Astray - Matt Murdock - Daredevil.

Stanza. IX

Diría que la semana transcurrió tranquilamente pero para nada fue así.

Todo era un desastre, entre exámenes, horarios de mierda y la planificación de la "Gran fiesta de Halloween" ni siquiera habían tenido tiempo para juntarse entre semana, como mucho, cuando coincidían en clases.

Tal vez era la falta de tiempo o directamente no deseaban cruzarse después de aquel día.

Sea como sea, sin duda no se perderían la gran fiesta que estuvo generando interés entre los estudiantes por semanas. Sería impartida por los de la facultad de Arte.

Sin pensarlo mucho optaron por los disfraces más fáciles, para ser honestos, a Elisha le emocionaba la idea de lucir pistoleras, guantes de cuero, navajas falsas y ropa negra, probablemente Matthew se vería jodidamente sexy.

Sería una noche inolvidable.

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–Podríamos recorrer el mundo cuando nos graduemos, continuar con el legado de mi familia, es decir, te encargas de la parte legal y yo del dinero. –comentaba mientras esparcía con una brocha sombra negra en sus ojos.

–Si con el mundo te refieres a Hell's kitchen, entonces sí. –dijo seriamente.

Matt se encontraba acostado boca arriba en la cama de Elisha, jugaba dándole vueltas a su bastón mientras ella se maquillaba, era consciente de que arrugaría su traje pero prefería estar cómodo.

–Veré como meter Hell's Kitchen en una maleta. –dijo sarcásticamente rodando sus ojos.

–Ya hemos hablado de esto. Voy a defender a los inocentes de mi vecindario. –dijo firmemente.

–Suficiente, por favor. –esa voz no paraba de perseguir al chico.

La chica bufó enojada y comenzó a hacer su delineado delicadamente. El silencio se volvía pesado, ninguno de los dos estaría dispuesto a ceder.

Matt quería creer que el tiempo lo decidiría, por ahora, seguirían divirtiéndose juntos.

Tras un rato, finalmente Elisha terminó. Se observaba en el espejo con Matt a su lado que solo esperaba la segunda parte de los disfraces.

Vestía un traje negro, zapatos de charol, las gafas que Elisha le regalo y una corbata a juego con ellas. También llevaba una fragancia intensa y exquisita.

Por su lado, Elisha vestía un vestido largo de satén negro, tacones finos y altos negros, su característico collar de luna que adorna su cuello, en conjunto con un brazalete dorado y uñas color vino tinto.

–Luces muy guapo. –susurró sobre su hombro.

–Gracias, probablemente tu igual. –sonrió levemente.

–Siempre, quizás lo descubras luego. –dijo con superioridad.

Le encantaba lo que miraba en el espejo y comenzaba arrepentirse de los complementos que compró y de tener que ir a esa fiesta que ya no sonaba tan divertido. Ver a Matt tan elegante hizo que Elisha recordara el sin fin de veces que tuvo que acudir a cenas elegantes y aburridas, llenas de millonarios egocéntricos, probablemente junto a él serían mil veces mejores.

–Sinceramente, lucimos como los millonarios arrogantes con los que se juntan mis tíos. –finalizó riendo.

No obtuvo respuestas por parte de Matt, esta noche se veía perdido y fuera de sí mismo.

–¿Estas bien? –cuestionó la chica.

–Perdón, no te escuche. Sí, sí estoy bien.

Se esforzó por pasarlo por alto. Aunque ya no quisiera ir había comprado muchas cosas, según ella de espías para sus disfraces.