Capitulo 3

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𝓩𝓪𝓬𝓱𝓪𝓻𝔂  𝓙𝓸𝓷𝓮𝓼

Hoy era el día en el cual no sabía si iba a sobrevivir o morir, durante toda la malnacida noche no pude dormir absolutamente nada parecía como si tuviese insomnio.

Me encontraba en el jardín del instituto era un poco temprano, me senté en el verde y recién podado césped pude visualizar a lo lejos que venían mis amigos y mi prima quienes venían muy sonrientes.

Los tres se dedicaron a mirarme como si fuese un bicho raro.

—¿Qué nunca han visto a una persona con lentes de sol? —pregunte irritado mientras los miraba.

—¿En plena mañana donde ni siquiera hay un rayo de sol? Pues no. —respondió de mala manera Nat.

Asher se encontraba con el ceño fruncido-—¿Qué demonios te pasa?

Rodee los ojos con fastidio—Hasta que no les mate su curiosidad no me dejaran en paz ¿Verdad? —digo de mala gana.

Sé que ellos no tienen la culpa pero en estos momentos si tenía sueño y demasiado, tanto que hasta los banquitos que se encuentran a los alrededores del jardín se ven cómodos y si tuviera una cama frente a mí me lanzaría y me arroparía con la sabana para dormir sin ningún problema.

—Que comes que adivinas. —la voz de Max hizo que volteara a mirarlo, el que más hablaba del grupo hablo por primera vez desde que llego.

Me quite los lentes de sol y los mire a los tres y por parte de ellos me gane una mueca de horror.

—¿Y esas señoras ojeras de mapache? —preguntó dramáticamente Nat.

—Anoche no pude dormir un carajo y ahora me estoy muriendo del puto sueño. —me dedique a pasar las manos por mis ojos.

Max se cruzo de brazos sobre su pecho—¿Y porque no pudiste dormir?

—Porque hoy tiene que hacer una tarea en pareja con Katheryn Walters. —respondió Nat.

Los chicos voltearon a ver tan rápido a Nat que hasta les dolió el cuello, para luego mirarme a mí que solo asentí.

—A la mierda. —maldijo Max mientras pasaba su mano por su cabello negro.

Volví a ponerme los lentes de sol negros sobre mis ojos y si todo el mundo me miraba raro porque ¿Quien demonios usa lentes de sol a las 7:00 de la mañana, donde ni siquiera hay un puto rayo de sol? pues yo al parecer. Nos adentramos al instituto y todas la miradas de las personas que están en el pasillo están sobre mí, lo cual es demasiado incomodo para mí, soy el anormal de la mañana del instituto por llevar lentes de sol.

—¡¿Se les perdió algo?! —grite con un poco de amargura.

Todos desviaron sus miradas de mí para seguir haciendo lo que sea en que estaban.

—Necesito un café. —mascullé entre dientes mientras caminaba directo a la cafetería.

Me encontraba masajeando mi sienes para luego masajear mis ojos que se encontraban completamente pesados que en cualquier momento se cerrarían y no se abrirían más nunca hasta que descansen lo necesario.

Asher puso el café negro sobre la mesa.

—Gracias. —agradecí en un susurro para luego agarrar el vaso de cartón sobre mis manos para comenzar a soplar.

—Aun sigo en shock. —Max se encontraba mirándome—¿Es en serio lo que dijo Nat? —preguntó.

—Joder, que sí. —respondió con exasperación Asher—Esta es la octava vez que lo preguntas.

𝒩𝑜 𝒥𝓊𝓏𝑔𝓊𝑒𝓈 𝒰𝓃 ℒ𝒾𝒷𝓇𝑜 𝒫𝑜𝓇 𝒮𝓊 𝒫𝑜𝓇𝓉𝒶𝒹𝒶 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora