¡Lobito! ♡ Seongsang

: 🐺 ، ꒰ 𝗌𝗂𝖾𝗍𝖾 ꒱ ‹𝟹

El cielo se encontraba en una abrazadora tranquilidad, las nubes blancas y lindos pájaros acompañaban lo que era un hermoso océano azul flotante. Con los cálidos rallos de sol golpeteando los techos de las casas que pertenecían al pueblo de Ilusion.

Yeosang era guiado por las hadas, siguiendo un hermoso camino de flores regadas por el verde pasto. Era la primera vez que se alejaba demasiado de la orilla del bosque, al principio se negó, pero la hadas le habían dicho que SeongHwa le esperaba así logrando convencer al renegado muchacho.

Pronto llegaron a un hermoso río cristalino que era rodeado por hermosos árboles de cerezo. Pronto los hermosos cantos de las aves lograron endulzar el oído del bello joven, quien observaba todo con detenimiento.

—¿Qué es este lugar?— Yeosang pregunta facinado por la hermosa vista.

—Estamos en el territorio de los lobos...— respondió Fay.

—¿El territorio de los lobos? ¿Es así de hermoso?— las hadas simplemente asienten.

—Vamos, SeongHwa te espera— Coralia dijo con emoción.

Yeosang asintió contagiado de la emoción de las hadas quienes lo guiaron por un pequeño puente de madera para cruzar el río y continuar el camino de flores, hasta que finalmente llegaron a su destino.

Yeosang observó a SeongHwa parado bajo uno de los árboles de cerezo, quien sonrió enormemente al ver a su lindo conejito. Park vestía de manera formal, luciendo un hermoso traje de terciopelo azul y una bella capa hecha de ceda que era adornada por lindas hojas y unas cuantas flores que iban a juego con su traje.

Lucía como un príncipe.

Cosa que dejó sin aliento a Yeosang.

—Lobito, ¿Qué haces aquí?— preguntó Yeosang al estar frente a SeongHwa.

Pero SeongHwa no respondió, en cambio le tomó de ambas manos y sin borrar su enorme sonrisa, dejando a así Yeosang fascinado por el hermoso brillo de sus ojos y su resplandeciente sonrisa.

SeongHwa le dio una señal a las hadas, quienes rápidamente asintieron y comenzaron a hacer lo suyo. Coralia les colocó una capa de ceda transparente a ambos chicos, con la de Yeosang siendo decorada por hermosas flores. Fay, por su lado, le colocó a un curioso conejito una hermosa corona de flores y hojas hecha por ella misma.

Su cabellera rubia caía delicadamente sobre sus pómulos, mismos que estaban adornados por un lindo tono carmesí, Yeosang era tan etéreo, tan hermoso. Pero SeongHwa estaba realmente hipnotizado por sus preciosos ojitos azules, tan brillantes y repletos de pureza y amor.

—Te vez hermoso, mi lindo angelito— SeongHwa halagó a Yeosang, admirando y quedando nuevamente fascinado por su belleza.

—Seonggie... ¿Qué es todo esto?— preguntó con las mejillas sonrojadas, pues aquél cumplido lo había hecho tener maripositas es su pancita.

—En una ocasión, tú mi lindo conejito, mencionaste que soñabas con tener una confesión de amor de cuentos de hadas— SeongHwa besó los nudillos de las blancas manos de Yeosang —Y yo, Park SeongHwa, me jure cumplir cada uno tus deseos.

—Seonggie...

—Yeosang... Te amo. Te amé desde la primera vez que te vi y juro que mi amor hacia ti siempre fue sincero e inocente— confesó —Me gustas, Yeosang— con ambas de sus manos, SeongHwa acunó el rostro del rubio —Me gustas tanto, mi vida... Incluso si mi amor por ti es incorrecto... Incluso si el mundo está encontra de lo nuestro, yo sólo te amaré a ti. Tu eres mi destino... Y por ello... Kang Yeosang ¿Me permitirías ser tu novio? ¿Le permitirías a este estúpido lobo entregarte por completo su corazón?

Yeosang ya estaba hecho un mar de lágrimas, mientras asentía frenéticamente ante las preguntas hechas por parte de SeongHwa.

—¡Si, Seonggie! ¡Puedes ser mi novio!

Y el dulce conejito unió sus labios en un dulce beso y SeongHwa lo podía catalogar cómo el mejor regalo que pudo haber recibido. Tan dulce y a la vez tan perfecto, estaba tan feliz que quería expresarlo en ese exquisito beso.

El aire pronto se hizo una necesidad y con pesar ambos se separaron, pero sin borrar sus enormes y brillantes sonrisas. Y esta vez fue SeongHwa quien unió sus labios en un prolongado beso, uno lleno amor. Llevando sus manos hacia las mejillas contrarias dejando pequeñas caricias en ellas.

—Te amo, Yeosang— susurró SeongHwa sobre sus labios.

—También te amo, Seonggie— el rubiecito se ocultó en su cuello, cerrando sus ojitos al inhalar el aroma de SeongHwa.

Cómo por arte de magia y dando una escena romántica, las pequeñas hojas de los árboles de cerezo caían delicadamente sobre ellos, así dando una imagen digna de un cuento de hadas.

Una hermosa lluvia de hojas de árbol de cerezo caía sobre ambos.

Pero pronto su burburja de amor se vio interrumpida en cuanto SeongHwa colocó protectoramente tras él a Yeosang, tensandose justo en el momento que logró reconocer aquel aroma que conocía a la perfección.

—Padre...

—Así que es por esto que te escabulles por las Mañanas, Park SeongHwa.

Funa masiva a Linny por tardarse siglos en actualizar