Vacío

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Los días transcurrían indiferentes a la indudable pesadez en el ambiente, ajenos a la tensión en el aire. Llegado a este punto Dream ya había descolgado los relojes y calendarios de las paredes como un desesperado intento de perder noción del tiempo.

Tratando de engañar a su propia mente.

"No puedes escapar del tiempo, nunca deja de correr" tras pronunciar aquello una risa cínica se filtró entre sus labios agrietados. Se reía de si mismo, rogando por la compañía y atención de su compañero, sufriendo por la distancia que los separaba incluso viviendo en la misma casa.

"Que patético-"

Cada minuto hacía la diferencia más grande desde la última vez que habló con el castaño y cada segundo hacía el lapso de tiempo más corto antes de que este tuviera que marcharse.

La ansiedad lo consumía.

George no salía de la habitación de invitados en todo el día, evitando al máximo todo contacto con el dueño de la casa, quién lo justificaba con remordimiento.

A partir de aquella noche en la playa el comportamiento del mayor cambió radicalmente, sus palabras eran cortantes como navajas, su rostro reflejaba frialdad y sus ojos proclamaban apatía repeliendo todo acercamiento por parte del rubio, mismo que aceptaba herido el repentino rechazo.

George necesitaba espacio y Dream lo comprendía, sin embargo, el tiempo se les terminaba y no lo dejaría volver a Inglaterra sin antes esclarecer la telaraña de sentimientos entretejidos con el paso de los años.

Se miraba en el espejo, repitiendo una y otra vez aquello que diría para recuperar a su mejor amigo, observando las ojeras bajo sus ojos, las cuales manchaban su blanca piel revelando las noches sin dormir. El vello en su barbilla comenzaba a resurgir y su cabello había perdido el brillo.

"Genial, me veo como la mierda...y me siento como tal" pensó mientras salía del baño y se plantaba frente a la puerta que lo separaba del británico.

Tocó dos veces. Sin respuesta.

Sentía la presencia que lo ignoraba de el otro lado.

Tocó dos veces más obteniendo movimiento en la habitación, nuevamente sin palabras de recibimiento.

"¿George~?" Su voz se rompió pronunciando aquel nombre. "Sé que estás ahí, necesitamos hablar" añadió aclarando su garganta, esta vez tratando de sonar calmado y seguro, siendo la realidad completamente diferente.

"Está todo bien, no hay nada de que hablar" el extranjero aseguró débilmente.

¿Acaso había estado llorando?

La simple idea dolía.

"George, por favor, abre la puerta, pronto volverás a Londres y...no te puedo dejar ir...no sin antes hablar de esto...de lo nuestro"

"¿Qué? Mi vuelo es mañana. Me iré temprano por si quieres despedirte o llevarme al aeropuerto. Ahora ve a dormir, Clay"

Y con aquello toda la valentía que había forzado se evaporó en el aire seco. Toda esperanza se desvaneció.

Se sentó en el duro suelo del pasillo, apoyando su espalda en la pared frente a la puerta que lo separaba de su amado.

Su vista se volvió borrosa. Lágrimas empezaron a caer deslizándose por sus mejillas, humedeciendo sus secos labios, callendo por su mentón y bajando por su cuello. Su rostro se empapaba de amargura.

Si tan solo George se quedase un poco más...si tan solo abriese la puerta...estaba seguro que rodearía su pequeño y delgado cuerpo presionándolo contra el suyo, hundiría sus labios en su suave y esponjoso cabello, acariciaría sus mejillas con el dorso de su mano...

Dream cerró sus ojos dejándose envolver por dulces fantasías, dejándose arrullar por sueños imposibles, y teniendo a su compañero de alma como último pensamiento el cansancio nubló su mente por completo haciéndolo dormir.

Del otro lado y sentado a la orilla de la cama frente a la misma puerta se encontraba George, resignado a pasar la peor noche de su vida, ahogándose en sus propios pensamientos y excavando en su propia miseria.

Su corazón tendía de un hilo.

Y el recuerdo de cada beso, cada mirada, cada suspiro, hacían ese hilo debilitarse más.

Oh, Dream...

¿Acaso será la memoria de tu tacto lo que me rompa por completo?

¿Será la dulzura de tus labios festín para mis miedos?

¿Podrá ser el fuego de tu alma y el calor de tu cuerpo suficiente para alejar la frialdad del mundo exterior?

E incluso sin la frialdad de ahí afuera...no es suficiente para derretir el hielo de mi corazón.

Y es por eso que debo irme.



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Lamento la tardanza.
Duré una semana escribiendo este capítulo y cuando estaba por terminarlo se me borró todo, lo tuve que repetir por completo.

De verdad espero y lo disfruten, si hay algún pequeño error prometo corregirlo.
Gracias por leer:)

Recuerden que son amados<3
-LP

Stuck in the heat - DreamNotFoundDonde viven las historias. Descúbrelo ahora