Capitulo 2

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𝓩𝓪𝓬𝓱𝓪𝓻𝔂  𝓙𝓸𝓷𝓮𝓼

Podía oír varios pasos pesados y esa persona tumbando todo a su paso.

—¡Alessia! —gritó una voz masculina ronca y rasposa, arrastrando las palabras.

Mamá se encontraba conmigo en la cama, no podía dormir y ya era tarde.

Ella se puso de pie decidida a salir de la habitación hasta que tome su mano deteniéndola.

Mamá. —murmuro un pequeño Zach de diez casi once años—No vayas por lo que tu más quieras, quédate aquí conmigo podemos cerrar la puerta con llave o llamar a la policía. —hablo con rapidez su voz un poco temblorosa del miedo.

Ella acaricio sus mejillas y sus manos estaban cálidas, en sus labios un poco pálidos sostenía una sonrisa que era más fingida que real.

—Pequeño Zach, no va a pasar nada. Solo tienes que prometerme algo, cuando salga yo por esa puerta —señalo la puerta de la habitación con su dedo índice—, quiero que cierres la puerta con seguro y si escuchas cualquier ruido no salgas, no grites ni llames a nadie, ¿Me lo prometes? —hablo mientras lo miraba.

El pequeño Zach sentía su vista borrosa y sus ojos ardían un poco ya que se encontraba reteniendo las lagrimas para no derrumbarse delante de su madre, cada vez que llegaba su padre y ella salía por esa puerta se escuchaban ruidos terribles y a la mañana siguiente su madre amanecía con muchos golpes en el cuerpo, ella decía que se caía por las escaleras y que a veces era muy tonta.

Pero él sabe muy bien que su madre no era ninguna tonta y que no se caía por las escaleras.

El asintió repetidas veces—Te lo prometo mamá.

Su madre sonrío y le dio un beso en su frente—Te amo, Zachary. —hablo seguido de salir de la habitación.

El pequeño Zach puso su oreja en la puerta y cuando ya escucho los pasos de su madre lejos, la abrió lentamente sin hacer ruido y salio.

—¡¿Dónde carajos estabas?! —le gritó el hombre.

Su madre se había quedado en completo silencio para luego ser interrumpido por un estruendo, la había golpeado.

—¡Te he hecho una pregunta Alessia! —volvió a gritarle.

Pudo oír un pequeño sollozo de parte de su madre.

—Y..y..yo. —tartamudeó con voz temblorosa—Yo estaba arriba con Zach, el no podía dormir. —su voz salio casi inaudible y temblorosa.

—¡Y yo te estaba llamando! ¡Me importa un carajo lo que le pase a ese niño! —gritó de nuevo aquel hombre que es mi padre, llevaba en su mano una botella de ron y bebió de ella.

El pequeño Zach se encontraba en el pasillo mirando y oyendo todo, en completo silencio.

Vio como el hombre volvió a golpear a su madre.

—¡Esto es para que la próxima vez que yo te llames vengas corriendo! —la golpeo repetidas veces, ella lloraba y sollozaba por cada golpe que le propinaba de sus labios salio un gemido de dolor.

El niño pudo sentir sus mejillas mojadas y ahí supo que no pudo retenerlas más, sus lagrimas comenzaron a desbordarse al ver aquella escena.

Se limpio sus mejillas con el dorso de su mano y toma una gran decisión, la cual era muy riesgosa pero a él no le importaba solo quería ayudar a su madre que estaba sufriendo.

𝒩𝑜 𝒥𝓊𝓏𝑔𝓊𝑒𝓈 𝒰𝓃 ℒ𝒾𝒷𝓇𝑜 𝒫𝑜𝓇 𝒮𝓊 𝒫𝑜𝓇𝓉𝒶𝒹𝒶 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora