𝐑𝐈𝐕𝐀𝐋𝐒 | D.M. vs G.W.

Capítulo 25

Un cosquilleo volvió a molestar sobre mi frente provocándome abrir los ojos con cansancio. George se encontraba frente a mí posando su cabeza encima de su antebrazo, mirando tiernamente los detalles de mi rostro mientras él era el culpable del cosquilleo.

Volví a cerrar los ojos dispuesta a disfrutar de sus caricias y volver a dormir otro pequeño rato.

—me tengo que ir.— susurró lo más bajo posible.— ¿Me puedes acompañar? No sé por dónde es el camino.

Asentí lentamente con la cabeza. No quería ni siquiera hablar de lo cansada y destruida que me sentía. Recordaba cada detalle de lo que había pasado anoche y por alguna razón no me arrepentía en lo más mínimo.

Salimos de la habitación dejando a Draco profundamente dormido debajo de su cobertor.
Caminé tranquilamente y con fatiga a su lado por el largo pasillo, probablemente eran alrededor de las siete de la mañana.

—¿Vas a tus prácticas de quidditch?— por fin pude ser capaz de hablar.

—Sí. Al igual que a Malfoy, a mí también me prohibieron jugar un partido en forma de castigo. Pero ya estoy de vuelta.

—De verdad me alegro. Iré a verte jugar para entonces, pero no prometo apoyar a Gryffindor.

—me encantaría que estuvieses ahí. Siempre he tenido el sueño frustrado de alguien que me animé sólo a mí desde las gradas.— rió apenado rascándose el cuello.

—George, lo hubieras dicho antes. Seré la primera en llegar con carteles que digan tu nombre.— exageré avergonzándolo.

—Creo que lucirías más linda con el suéter de Gryffindor.— dijo George posando sus ojos en el suéter que Draco me había prestado. Sin darme cuenta habíamos llegado ya a la entrada.

—George sabes que te quiero pero... soy fiel a Slytherin.

—estoy seguro de que algún día te veré usar la mía.

—no lo creo.— reí. Era obvio que me gustaría usarla por el simple hecho de ser de su pertenencia sin importarme que fuera de nuestra casa "enemiga".

—eso lo veremos, cuando te des cuenta de que juego mejor que todo su equipo junto.— elevó sus cejas orgulloso consiguiendo un ligero golpe de mi parte.

Se despidió de mí dejando un beso encima de mi frente para después alejarse por los helados pasillos de las mazmorras.

Regresé a la habitación de Draco. Todo seguía levemente oscuro, solo alumbraba la débil luz que emitía el fuego de la chimenea. Me metí debajo del cobertor sintiendo el calor de Draco. Probablemente afuera ya estábamos a tres grados.

Draco me daba la espalda así que aproveché pasando mi brazo por su cintura, sintiendo la delgada tela de su camisa. Mis manos, pies y cara se habían congelado en el camino por lo que me fue imposible no disfrutar completamente de su calor.

¿Qué pensaría Draco cuando se despertara y recordara todo lo que hizo anoche? Se había comportado con George como si se tratara de otro de sus amigos. Tal vez no como lo hacía con Crabbe o Goyle, pero era un avance el verlos reír juntos, al menos estando ebrios.

Draco se dio la vuelta, parecía seguir dormido, su cabello estaba hecho un desorden. Me abrazo recostando su cabeza en mi pecho.

Inevitablemente acaricié su cabello pensando un poco antes de volver a recuperar el sueño. Él solo necesitaba a alguien con quien pudiera demostrar sus sentimientos, necesitaba a alguien que le dijera lo importante que era o lo mucho que lo querían. Claro que tenia a su madre, pero ella no podía estar aquí en Hogwarts.