Odio los lunes.
Con una pasión.
Una pasión ardiente.
La mayor parte del día fue tremendamente aburrida. Como ya le había dicho a Frank, me gustaba aprender, pero no era muy fan de la idea de "siéntate y lee un libro de texto". Creo que esa es una de las muchas razones por las que echaba de menos la escuela- echaba de menos tener a gente con quien tener discusiones. Quiero decir, claro, Mikey, mi madre y yo hablábamos mucho, pero por otro lado no podía debatir sobre libros con más gente, o formar un grupo para hacer un trabajo y tener un millón de ideas diferentes y tomarlas y convertirlas en una coherente como solía hacer antes.
No, mis días eran un poco más sosos solo que en colaboración de un grupo de personas y debatir sobre alguna metáfora en algún poema de Shakespeare.
Clases, un descanso para tomar café, y después más clases.
Esa era mi vida en este momento. Cada día lectivo empezaba la escuela a las nueve, tomaba un descanso a las doce y trabajaba hasta las cuatro. Después de eso, leía o pintaba o escribía alguna canción y después me iba a la cama a las nueve. Los fines de semana consistían en actividades extraescolares, pasatiempos creativos que hacía solo porque no tenía nada más que hacer aparte de mirar a la pared mientras pensaba.
Pero, supongo que eso no era del todo correcto. Frank había formado parte de mi horario los últimos días- había sustituído los pasatiempos con algo que me hacía feliz.
"Gerard." Suspiró Mikey, dejándose caer en la silla que estaba a mi lado, "Explícame lo de matemáticas otra vez. Mamá me lo explicó bueno, pero no creo que lo haya hecho bien."
Suspiré y y estiré la mano, cogiendo el papel. "Ella lo explicó 'bien', Mikey. No 'bueno'." Eché un vistazo a lo que había hecho un momento, , asintiendo levemente. "Lo has hecho bien. Solo tienes que encontrar la raíz cuadrada de la respuesta y ya está."
Él asintió rápidamente, subiéndose las gafas. "¿En serio?"
Asentí, sonriéndole y despeinando su pelo castaño-rubio con una mano. "Sip."
Él era más inteligente de lo que creía-
"¿Estás seguro?"
"Segurísimo."
-pero a pesar de que quería mucho a mi hermano, él dudaba mucho de sí mismo.
"Ah, entonces vale..."
Y ambos seguimos haciendo nuestra tarea.
Mikey y yo habíamos crecido dependiendo el uno del otro- él no era lo suficientemente seguro de sí mismo para hacer algo si yo no estaba aquí y yo no tendría a nadie con quien hablar cuando no me sentía bien. Tal vez no suene como un trato justo, seguridad por palabras, pero lo era. Yo le daba la habilidad de creer en sí mismo y él me daba una razón para no pensar mucho, lo que a veces era una salvación.
Si uno piensa demasiado, acaba por descubrir cosas sobre sí mismo que no le gustan, y eso era algo malo para mí. Mikey me ayudaba a mantenerme alejado de eso, era una distracción de todas las cosas malas que se ocultaban en mi cabeza.
Creo que Mikey --------. Solo tiene trece años, cuatro años enteros menor que yo, y siempre ha estado convencido de que tengo la respuesta para todo.
Y la mayoría de las veces, cuando tenía que ver con problemas académicos, la tenía. Pero cuando eran problemas de la vida real... Digamos que soy más o menos el clásico ejemplo de qué no hacer en una situación social.
Todavía recordaba cuando Mikey se enamoró por primera vez. Tenía siete años y yo, once, y estaba enamorado hasta el fondo de una chica llamada Julie Foster. Era una chica guapa, y siempre había sido muy simpática conmigo, pero era la persona más maleducada cuando había gente que no le caía bien, o cuando la gente le molestaba y su padre era boxeador profesional.
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Folie à Deux (Frerard) [Español]
FanfictionTodos los derechos de autor para @adrenalineparty.