Secretaria de Clinton Baker ©

|| C A P I T U L O D I E Z ||

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Desastre; Parte II

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ARIA:

El corazón me dejó de latir al escuchar aquellas palabras.

Miré a Clinton en ese instante para notar que de inmediato su expresión había cambiado, su cuerpo poco a poco se tensó. Parecía que estaba a punto de ser poseído por el mismo demonio.

—Clinton... —susurré acercándome a él para tomarlo de la mano.

Pero estaba helada, parecía que había muerto, su piel se estaba poniendo de un color muy pálido… algo le estaba sucediendo y no, joder, no era bueno.

—No lo escuches, por favor... —sería difícil, pero debía hacerlo tener calma.

No supe en qué momento sucedió, pero fue cuando sentí un terrible ardor en mi mejilla derecha que sentí como todo volvía a un ritmo normal, o bueno, solo fue en ese momento ya que el golpe me volvió a desconcertar.

Al girarme, pude ver a la responsable de aquella bofetada, ahora tenía a la vieja frente a mí con su respiración agitada mientras que en su mirada estaba implícito el odio que me tenía…

—¡Mira lo que acabas de provocar niña estúpida! —escupió con desprecio— ¡debiste de haber muerto hace años, maldito estorbo!

Me desconocí en el momento que mis ojos comenzaron a dejar salir lágrimas, aquel estruendo seguía en mis oídos, no procesaba el hecho de que esa vieja se había atrevido a golpearme sin razón… y sus palabras…

«¡Debiste haber muerto hace años!»

No pude reaccionar de inmediato, aún seguía sujeta a Clinton, pero fue cuando vi que la vieja calló al suelo que pude ayudar a Dominique quién había sido la responsable de jalarle el cabello a la vieja y dejarla tumbada en el suelo.

—¡Perra hija de puta! ¿¡Cómo se atreve!? —le gritó la ojos grises desde su posición.

—¡Cómo te atreves a hacerle eso a mi madre! —vi cómo Arianna se acercaba directo a Dominique.

De inmediato me interpuse entre ella y la chica.

—¡Le tocas un cabello y te dejo en el hospital! —le grité.

Aquello se había vuelto un desastre. Nadie volvió a mover un solo músculo después de mis palabras, entonces fue cuando me asusté…

Clinton…

Él no había dicho ni hecho nada…

Giré y por fin lo miré, sus ojos estaban clavados en su abuelo y su cuerpo era detenido por Burak, quién lo tenía sujetado con fuerza. Parecía que estaba en otro mundo, pues sólo forsejeaba con Burak para soltarse, aún con sus ojos clavados en esa persona.

Y no fue sólo eso, pronto las palabras comenzaron a salir de su boca, sus ojos se tornaron rojos al igual que su rostro, el cuál pronto comenzó a resaltar algunas venas en el mismo, al igual que en su cuello y manos…

Estaba maldiciendo por lo bajo, casi eran balbuceos pero hubo una pregunta que salió limpia de su boca, fue clara, fue directa, fue… aterradora;

—¿¡Dónde está papá!?

Miré cómo Ken y Finley se miraron el uno al otro, Burak parecía estar incómodo al tratar de detener los movimientos bruscos que Clinton estaba realizando para soltarse e intentar llegar a Atz, mientras que Atz ante aquello no expresó nada en su rostro.