El contenedor

Otoño II

DISCLAIMER: NI NARUTO NI SNK NO ME PERTENECEN.

Guía de lectura:

"Hablar normal"

"Dialogo Japonés"

"Jutsu"

——— Cambios de escena

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Seis meses después

8 de octubre de 842

"Mikasa, ¿puedes traer los platos por favor?"

Sakura alcanzó a ver su tropiezo antes que la niña comenzara a caer, por lo que rápidamente con una mano tomó los platos y con la otra logró mantener el equilibro de la mencionada.

Mikasa la miró con sus ojos llenos de asombro por la habilidad y rapidez con la que había visto reaccionar a la pelirrosa, pero Sakura simplemente le guiñó un ojo y colocó un dedo índice enfrente de su boca juguetonamente. La niña asintió rápidamente mientras imitaba su gesto, acción que sin duda le había sacado una risa leve.

"¿Qué están haciendo ustedes dos?" Mikoto preguntó con una voz ligera y divertida.

"Nada" Respondieron al unísono y rieron juntas.

"Ayuda Ackerman-san?" Preguntó Sakura, mientras miraba la ropa pesada en los brazos de Mikoto.

Aunque su discurso todavía tenía un fuerte acento, ahora podía formar rápidamente las oraciones en su cabeza, específicamente las que contenían verbos simples, algo con lo que Mikoto estaba gratamente impresionada, sobre todo considerando su entrenamiento limitado. Debido a lo anterior, Sakura dedujo que debía haber sido alguien inteligente ant4es de perder la memoria, cosa que hizo que su pecho se hinchara con orgullo.

"Oh no, no te preocupes Sakura. Escuché que Erick necesitaba ayuda en los campos, podrías ayudarlo con eso por favor"

Sakura asintió sin decir palabra, dirigiéndose rápidamente a los campos en donde pudo visualizar al señor Ackerman trabajando con sus preciadas patatas.

Aunque Sakura había decidido mantener en secreto sus poderes como kunoichi para así poder encajar, tanto los Ackerman como Helsa sabían de su extraña fuerza y no dudaron en pedir de su ayuda. Aquello no le importó mucho, estaba consciente que los tiempos actuales estaban un poco complicados por lo que cualquier ayuda que pudiera dar era bien recibida. De hecho, Sakura se alegraba de saber que podía serles de alguna utilidad.

La primera vez que había la pelirrosa había conocido a Erick Ackerman pudo notar que era un hombre muy tranquilo y reservado, no pasó mucho tiempo para que se sintiera a gusto con la pupila de su esposa por lo que pronto mostró su personalidad amable y feliz que parecía solo compartir con su hija y con Mikoto. Durante su tiempo juntos le había enseñado a arar el campo y a comprobar el estado de los cultivos, lo cual era una gran hazaña teniendo en cuenta la falta de comunicación disponible.

Volviendo a la actualidad, al parecer ambos habían perdido la noción del tiempo y es que estaban tan absortos con su trabajo que solo se dieron cuenta que el sol se había comenzado a poner cuando Mikoto los llamó.

Sakura se secó la frente y entró pensando cual podría ser la excusa que tendría que darle a Helsa por su tardanza, y es que, aunque solo había compartido con ella medio año Helsa consideraba a Sakura como una nieta y la protegía como tal. Tanta era la confianza que la señora le tenía que le había confiado que la pérdida de su esposo e hijo había sido a manos de los titanes, a quienes describió como alta criaturas humanoides que habitaban este mundo y se alimentaban de los humanos. Al parecer su muerte había sido un accidente, y es que lo que ambos habían pertenecido a la división militar menos involucrada en el combate (La guarnición), pero había sucedido y ahí estaba ella, viuda y sin hijo.