✧ ೃ࿔ L L U V I A ˚♡⃕ ଽ V I C N I X ｡ﾟ✧

두려움에 맞서 라

Era una tarde tranquila, con poca lluvia rozando el ambiente (como era de esperarse) Acenix estaba como siempre, desanimado, aún seguía preocupado por su collar perdido.

Pero lo que le tomo por sorpresa, fue la tranquila noche que pasó. Desde hace mucho que no podía dormir bien, por las constantes pesadillas que tenía, pero esa noche, no hubo pesadilla, no hubo susto. Eso fue demasiado tranquilo.

Víctor por su lado, estaba algo nervioso, recordaba lo que su madre le había dicho hace unos cuantos días. Tenía miedo de que lo encuentren. Con ella nunca se llevaron bien, pero la conocía lo suficiente para saber que era capaz de hacer cualquier cosa con tal de encontrarlo.

-Ya hablamos de esto, tienes que casarte, la empresa corre riesgo de quebrar. -decía ella, con la mirada pegada en la revista que leía-.

-¡Madre! ¿Cómo quieres que haga eso? ¡No estamos en el siglo pasado! ¡Ni siquiera conozco a la chica! -dijo molesto, dando la espalda-.

Cada vez que hablaban sobre ese tema, habían discusiones muy fuertes.

-Ella es una persona ocupada... ¡Pero su familia podría mantener nuestra empresa en la cúspide, seríamos no solo los más ricos del pais , sino del mundo! ¿No ves que es una gran oportunidad? -dejo a un lado lo que hacía, mirándolo fijamente- 

-¿¡Estas oyendo lo que dices!? ¡A mi no me importa el dinero! Esto es simplemente una locura... ¿Puedes dejar de pensar en ti por un momento? -finalizó para cerrar la puerta con fuerza e irse del lugar-.

La mujer hizo mueca de molestia al escuchar las puerta cerrarse.

-Maldición, conozco perfectamente a Víctor, y no se quedará de brazos cruzados -pensó-.

-Señora, ¿Todo esta bien con el joven Víctor? -llegó un hombre que hacía de su guardaespaldas, preguntándole-.

-Tu que crees Freddie -dijo retirándose del comedor y dirigiéndose a su hijo.-

El señor solo movió la cabeza en señal de decepción, sabía que su patrona hacía las cosas mal, pero no podía hablar. 

Mientras tanto la señora pelinegro, al verlo salir, supo de inmediato lo que iba a hacer, así que con cautela, le puso un rastreador a la pequeña maleta que llevaba.

-¿A donde vas? -le dijo-.

-Solo iré a caminar... -mintió con gran disimulo-.

-¿Y eso? -señalo el maletín que tenía-.

-Lo tiraré en el camino, no me sirve -dijo- Llevare este paraguas, siento que va a llover- miró al cielo-.

-Espero que tengas en cuenta lo que estoy diciendo Víctor, es nuestro futuro. -lo miró, dejando atrás el otro asunto-.