Día 5. 22:04 h

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Estoy acabando de peinarme el pelo todavía húmedo de la ducha. Me pongo un vestido corto negro de manga hasta el codo, cojo la chaqueta vaquera y salgo de casa corriendo. Bajo las escaleras casi de dos en dos mientras respondo al teléfono que no para de vibrar en mi mano derecha.

- Ya estoy.

Empujo la gran puerta de madera con el peso de mi cuerpo mientras me abrocho la chaqueta. Vaya, para estar a 29 de Agosto quién lo diría. París huele a asfalto mojado y me doy cuenta que las sandalias que llevo puestas no son mis mejores aliadas esta noche. Miro hacia el cielo, y se puede ver perfectamente como la lluvia volverá a caer.

Doy dos toquecitos en la puerta del copiloto y me subo al coche haciéndome la digna.

- Ya era hora.- digo resoplando.- Llevo siglos esperando por ti.

- Ponte el cinturón anda, que como de costumbre, vamos tarde.

Rafa conduce por las calles de Paris contándome algo del entrenamiento de esta tarde. Después de la rueda de prensa y la grabación de un vídeo promocional con la equipación de esta nueva temporada, perdí de vista al brasileño hasta ahora.

Louis y yo pasamos la tarde en la oficina editando nuestro trabajo. Me estaba enseñando unas fotos que había hecho cuando me llegó un mensaje del que tengo al lado invitándome a cenar, y pues aquí estoy.


- No me digas que me has traído a un restaurante pijo donde traes a tus ligues. Rafa, creía que sabias que entre nosotros solo hay una bonita amistad.- digo agarrándome a su brazo y entrando al local.

- No puedo con tu sentido del humor, ¿qué te ha pasado en casa? ¿Tanto albariño se te subió a la cabeza?- Se ríe porque no le queda más remedio. Estoy segura que mi comentario le ha hecho gracia, así soy.

Entramos en el restaurante y la música inunda mis oídos. Un camarero se nos acerca y es mi acompañante quien se encarga de darle los datos necesarios para que nos guíe hasta nuestra mesa. Conforme avanzamos por el local puedo ver diferentes grupos de mesas separadas entre sí, decoradas hasta el último detalle. La luz que nos ilumina es bastante tenue, y si miras hacia el techo puedes ver como en su gran mayoría está recubierto por grandes espejos rectangulares.

Observo la barra que se comunica por una ventana con la cocina, de donde sale un olor a especias que hace que me ruja la tripa. Iba a tomarme un sándwich cuando me llegó la invitación de mi amigo, así que decidí esperarme a la noche para poder disfrutar de la comida, que puedo decir, me encanta comer y Rafa lo sabe. Cada vez que salimos juntos, me lleva a un sitio casi más sorprendente que el anterior. Él dice que el día que me quede sin hambre y no pueda probar más de dos postres, entonces habrá cumplido con su cometido.

- Parece que la que no lleva reloj ahora eres tú.- dice Ney moviéndose hacia la derecha en un banco para hacerme sitio.

- Vaya, no tenia ni idea que venías a cenar.- digo quitándome la chaqueta y ocupando la silla de enfrente. Rafa ocupa el sitio que había dejado libre el brasileño y me guiña un ojo.

- Manías hermano. Ella nunca se sienta de cara a la cocina, prefiere que la sorprendan.- dice disculpándome.

Encojo los hombros como si fuese lo más normal del mundo y cojo la carta entre mis manos.

- Os tengo que traducir esto también, o podréis elegir sin mi ayuda.- Digo incitándoles a que empiecen a ojear la carta y poder cenar, de una vez.

- Falta por llegar una amiga.- dice Ney entre risas. Levantó la mirada del libro verde que tengo entre mis manos y miro a mi amigo levantando una ceja. Su cara le delata.

- No me lo puedo creer, ¿otra vez?


A finales del año pasado me dejé convencer por los dos que tengo delante para ir con ellos en una cita doble. Bueno, yo no tenia cita, pero Ney quería que Rafa conociese a una chica con la que se había visto un par de veces y le diese su opinión. 

Os estaréis preguntando que porque no nos enseñó una foto de su instagram como hace el resto de los mortales. La respuesta es fácil, en la cuenta personal de Lisa, creo que se llamaba así, solo podías ver fotos de ella modelando. Esto hizo que tanto Rafa como otros amigos de Ney juzgasen el libro por la portada sin conocerla, lo que me llevó a mi a conocerla. En resumidas cuentas, aquella cena fue un desastre. La chica no era capaz de mantener media conversación y estaba pegada al móvil todo el rato.

- No me mires así, que esta vez no es mi culpa.- dice Ney cruzándose los brazos y señalando a su amigo con la cabeza.


SOMEPLACE | Neymar JrDonde viven las historias. Descúbrelo ahora