7

5 0 0
                                    

Me dirijo hacia la puerta.

– Hola Oliva –

Me encuentro con Thomas en mi puerta, en vaqueros y con camisa blanca perfectamente planchada y en sus manos... En sus manos un precioso ramo de diferentes flores muy coloridas

– Vaya Thomas... Hola; no me esperaba esto–

– Vengo para darte la bienvenida a tu nuevo hogar –

– ¿Y estas flores? –

– Para darle un toque de color a tu precioso salón, ¿no te parece? –

– Si, por supuesto. Muchísimas gracias – le digo llena de alegría – Pasa porfavor

– De acuerdo –

Voy hacia el sofá y Thomas me sigue. Me siento y se pone justo a mi lado

– Bueno y... ¿Qué tendré que hacer en el trabajo? –

– Lo mismo que hacías en Cádiz Olivia, investigar los casos, solo que... Aquí conmigo –

Me pone nerviosa

– Ah... Está bien –

Sinceramente lo último que quiero en este momento es hablar del trabajo con Thomas. Me está mirando los labios y comienzo a notar un calor por mis mejillas y como se acelera mi corazón.

Quiero besarle, me muero de ganas.

No me lo pienso dos veces y me lanzo hacia sus labios uniéndolos junto a los mios.

Él me sujeta un poco con una mano en la cabeza y con la otra en mi muslo.

Me encantan sus besos, siento que subo en una nube de la que nadie puede bajarme. Y cada vez, sube más la intensidad del beso.

Se separa de mi.

– ¿Estás segura Olivia? – sé porqué me lo dice, la última vez le dije que sería la última; pero es que...es imposible contenerse...

– Si – le digo segura de mi misma

Directamente me coge con las dos manos de mi cintura levantándome y poniendo mi cuerpo encima del él.

Está sentado en el sofá, por tanto me encuentro sentada encima suya con las piernas cruzadas por su espalda y los brazos por el cuello. Estamos tan pegados que la tempestad comienza a subir entre los dos.
Noto como su mano va descendiendo hasta mi culo y lo agarra con fuerza.

Llega un momento que ninguno de los dos quiere seguir hay sentado, asi que, Thomas con fuerza se levanta conmigo todavía con las piernas y brazos cruzados por el, le  agarro más fuerte y nos dirigimos hacia el dormitorio.

– Me parece que lo vamos a estrenar  juntos – le digo con una sonrisa picante mientras entramos por la puerta

– Pues a mi me parece una maravillosa idea –

Me deja sobre la cama y rápidamente me quito la camisa. Observo como se muerde el labio al verme y se quita el la suya.

Se acerca a mi, desabrocha con cuidado el botón de mi pantalón y lo va bajando lentamente y acariciando mi pierna de arriba abajo.
Cuando termina, se quita el suyo rápidamente y se pone sobre mi.

Puedo notar perfectamente cada parte de su cuerpo sobre el mio. Le paso mis manos por sus brazos llenos de músculo y él acerca su mano a mi muslo.

Cada vez hay más tensión pero estamos disfrutando tanto del momento que no queremos avanzar.

Lo beso de nuevo y eso es la gota que colma el vaso. Thomas se levanta y coge de su cartera un preservativo.

Se lo pone muy rápidamente mientras me quito la ropa interior que me quedaba.

De nuevo está encima mía y comienza a moverse dentro de mi. No puedo aguantar de placer y me agarro con fuerza a las sabanas mientras se me escapan varios gemidos al igual que el.

Después de un rato de pasión terminamos los dos abrazados y dormidos.


Y asi fue el comienzo de mi historia con Thomas. Tres años después seguimos quedando, sin Que Nadie Se Entere; aunque por el trabajo, no es nada serio, cada uno lleva su vida aun que nos queremos muchísimo. Y esto es solo el comienzo...


Que Nadie Se EntereDonde viven las historias. Descúbrelo ahora