Capítulo 4

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Finalmente actualizo está novela, no estaba muy convencida de algunas partes de este capítulo, así que las modifiqué y este fué el resultado. Espero que lo disfruten.
-MJ.

Freddie llegó a su casa algo cansado, había salido a beber con Lisa y su jefe. En un día normal pondría una escusa para ir, pero necesitaba despejar su mente. Aunque no sirvió de mucho, había tomado un vaso de cerveza y solo sentía la cara caliente y una amargura en la garganta. En realidad jamás le gustó el alcohol, pero era más fácil seguirle la corriente a los demás a qué tener que dar explicaciones por algo tan bobo, que aunque diga que simplemente no le gustaba no le creerían.

-Hijo, llegas más tarde hoy -su madre sale de su habitación y se acerca a él- ¿Estuviste bebiendo otra vez? ¿Por qué lo sigues haciendo si no te gusta? Mira tu cara toda roja.

Ella intentó acercarse, pero el volteó con una expresión fría. Al contrario de su mirada dura, su voz se escuchó suave cuando dijo lo siguiente.

-Mamá, tu sabes que siempre intenté ser un buen hijo ¿verdad?

-Hijo, no solo lo intentas, siempre lo fuiste, y estoy muy orgullosa de ti.

-Entonces... -volvió su ojos a dónde su progenitora, ella se veía preocupada, como siempre lo estaba, pensó si de verdad valía la pena atormentarla una vez más con su pasado al preguntarle por su padre. No se atrevía, sabía que ella siempre evitó ese tema, y estaba seguro que su respuesta sería la misma de hace unos años. De verdad quería saber quién era Kaleb, si era su padre, y el por qué nunca lo conoció. Quería saber si el lo había abandonado, o si había muerto, de verdad quería una respuesta, se conformaría con la que sea que pueda darle su mamá.

-Cielo, si te preocupa la mudanza, yo estoy bien con eso, no pienses que solo acepté mudarnos por ti, lo hago porque nos hará bien a los dos, no quiero que sientas que todo lo que hago es porque te lo debo, yo también quiero salir de aquí y comenzar de cero, está casa es solo eso, una casa, nuestro hogar siempre estará donde estemos los dos juntos, así que no pienses demasiado en los cambios, porque no será tan diferente mientras seguimos viviendo juntos, cuando llegues de la universidad yo te esperaré con la comida hecha, en nuestro tiempo libre veremos películas hasta tarde, y seguramente también tendremos vecinos chismosos que hablarán mal y se quejaran de nosotros, no será tan diferente.

El menor con su rostro más relajado, sonrió a medias haciendo que la mujer imite la acción, se acercó para darle un abrazo, seguido de un beso en la mejilla y se despidiera para irse a la cama. Freddie se puso a pensar en que su familia siempre fué solamente su madre y que nunca le faltó amor de su parte, le hacía sentir culpable, porque en ocasiones, y más ahora que había despertado su curiosidad acerca de su quien era su padre, no se sentía satisfecho solo con eso. Se sentía culpable por seguir siendo aquel niño de primaria que envidiaba la vida y las familias de sus amigos.

-Lo siento mamá... -susurró ya estando solo en la cocina.

Probablemente era el alcohol que circulaba en su sangre el que le hacía despertar todos esos sentimientos egoístas lo que siempre quiso ocultar en lo más profundo de su alma. Ese lado de él que contradecía al Freddie que estaba agradecido con su ella y jamás le había reprochado nada.

(...)

La mañana siguiente Jay intentaba no hacer tan obvio su disgusto al estar frente a su abuelo que movía la boca sin parar, escupiendo palabra tras palabra de lo mismo. Que se resumía en "Aún no estás lista para asumir tus responsabilidades" y un poco de "Si sigues así terminaré heredando todo a tu primo"

-Ya entendí abuelo, ¿ahora me dejas hablar a mí? -se cruzó de brazos y alzó una ceja, el mayor solo cerró los ojos y movió su manos en una señal para que siguiera- Está bien, acepto que está era una oportunidad única, pero tienes que entender que si el supuesto C.E.O. no da la cara para una reunión, y ni siquiera se digna a hacer una llamada para posponerla, ellos son los que no están interesados, yo asistí con toda la voluntad de hacer las cosas bien, ¿Que tenía que hacer? ¿Perseguirlos y suplicar? No, esa no debería ser la impresión de una empresa importante como la nuestra. Creo que si no tenemos socios que nos valoren como empresa mejor quedarnos como estamos, tratos con personas como esas, que se dan de rogar... -niega varias veces con la cabeza- Es obvio que son de la gente que después te usa y te traiciona, no vale la pena hacer negocios con gente que no se compromete al cien por ciento y no muestra ni el más mínimo de respeto.

El Balance PerfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora