☕ Capítulo 11

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Tweek abrió sus ojos, de inmediato un destello de luz apareció frente a él haciendo su vista algo borroza, pudo sentir un calor exagerado en su cuerpo pero por alguna razón este no le afectaba.

—D-Donde est- — Se iba a preguntar Tweek per fue interrumpido por una conocida voz, este de inmediato se asustó, su cuerpo empezó a temblar como era de costumbre pero com osi fuera un reflejo se giro para ver a la persona que le estaba hablando o bueno, lo que parecía ser.

—Bienvenido Tweek, no nos vemos hace mucho tiempo, estás en el infierno niño travieso— Pip hablaba con una gran sonrisa, se acercó al rubio y tomó su mano.

Tweek quedó en shook al ver al pequeño rubio, de inmediato miró a todos lados confundido y al mismo tiempo sorprendido, no podía creer que estaba en este lugar.

—¡Pip! No debes ser amable con los pecadores, están aquí por un castigo ¡los pecadores deben pa-... Ya ¿a quien le importa? No sirvo como reemplazo de mi padre— el pelo negro soltó un suspiro y vio al chico de cabello alborotado— ¿quieres que te diga porque estas aquí?

Tweek negó con la cabeza pues ya creía tener una idea de cual fue su pecado pero nunca pensó que fuera tan grave como para terminar en un lugar así.

—Te lo diré igual, ven aquí chico— Damien agarro su brazo, Pip los seguía desde atrás sin decir nada.

—Creí que solo las personas con muchos pecados venían al infierno ¿p-porque estoy aquí? Fui un chico bueno a excepción de esa vez—

Damien comenzó a reír, tomó la mano de Pip poniéndolo al lado del chico rubio más alto.

—él también fue bueno toda su vida pero esta aquí ¿sabes porque? Suicidio y no es algo grave y aun así esta aqui—

—No fue suicidio Tweek, no le creas, es un mentiroso— Pip rodó los ojos, amaba a Damien pero a veces decía las cosas incorrectas —fue una sobredosis, resulta que el estupendo grupito Stan me volvió un adicto ¡pero! Es hora de ver tus pecados, veamos que tenemos—

Tweek bajo la mirada hacia un libro sobre una mesa, de inmediato sintió un escalofrio y mucho miedo, el titulo de aquel libro tenía su nombre.

—Te presento tu libro de vida, aquí salen todos tus pecados en lista y detallados, después puedes quedarte con él, tenemos más copias— Damien aclaró su garganta, abrio el libro en la primera hoja y comenzó a leer.

"Tweek Tweak es condenado por los siguientes pecados

—infidelidad.
—mentiras.
—adicción a las drogas.
—auto lesiones.
—mal vocabulario.

Tweek Tweak es condenado a ser colgado sobre llamas ardientes y ser comido poco a poco por cuervos, su piel se regenera así que será una tortura eterna"

Damien terminó de leer, la expresión de Tweek era de terror y confusión, no podía creer que pudieran condenarlo por esas cosas o más bien, no sabía que había hecho ni la mitad de esas cosas.

—¡E-Eso debe de estar mal! ¿Desde cuando las auto lesiones, drogas y mal vocabulario es un pecado? O más bien ¡nunca me eh lastimado o drogado!— grito alterado mientras jalaba su cabello.

Damien molesto por el ruido del rubio agarra sus brazos para que no jale su cabello y con fuerza quito su camisa, en la piel de Tweek habían cicatrices y moretones.

—Esto te lo haz hecho por tu ansiedad aunque no quieras o no lo hayas hecho nunca a propósito cuenta, son auto lesiones, estas condenado y sobre las drogas es sencillo, todos los días sin falta te drogabas—

Damien hizo aparecer una esfera frente a Tweek, se podían ver sus padres preparando el café de Tweek cada mañana, el rubio pudo notar que en este le tiraban de dos a tres pastillas

—metanfetaminas Tweek ¿Crees que tus temblores, tics y nervios eran sólo causados por la ansiedad? Te drogabas cada día de tu vida sin darte cuenta, es pecado—

Tweek cayó de rodillas, no podía creer que sus propios padres le estaban haciendo tanto daño y él nunca lo había notado.

Temblando miró sus manos intentando procesar todo lo que le había hecho Damien, sus pecados, gracias a que no hizo lo correcto ahora iba a sufrir hasta después de la muerte.

—Y no solo eso Tweek, a los pecadores se les paga también con su apariencia ¿te crees muy lindo? Pues ahora creerás los contrario— Damien chasqueo sus dedos.

De inmediato las piernas de Tweek fueron reemplazadas con piernas de animal, parecían ser piernas de cabra pero con pelo rojo, le salió una cola y largos cuernos y grandes alas del color, pudo sentir que algo filoso empujaba su lengua, eran sus dientes y por último en sus muñecas y cuello aparecieron un cuellar y esposas de cuero.

El rubio ya no sabía cómo reaccionar, se veía horrendo, debía pagar sus pecados con un castigo terrible y como si fuera poco, sus padres lo lastimaban y nunc a volvería a estar con sus amigos, había perdido todo.

—¿te arrepientes? Le advertí a Kenny sobre esto, tenía dos opciones para salvar tu vida— sonrió de lado al ver que se ganó la atención de Tweek — el pobre Kenneth McCormick ¿te acuerdas cuando te beso? Lo hizo porque le gustabas pero también lo hizo para separarte de Craig, si no morias cayendo de un segundo piso entonces cometería suicidio al ganarte su odio, siendo honesto, le dije que así te salvaría pero quería que murieras de esa forma, son mis muertes favoritas —Pip le dio un codazo— bien, bien estoy mintiendo, cuando intentará suicidar te Kenny debería de llegar y salvar tu vida pero las cosas dieron un giro inesperado, Kenny sabía que te molestaban e intento usar esa opción para que no mueras pero se demoro demasiado.

—e-él sabía que yo mentía...— dijo Tweek entre temblores, había sido tan grosero con Kenny y él solo lo estaba ayudando.

—Kenny estaba a nada de salvarte pero, solo le faltaba que tu confesara que Red te hacía daño pero nunca lo hiciste por lo tanto los profesores no le creyeron y te dejaron solo hasta que esas burlas te llevaron a tu muerto, Kenny intento salvarte, incluso cargo tu cuerpo al hospital pero no llegó a tiempo como te diste cuenta—

Los ojos de Tweek se llenaron de lágrimas, estaba realmente arrepentido, nunca debió mentir, nunca debió tratar tan mal a Kenny y de lo que mas se arrepentía, nunca debió engañar a Craig pues este lo amaba tanto sin importar que, Craig era el chico perfecto pero debió solo decirle que ya no lo amaba como antes, no debió hacer todo eso a escondidas y hacerlo sufrir.

—¡N-No me castigues por favor! Estoy muy arrepentido de todo lo que hice—

—Tweek, mi padre hizo las reglas en este lugar, no lo voy a contradecir, debes pagar, aunque supliques no tendré piedad—

Ya nada quedaba para Tweek, tal vez solo debía aceptar y pagar pues sabía que se lo merecía aún así no atrevió a levantarse, su tembloroso cuerpo no se lo permitía.

—¡Tweek!—

Él rubio levantó la mirada de inmediato al escuchar aquella voz, sintió un dolor en el pecho.

—No me jodas... ¿Te mataste?— Dijo Damien con un tono de voz realmente molesto —¡Aún no era tu tiempo!—

infierno / Creek Donde viven las historias. Descúbrelo ahora