extraño que me hayas pedido todo esto.

Harry se puso de pie caminando hacia los sofás, reviso todo lo que había en las bolsas mientras su hermana se servía un vaso de agua y se sentaba en uno de los sillones con las piernas cruzadas.

—¿Arreglaste lo de los trabajadores?.

—Eso no importa—le resto importancia con un gesto mientras su hermano se sentaba a su lado.—¿Me dirás qué es lo que sucede?

Harry hizo una mueca y suspiro, ambos se acomodaron mejor en el sillón para poder verse.

—Primeramente no quiero que me juzgues y más bien que me entiendas—su hermana asintió, Harry decidió ir directo, sin rodeos.
—Ayer al salir de la oficina encontré a un omega abandonado en la calle, hacia mal tiempo y estaba lloviendo, pero cuando baje a verlo estaba muy... mal—hizo una mueca al recordarlo.—Estaba golpeado y moribundo, lo primero se me ocurrió fue traerlo a casa.

Gemma se sorprendió al escuchar aquello, si bien como había dicho Harry sus padres les habían enseñado a cuidar a los omegas, y escuchar que había encontrado a uno en esa condición le desagradaba.

—El médico vino a revisarlo—continúo.—Pero estaba muy mal así que lo llevamos al hospital para que le hicieran estudios, tiene múltiples golpes, una lesión en la costilla y lastimada la muñeca, tuvieron que enyesarla.

—¿Y lo dejaste en el hospital?

—No—negó rápidamente.—Pase toda la noche con él, hoy lo dieron de alta y ahora está arriba en una habitación, aunque...—Hizo una mueca y prefirió ver hacia otro lado.—No me ha querido contar nada y prefiero que lo haga a su tiempo, pero siempre que le digo que puede irse cuando quiera si no se siente cómodo el dice que no, tiembla y lo veo asustado, con pánico. Cuando lo levanté de la calle, en el camino me decía que lo ayudara.

—Tú crees que...

—No lo sé, pero me contó algo en el hospital, algo sobre un tal Nathan, tal vez el lo golpeó, tampoco quiere hablarme de su familia y me pidió que le prometiera que nunca lo iba a dejar solo.

—Vaya—la alfa soltó un largo suspiro.—Primero creo que debes de hacerlo sentir seguro, y también necesita que alguien lo ayude psicológicamente.

—Es lo que he estado pensando. Lo platicaré con él, lo haré sólo si él quiere, no lo obligaré a nada.

—Poco a poco hermano—palmeó su hombro y le sonrió.—Si pasó por un trauma le será difícil aceptar ayuda.

—Créeme Gemma, lo que más busca Louis es ayuda.

El alfa se puso de pie y regreso a su escritorio decidiendo dejar así el tema.

—Ahora volviendo a lo menos importante, cuéntame que sucedió en la isla.

La alfa sonrió, se puso de pie y camino hacia la silla frente al escritorio para contarle todo a su hermano.

Iᥒ thᥱ mιddᥣᥱ of thᥱ ᥒιght (L.S)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora