Siempre que viajaban a otro país para ir en busca del fastidioso de Daehyun, normalmente no permanecían fuera de Corea mucho más de lo necesario, pero luego de todo el estrés de escabullirse a una universidad, los juegos mentales del hacker y las discusiones, la pareja decidió que no les haría daño quedarse un día más en el territorio Tailandés.
Si lo pensaban detenidamente, no tenían una razón verdadera además de necesitar un descanso antes de tener que regresar a casa y volver a aquella carrera contra el tiempo que los estaba consumiendo en muchos aspectos.
También estaba el asunto de que, a pesar de haber tenido esa conversación la noche anterior, la verdad era que las cosas entre ellos no estaban del todo arregladas y la incertidumbre de lo que pasaría con Joon o en qué haría con sus habilidades seguía respirándoles en la nuca. Lo bueno era que al menos estaban de buen humor y ya no estaban molestos con el otro.
Joon se sorprendió bastante cuando luego del almuerzo Seokjin lo instó a revisar el código que ya aguardaba en su computador y empezar a trabajar en él si le apetecía; era cierto que todavía sentía un poco de pena por la situación en la que estaban y los malentendidos, pero aun así no se negó a la idea y se sentó con la laptop a hacerlo.
La única diferencia estaba en que, en esta ocasión, no se sumergió tanto en la tarea como en las veces anteriores. Era agradable poder trabajar pero a la vez voltearse hacia Jin para hablar con él o fijarse en lo que veía en el televisor de la habitación de hotel. Encontró que prefería eso a solo comerse la cabeza y pegar el rostro a la pantalla por horas sin parar.
No se llevó el día a ello. Se tomó bastantes descansos y todos ellos los pasó con Seokjin, comiendo en el restaurante del hotel o solo acurrucado entre sus brazos sin prestar atención a la película que se suponía que verían. Luego de lo ocurrido solo podía pensar en lo mucho que lo quería y cómo no quería perderlo, cosa que se traducía en cómo se enganchaba a él cada que lo tenía cerca.
Con la mente puesta en que tendrían que ir al aeropuerto temprano al día siguiente, se fueron a dormir bastante temprano y una vez más la computadora con su amenazante código quedó olvidada sobre la mesita de la habitación.
Seokjin fue el primero en levantarse, pero no tardó demasiado en sacudir a Namjoon para obligarlo a ponerse de pie para que se aseara y recogiera sus cosas, tareas que no le tomaron demasiado tiempo y le permitieron un momento más intentando frente a la pantalla. Jin se tomó su tiempo en la ducha y como les quedaba al menos una hora para salir y no había nada que hacer, lo más lógico pareció ser seguir decodificando.
—Cielo, salimos en diez minutos —advirtió Seokjin terminando de cerrar la maleta y pasándose una toalla por el pelo húmedo.
Enter y la pantalla se limpió, dejando solo una pequeña ventana abierta.
—Oh. Lo logré.
El mayor avanzó hasta él y se paró a su lado, para nada sorprendido de la rapidez con la que su novio había resuelto aquel enigma en esa ocasión, o al menos ni remotamente tanto como Namjoon, que había estado toqueteando comandos casi ausentemente y de alguna manera lo había conseguido.
—La vida es un ciclo, de eso no tengo dudas. Donde se empieza alguna vez se termina. Si tuvieras que regresar al inicio de los tiempos, ¿dónde terminarías? —leyó la pareja al unísono, pausando con cada punto y coma, analizando cada palabra a la vez que la pronunciaban.
Al acabar y formular la pregunta, se giraron a verse casi de golpe, llegando a la misma conclusión al mismo tiempo.
Joon abrió la boca para formular su hipótesis, pero antes de que pudiera siquiera tomar aire para decir una sílaba, Seokjin se apresuró a cubrir sus labios con la mano y, apretando el ceño, le hizo un gesto negativo con la cabeza para que no intentara hablar. Namjoon sabía mejor que nadie cuándo seguir el ritmo de Jin, y por ello asintió en silencio con la cabeza.
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Code Breaker | JinNam {Binary Code #3}
RomanceAl final de cada problema, siempre quedan cabos sueltos; algunos más evidentes que otros y esos, los más pequeños y aparentemente inofensivos, de alguna forma son los que más nos carcomen y persiguen. Luego de la caída de Lee Jeonghan en colaboració...