II

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-buenos días

Se escuchaba a lo lejos, pero a la vez tan cerca y cálido. Era una extraña sensación que pocas veces se siente y que son de esas que no se quiere despertar, pero a la vez, estar en completa conciencia para poder sentirla. Aun así, se sentía demasiado cómodo como para responder al llamado.

-buenos días Buck- a diferencia del primero, era una voz más infantil

Luchando con todas sus fuerzas empezó a abrir los ojos enfocando a Eddie sentado contra el respaldar y Chris sentado al lado de él, riendo.

-buenos días- respondió perezosamente- ¿por qué me levantan tan temprano? – termino con un gran bostezo, volviéndose a tapar con las sabanas

- eres muy flojo – rió el pequeño– ya paso la hora del desayuno

- pueden hacerlo sin mi – se giró, dándole la espalda- aún tengo sueño

- para desayunar, primero debemos hacer la cama – respondió el mayor

- Eddie~ no se tiene que trabajar, no podemos salir de paseo o lo que sea... relájate- se destapo para sentarse y mirar a los dos Díaz que tenía al frente, el menor tenía la mirada pegada en él y el otro, el ceño fruncido – ¿por qué esa cara?

- independiente que el mundo se caiga a pedazo, aun debemos mantener ciertos rituales para no perder la cordura- dijo mientras miraba a su hijo

- ok, ok... me rindo, pero cocinas tú – le exigió un tanto mandón

-como tú digas – respondió un tanto divertido mientras se levantaba y ayudaba al pequeño

Padre e hijo se adelantaron y empezaron a preparar las cosas. Como veían que Buck demoraba, fue el mayor quien fue a buscarlo al cuarto, encontrando a su amigo sentado en la cama, algo perdido

- ¿estás bien? – se le acerco, sentándose a su lado

-si... sí, estoy bien – le sonrió – estoy en modo lento – rio bajo

- a veces creo que siempre estás en modo lento – comenzó a reírse más fuerte

- que graciosos, Eddie – respondió lo más serio que pudo para luego sonreír y dirigirse al comedor

El desayuno paso sin mayor sobresalto, aunque era más un desayuno-almuerzo gracias a la pereza de Buck. Levantaron la mesa y una vez que estaba todo limpio y en orden, se dispusieron a revisar los víveres que día tras día disminuían.

-Buck, tendremos que revisar el perímetro, asegurarlo y... - se quedó en silencio

-lo sé, dejar a Chris...- intento sonar lo más seguro y tranquilo, aunque el temor siempre estaba presente- ... ya otras veces hemos salido y no pasa nada, cree más en él – puso su mano sobre la de su amigo, odiándose en el acto

-sí, esto es trabajo en equipo – le sonrió- me pone nervioso que ingrese alguien nuevamente

-...- se quedó pensando, mientras retiraba su mano-... ¿lo dices por mí? - lo miro inquisitivo

-si... o sea, lo digo por la impresión que me dio verte en la casa, lo recuerdo y me resulta hasta tragicómico

Meses atrás

Eddie venia de regreso después de revisar las casas cercanas en busca de sobrevivientes, zombies, comida y cosas útiles que le pudiesen servir. Para su suerte, había sido provechosa su salida, tenía una mochila llena de alimento y artículos útiles, donde no tuvo que pelear para obtenerlas y se encontró con pocos zombies en el recorrido. Incluso le había tomado menos tiempo de lo que presupuesto y eso lo dejaba tranquilo, porque estaría con su hijo.

Entro a la casa y apenas dejo la mochila en el suelo, escucho sonidos provenientes de la cocina, no tenía claro si podría ser Chris, pero le había dicho que mientras él no estuviera, debía permanecer escondido en el sótano. Se movió sigilosamente, sorprendiendo al muchacho.

-deja todo en la mesa, y pon las manos en la cabeza – amenazo al intruso

-ok, tranquilo – respondió mientras levantaba las manos

Eddie sin previo aviso, apretó el gatillo, pasándola bala a unos centímetros del cuerpo del intruso

- ¡¿qué mierda te pasa?! – le gritó- estoy haciendo lo que me pides

- te dije que dejaras todo- recalcando la última palabra- y aun así levantas un cuchillo

- ¡¿mierda?! no era mi intención, en serio, no es lo que piensas, dejare todo, pero no dispares – realizo todo movimiento lentamente, intentando ganarse la confianza del moreno- me llamo Evans Buckley, solo estaba de pasada cuando...

- ¡¿no lo lastimes?! – chilló el pequeño saliendo del cuarto

-no vengas - ordenó mientras giraba a verlo

Lo siguiente que sintió Eddie fue su cuerpo despegarse del piso para caer contra el piso. Intento incorporarse rápidamente, pero la pistola había caído lejos, y Buckley ya estaba agarrándolo del pecho cuando el moreno en un abrir y cerrar de ojos, tomo de las muñecas, puso su pierna derecha en la cadera, tirándolo hacia atrás pasando luego la otra pierna por el cuello, para tumbar el cuerpo de su atacante, finalizando con una palanca contra el brazo, causándole gritos de dolor

- ¡¿para por favor?!, no es mala persona, me estaba cuidando- decía entre sollozos el menor

- ¿cuidando? - mirado a su hijo y a su atacante, relajando la llave- ¿no vino para robarse las cosas?

-lo que dijo Chris es verdad – agrego a su defensa entre quejidos de dolor- iba a tomar lo que me sirviera, pero nos encontramos y nos hicimos compañía mientras me contaba de su papá y cómo vivían

Eddie, al ver nuevamente a su hijo, confirmaba la historia, aflojando por completo el agarre. Se repuso rápidamente y fue a revisar el brazo del pobre muchacho, moviéndolo de tal forma de confirmar que no tuviese una lesión mayor y cuando estuvo realmente seguro, pudo ver recién la cara del muchacho, quedando unos segundo absorto en los ojos azules de Buckley.

-joder Eddie, ese día casi me rompes el brazo – le grito mientras movía el brazo, confirmando que mantenía la movilidad completa

-nadie te manda a atacar a un ex militar – dijo un tanto orgulloso- y tú que no eres de seguir ordenes o de explicar las cosas

- ¡¿explicar?! ¡¿Me apuntabas con un arma?!... yo solo encontré a Chris y no pude dejarlo solo – dijo con cierta melancolía

- no pongas esa cara – le paso el brazo por el cuello para atraerlo hacia él y revolverle el pelo – Chris te ama – comenzó a reír – ese día, casi no duermo porque...

- papá no lastimes a Buck- le pidió el menor al ver la escena

- no le estoy haciendo daño – lo soltó- míralo- le dijo levantando las manos

- si campeón, solo estábamos... jugando, creo- lo último fue apenas audible

- ¿Buck?

- ¿si? ¿Qué pasa?

-por qué estas sonr...- no pudo terminar la frase por el abrazo repentino que le daba Buck

- estoy bien – comenzó a reír nervioso

-Buck- escucho su nombre en un tono más ronco- lo terminarás asfixiando -

-si... si – dijo entre risas- ayúdame campeón- le susurro al oído

El día había pasado muy rápido como para salir en plan de recolección, por lo que decidieron relajarse un rato, y disfrutar de los momentos de tranquilidad que le podía ofrecer la vida.

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Hola, gracias por leer y pido las disculpas por errores ortográficos o de redacción.

incondicionalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora