Capítulo 2

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Aghh, cómo odio levantarme temprano... espera, aún no les he dado contexto. Hoy es mi primer día en la UA, y realmente estoy emocionada, además así veré menos a mis padres. Dejando atrás el sobrepensar de este día, me levanté y organicé mi cama para poder arreglarme. Sé que mi pelo no es rizado naturalmente, pero honestamente me encanta así, así que me quité mis rizadores de pelo para terminar de alistarme.

-¡TN KOBAYASHI, VEN AQUÍ AHORA! - Gritó mi padre desde la cocina... Mierda, debo correr si no quiero quedarme todo el fin de semana en el cuarto de entrenamiento sin ver la luz del día hasta volver a clases.

Al llegar a la cocina, vi a mis padres esperándome frente a lo que sería mi desayuno.

-Mi querida hija, la luz de esta familia, hoy comienzas tu viaje para convertirte en la mejor heroína que el mundo va a ver- dijo mi madre con una sonrisa forzada mientras agarraba mi hombro.

-Y es por eso que no puedes cometer ni un solo error. Tenemos muchas expectativas sobre ti, así que más te vale no arruinarlas- dijo mi padre en un tono serio mientras apretaba mi otro hombro.

-Ustedes tranquilos, padres. Voy a sobresalir, no lo duden. Y si me disculpan, hoy no voy a desayunar porque debo dirigirme a las instalaciones de la UA para no llegar tarde. Como dices siempre tú, padre, estar 5 minutos antes de que algo empiece es una muestra de respeto- dije levantándome para agarrar mi mochila y salir de la habitación.

El viaje estuvo aburrido. No tuve de qué hablar con Alfred y tampoco vivo muy lejos de la UA. 

Al llegar, me despedí de Alfred y me puse en camino para buscar mi clase. Vaya, los pasillos son grandes... Pero al final encontré la clase 1A, abrí la puerta frente a mí y me senté en un asiento delante de un chico peliazul que ya estaba ahí. Obviamente, al entrar, saludé y él me devolvió el saludo, pero no me sentía con ganas de socializar, así que opté por quedarme en mi asiento mientras el resto de mi salón llegaba.

Al cabo de unos minutos, se acabó mi paz mental al escuchar a uno de mis compañeros, un rubio de pelos puntiagudos, pelear con cualquiera que se le acercara. Mientras eso pasaba, noté a una persona saliendo de un bulto amarillo, que creo que era un saco de dormir, entrando al salón. Parecía que sería mi maestro por los próximos meses.

-Soy su profesor, Shota Aizawa. Mucho gusto- dijo serio, y toda la clase se quedó en silencio. -Es algo repentino, pero pónganse esto y salgan- agregó mientras sacaba un uniforme de deportes.

Todos salimos del salón de clases para dirigirnos a los vestidores. Al entrar al vestidor de mujeres, pude notar cómo ya se empezaban a formar "amistades" o algo así, ya que algunas estaban comenzando a hablar. Yo fui directo a lo que debía hacer: cambiarme de ropa para salir al campo de entrenamiento, como nuestro profesor nos ordenó.

Al llegar, Aizawa-sensei nos dio una indicación... puesto que esto sería un examen de dones.

"¿Un examen de dones?" Gritó toda la clase 1A colectivamente por la sorpresa que dicha noticia había causado.

"¿Qué hay de la iniciación y la orientación?", preguntó la chica frente a mí.

-Si van a ser héroes, no hay tiempo para ese tipo de eventos- respondió Aizawa-sensei. -Las tradiciones de la UA no tienen restricciones. Así es como los profesores imparten sus clases. Han hecho exámenes así desde la primaria, ¿no? Pruebas físicas en las que no usan sus dones. El gobierno todavía se basa en puntajes que no toman en cuenta sus dones. No tiene mucho sentido. El ministerio de educación solo pierde el tiempo. Bakugo, fuiste el mejor en el examen práctico, ¿no? En la escuela, ¿Cuál fue tu récord de lanzamiento de pelota?-

-77 metros- respondió Bakugo.

-Inténtalo ahora con tu don- dijo Aizawa-sensei entregándole una pelota parecida a las de tenis. -Hazlo como quieras, pero en el círculo. Rápido y esfuérzate.-

-De acuerdo- respondió Bakugo. No le tenía mucha fe, pero tampoco podía criticarlo aún sin saber su don, así que observé con atención sus acciones. -¡Muere!- gritó al lanzar la pelota... ¿"Muere"? ¿Qué clase de forma de hablar es esa?

-Tienen que conocer sus límites primero. Es la forma más sensata de formar a un héroe principiante- explicó Aizawa-sensei, mostrando el puntaje de Bakugo en esa prueba: 705.2 metros. Nada mal.

-¿Lanzó 705 metros? ¿En serio?- preguntó otro rubio con una mancha negra en el pelo.

-¿Qué fue eso? Parece divertido- añadió una chica pelirosa con cuernos.

-Podemos usar los dones cuando queramos, como lo esperaba- habló un pelinegro.

-¿Les parece "divertido"? Tienen tres años para convertirse en héroes. ¿Van a tener esa actitud todo el tiempo? Muy bien. El que quede último en las ocho pruebas físicas será considerado sin potencial y será expulsado.-

Al escuchar eso, me esforcé el doble de lo que tenía planeado para llegar al primer lugar. Aunque estar en el top 3 tampoco se me hacía una mala idea. Con el pasar del tiempo, avanzamos y pude ver que los entrenamientos de mis fastidiosos padres habían dado frutos. Terminé en segundo lugar de toda la clase. Definitivamente, tengo que mejorar mis habilidades para correr. Si no me hubiera impulsado modificando la tierra debajo de mí, probablemente hubiera bajado al tercer o cuarto puesto.

-Por cierto, eso de expulsarlos era mentira- dijo Aizawa-sensei antes de retirarse. Justo como esperaba de la UA, definitivamente aquí no se andan con juegos.

Querido aizawaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora