Refugio

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Pajarillos cantaban alegres desde el exterior, siendo visibles para el británico desde el ventanal del otro lado de la habitación. La taza de café entre sus manos irradiaba calor, una gota de sudor bajaba lento desde su cuello, deslizándose por su espalda y perdiéndose en el elástico de sus pantalones de pijama.

Horas antes el hambre lo despertó arrastrándolo por la ajena edificación, preparó café para dos y se tomó el atrevimiento de confiscar y devorar tanta fruta como encontró. Una vez su apetito fué saciado vagó entre los encrucijados pasillos hasta dar con el paradero de su compañero.

George se encontraba recargado en el marco de la puerta abierta, dando pequeños sorbos a su amarga bebida, pecando al alzar la mirada en dirección a la cama que se presentaba ante él a pocos metros de distancia. Un cuerpo semidesnudo reposaba tranquilamente, extendiendose en la plenitud del mar de sábanas. Su rostro sereno descansaba plácidamente en una mullida almohada, su torso desnudo exhibía su piel bronceada y su ropa interior insinuaba una erección.

Sintió un atisbo de culpa al mirar a Dream dormir, tan expuesto... inmediatamente trató de alejar sus pensamientos meneando su cabeza de lado a lado, dejando la taza sobre una mesita junto a la entrada y quitándose su sudadera, la temperatura en su cuerpo se elevaba a un punto insoportable. Las mangas se enredaban al rededor de su cuello, la capucha caía sobre sus ojos obstruyendo su visión, tras torpes intentos de retirar dicha prenda se encontró liberado de ella solo para darse cuenta que los ojos que hasta hace unos minutos descansaban cerrados ahora lo miraban expectante. Clay había despertado.

"B-Buenos días" titubeó desviando la mirada de inmediato, dejando un inevitable sonrojo hacer aparición en sus mejillas.

Dream contestó de inmediato con una seca voz grave, "¿Qué diablos crees que estás haciendo?, ¿Cuánto tiempo llevas mirándome dormir?, Eres un pequeño acosador"

"Vine a-a buscarte, preparé café..." susurró el castaño intimidado por el tono ronco de su mejor amigo aún evitando todo contacto visual.

"Uh, parece que alguien se acopló rápidamente a mi casa" dejó escapar el estadounidense entre gruñidos, levantándose bruscamente, caminando hacía George acorralandolo y cubriendo la puerta con su cuerpo.

"¿Dream?, ¿Q-Qué haces?" Musitó en respuesta tragando saliva, sintiendo sus rodillas debilitarse a causa de la sobredosis de tensión en el ambiente.

"En esta casa no nos levantamos de la cama hasta que yo lo decida" ordenó desafiante, "Mi casa mis reglas" continúo mirando con hostilidad al bajo y delgado ser que se encontraba atrapado entre sus extremidades. Después de múltiples segundos que aprovechó al máximo para escanear las espontáneas y asustadas facciones de su compañero no pudo sostener por más tiempo su escandalosa risa, dejándola salir haciendo eco.

Tomó a George entre sus brazos y lo cargó de regreso a la cama, lanzándose junto a él sobre el colchón y manteniéndolo preso entre las sábanas.

"¡Dream!" Chillaba este en respuesta, retorciéndose para escapar de su agarre y fallando en el intento.

No era capaz de dejar de reír, si así sería vivir con su mejor amigo entonces quería despertar junto a él cada día de su vida.

"¡Gogy!, ¡Si sigues forcejeando te haré cosquillas!" Amenazó para seguido deslizar sus dedos bajo la camisa del mayor y empezar a hacer fricción rápidamente en el área de sus costillas. Sintiendo el cuerpo bajo él contraerse y revolverse en respuesta.

Reían juntos, jugaban y se revolcaban como niños pequeños.

Tras años de soledad, vacío y silencio finalmente las paredes de esa enorme casa en los suburbios de Orlando Florida eran testigos de sonrisas, compañía y una felicidad nunca antes vista.

"¡Dream!, ¡Por lo menos ponte pantalones!" Vociferaba el castaño con voz aguda y brillo en sus ojos.

"¡No parecía molestarte mi falta de pantalones mientras me observabas dormir!" Recriminó acompañado del característico silbido que hacía aparición antes de su risa.

"¡Eres tan molesto!, ¡Ponte pantalones, iré por el café, tenemos que calmarnos, he reído tanto que me duele el estómago" Se apresuró a declarar el británico antes de correr fuera de la habitación, volviendo minutos después con una segunda taza entre sus manos.

Se instalaron nuevamente acostándose uno junto al otro en el amplio colchón, hablando de la vida, haciéndose compañía.

Toda noción del tiempo y espacio se evaporó, el mundo fuera de esa cama desapareció, solo ellos dos, existiendo.

Eran su refugio mutuo.

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Hola! Soy LP, la autora, y estoy de regreso.
Les traigo este nuevo capítulo como ofrenda.
Recibir su retroalimentación mantiene con vida esta historia así que les suplico votar:)
No olviden beber agua, alimentarse bien y recuerden que son amados.

Gracias por todo<3

Stuck in the heat - DreamNotFoundDonde viven las historias. Descúbrelo ahora