El contenedor

Sobrevivir

DISCLAIMER: NI NARUTO NI SNK NO ME PERTENECEN.

Guía de lectura.

"Hablar normal"

"Dialogo Japonés"

"Jutsu"

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Los amaneceres en Shiganshina siempre eran brillantes y cálidos, tal vez era por el aire fresco y refrescante que se respiraba en la ciudad, ya fuese porque la gente mantenía limpio su distrito o porque estaban tan cerca del Muro María que la frescura del exterior se filtraba y le permitía saborear la naturaleza sin tener que salir gracias a la seguridad que le proporcionaban las paredes.

Fue por las mañanas que Sakura encontró tiempo para entrenar a Eren, Mikasa y, recientemente, a su amigo rubio, Armin.

Había escuchado unas semanas después del incidente sobre como la pelinegra se había congelado antes de saltar a defender a Eren, lo que casi le había costado la vida a este último. La kunoichi no pudo evitar sentir un poco culpable, porque si hubiera sido un poco más dura durante su entrenamiento, tal vez Mikasa nunca hubiese estado en esa posición.

El ojiverde no dudo en aprovechar la oportunidad de aprender taijutsu, mencionó que aquello le iba a ser útil una vez que se enlistara en el ejército; el problema había sido convencer a Kalura, sin duda alguna había sido una tarea agotadora, pero el pequeño había sido tan insistente que a la mujer no le había quedado más remedio que aceptar. Ahora Eren se encontraba en su campo de práctica, esperándola con una sonrisa emocionada, a su lado se encontraba Mikasa mirando de forma pensativa la pared que los separaba del mundo exterior.

Sakura frunció el ceño, pero no le dio gran importancia, ya se había acostumbrad a esos lapsos de distracción que tenía la menor. Aunque aquello no significaba que a veces sentía curiosidad sobre lo que estuviese pasando por los pensamientos de su hermana, siempre terminaba llegando a la misma conclusión y es que probablemente la pequeña terminaba por reflexionar sobre las mismas cosas que ella pensaba cuando nadie la estaba mirando.

"¡Buenos días Sakura!"

La pelirrosa solo levantó una ceja "Bueno, al parecer alguien se levantó de buen humor hoy ¿Qué es lo que quieres?"

Una expresión inocente se instaló en su rostro y Sakura se preparó mentalmente para cualquier cosa "¡Nada! ¡Nada! Solo estoy emocionado de verte"

"Eren, la estas asustando"

"Maldita sea, deja de ser tan entusiasta y actúa más tranquilo"

"Pero me vas a ganar si hago eso"

La joven retuvo un gruñido que amenazaba con escapar de su garganta. Discutir con Eren era como hacerlo con un titán: era imposible porque ambos eran incapaces de comprender.

"De todos modos, ¿Dónde está Armin?"

"Probablemente siga dormido" dijo Mikasa en voz baja.

Sakura tenía que aceptar que todavía era muy temprano y que además Armin ayudaba a su familia en la panadería por lo que se encogió de hombro y aplaudió.

"Tal vez aparezca más tarde, entonces empecemos"

"Eso no es justo" susurró el ojiverde, frase que logró llegar a los odios de Sakura debido a la sensibilidad auditiva que tenía, por esta vez decidió pasarlo.

El niño de diez años hizo un puchero, todavía no lograba entender porque la pelirrosa era tan floja con la asistencia de su amigo cuando, en contraste, ella le dejaba caer un balde de agua fría en la cabeza si llegaba un minuto tarde. Si el pequeño no estuviera siendo tan petulante, se habría dado cuenta que la joven estaba al tanto que el propio Eren había obligado al ojiazul a asistir a las sesiones de entrenamiento, Sakura era más perceptiva de lo que la mayoría de la gente le daba crédito por lo que ella era así de suave con Armin porque quería respetar sus deseos y su forma pacifista.